Arriba en el cielo.

Digan queso.

Y entonces ¡Jason reía!

-¡Jason! ¡Estas riendo!- grite alegre uniéndome a sus risas.

Luego todos los autos detrás de mí pitaban. La luz ya estaba en verde y no había más autos frente a mí. Que desesperados, digo, es la primera vez que Jason ríe en un siglo, sus reuniones pueden esperar.

-ha, si claro- dije dejando de reír y acelere.

Jason seguía riendo. Tire el papel que medio el chico al portavasos, tal vez lo llame, pero solo para decirle que él es muy inapropiado. Condujimos por toda la ciudad. Jason no rió demasiado, solo un minuto, máximo.

-bueno ¿A dónde vamos?- Preguntó Jason.

-al fin preguntas- exclamé- ¿vamos al cine?

-¿no íbamos ir el fin de semana?- preguntó el chico.

-podemos ir dos veces ¿no? – inquirí.

Es tan aburrido que seguro va al cine cada venida de obispo.

-bueno ¿Qué película quieres ver?- Preguntó Jason.

-hum… ¿Cuál quieres ver, tu?

-¿Te parece Capitán América?- respondió Jason.

-sí- dije, no he visto la primera película pero el actor sí que sabe lucir la ropa… aunque no estaría mal que se quitara la camisa, solo digo.

Llegamos al cine, que para mi sorpresa no estaba vacío. Había una fila mediana en las palomitas y había una fila corta para las salas. Faltaba tan solo trece minutos, exactos, para que empezara la película. Teníamos suerte.

-¿se han fugado?- nos preguntó el chico que daba los boletos.

Era un chico de cabello negro con gafas, se veía un poco asiático. No era especialmente guapo, ni siquiera pasable, era feo y ya. Pero lo importante aquí es que tiene salud.

-¿Qué?- pregunté y luego recordé que traíamos uniforme- este, salimos antes.

-bueno- se limitó a decir el chico y a encogerse de hombros.

Exacto chico, metete en tus asuntos.

-yo invito las palomitas- me susurro Jason y se fue a formar.

-Dos para Capitán América- pedí.

-¿es tu novio?- preguntó el chico mirando a Jason alejarse.

-¿el? No- respondí, que dije sobre meterte en tus asuntos- es solo un amigo.

-oh, perfecto- dijo el chico con una sonrisa coqueta, no, que no me pidiera mi numero- ¿tienes su número?

-no, pero…- tenía un plan en mente, me recargue en el mostrador- si me invitas el boleto te consigo su número para el final de la función.

-echo- dijo el chico estrechando mi mano.

Tome los boletos, le guiñe el ojo a el chico y fui con Jason. Solo faltaban tres personas para que fuera nuestro turno.

-hey, Jason ¿me puedes llamar?- le pedí- no encuentro mi celular- mentí.

-he, si ¿Cuál es tu numero?- preguntó un poco confundido.

Sonreí y le di mi número. En seguida mi celular sonó en mi pequeño bolso. Lo saque, ups, tenía dos llamadas perdidas de mi tío y una de Jason.

-Gracias- le dije sonriendo- ¿me das un segundo?

-Claro- respondió el.

Llamé a mi tío.

-hola, tío- saludé.