¿Qué tiene ella que no tenga alguien más? (editado)

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-podría ser una ladrona ¿y tú mamá me invita a comer?- le dije a Jason en un susurro bromeando.

Entonces por primera vez, aunque apenas lo conocía de medio día, Jason sonrió.

-No sé de donde conoces a Jason, pero lo hiciste sonreír- me dijo la señora Townsend sonriendo orgullosa- ya eres como una hija para mí.

Sonreí. Me caía muy bien esa mujer.

Jason

Esa chica de repente solo apareció, ahora ire al cine con ella, mi mamá la quiere adoptar y me hizo sonreír. ¿Qué tiene ella que no tenga alguien más? digo no es la chica más preciosa del mundo, era solo bonita. Su cabello lo tiene suelto y es rubio. Sus ojos, aun no los veia, nos sabia de que color era, sus labios eran rosados y su piel blanca.Tal vez eran sus alas, eran enormes y tenía muchas plumas.

Cualquiera que la conociera diría que era un ángel, literalmente y metafóricamente, como mi mamá esperaba que me tardara más en llegar aún no estaba lista la comida y Virginia se ofreció a ayudarle.

Aun no entendía como me había hecho sonreír, yo tan solo no me reía de lo mismo que los demás, no es que tuviera un humor negro y me riera de lo cruel, yo tan solo no me reía muy a menudo.  No tenía hermanos, mi padre trabajaba todos los días hasta tarde y mi mamá, bueno ella era muy social, al contrario de mí, por lo que salía con una persona distinta cada día. Y ella tan solo con una oración hizo que sonriera por primera vez en estos cuatro meses.

La comida fue silenciosa. La comida estaba rica. Estuve observando a Virginia un tiempo hasta que ella levanto la mirada de su plato. Baje mi mirada en ese instante. Y aun no entendía que tenía ella de diferente o especial.

Una vez tuve una novia, todo lo contrario a mí, casi como Virginia, en personalidad. Se llamaba Ángela y era muy guapa, me saco una o dos sonrisas pero no tan rápido como Virginia.

-así que ¿eres nueva en la cuidad?- preguntó mi mamá para romper el silencio.

-uh, si- respondió Virginia sonriendo.

-¿y en que trabajan tus padres?- preguntó mi mamá alegre.

-oh, mi padre murió y mi mamá, ella…- la voz le tembló un poco a Virginia- está en el hospital.

-¿en el hospital?- inquirió mi mamá sorprendida, que metiche, sin ofender- ¿está enferma?

-No, he, bueno esta en rehabilitación.

Y ahí fue cuando por primera vez me pregunté ¿Por qué la gente feliz es la que más ha sufrido? No era justo para ella. Porque yo que tenía todo, dos padres, una casa bien, educación, y no es que los dos últimos no los tuviera ella, pero yo no era feliz o más bien no aprovechaba lo que tenía.  No aprovechaba cada día riendo o sonriendo.

-oh, lo siento- dijo mi mamá.

-no, no hay problema- dijo Virginia con su sonrisa de todo el tiempo.

-eres bienvenida, cuando quieras- sonrió mi mamá.

Al día siguiente…

Virginia.

Hoy me senté con Jason en el jardín de la escuela a comer, este era muy grande y se encontraba en la parte de enfrente de la escuela. Había árboles, mucho césped y algunos arbustos. Pero regresamos a la cafetería en cuanto empezó a nevar. Si, estábamos a mitad de invierno.

-No quiero entrar- se quejó Jason cinco minutos antes de tener que regresar a clases.

-entonces no entremos- le dije con una sonrisa pícara.

Arriba en el cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora