Arriba en el cielo.

"Maléfica"

-¿Listo para tu primera lección de vuelo?- pregunté mientras subíamos por la escalera de incendios de algún edificio al azar.

-¿de vuelo dices?- inquirió Jason sorprendido.

-Si, no soy la mejor instructora pero se volar.

¿Estás capacitada para esto?- preguntó el chico.

-No, pero las mamás pájaro tampoco y enseñan a sus bebes a volar- expliqué mientras llegábamos al techo del edificio- yo seré tu mamá pájaro.

-¿Es tarde para decir que me dan miedo las alturas?- inquirió Jason.

-No, pero si lo dices no te voy a creer- le dije sonriendo- ahora solo agita su alas.

Jason hizo lo que le pedí y empezó a elevarse unos centímetros del suelo pero no paso de los quince centímetros.

El necesitaba un poco de adrenalina.

Camine hasta el borde del edificio y me deje caer, directo hacia el piso, a un callejón vació donde si muero nadie me encontrara nunca ¿suicida? Solo un poco.

-¡Jason!- grité cuando estaba a la mitad del camino hacia mi muerte.

Lo sé, soy exagerada pero bueno, hoy estoy de poética. Si Jason no se apuraba abriría mis alas y volaría de regreso al edificio ¿Qué creían que si me iba a suicidar? Tampoco que este mal de la cabeza. Vi como Jason se lanzaba en picada hacia mí agitando sus alas.

Justo cuando estaba por abrir mis alas alguien me atrapo. Por suerte era Jason, si era alguien más tendría que darle una explicación de por qué me lanzo de un edificio.

-¿Ves? Soy buena instructora- dije sonriendo y poniendo mis pies en el suelo- ¡Una carrera a las nubes!

-¡Virginia!

Sin hacerle caso agite mis alas hasta llegar a las nubes de algodón de azúcar. Jason llegó unos minutos después escurriendo sudor.

-No sé cómo puedes hacer eso- exclamó el muy cansado.

-Arriba en el cielo, con el viento.

-Es como seguir a la corriente y ser uno más del montón- opinó el mirándome.

-Ese es el problema de la mayoría de los adolescentes- expliqué analizando su punto de vista, ya me estaba poniendo así bien inspirada- todos están tan concentrados en ir contra la corriente para destacar que ahora la mayoría va contra la corriente lo que sería casi con la corriente que va contra corriente.

-No entendí- dijo con cara de baboso.

Su cara hizo que me hiciera pipi de la risa tanto que trate de recargarme en una nube pero claro ¡mala idea! Caí y disfrute del viento acariciando mis alas, era relajante.

Cuando iba a mitad del camino escuche el grito de Jason:

-¡Virginia!

Abrí mis alas de golpe y volé de regreso con él.

-¿si?- pregunté.

-¿Puedes dejar de ser suicida por un momento?- preguntó el frustrado.

-Bueno, como te decía en resumen y con manzanitas- le dije sin reírme y en poetic mode- puedes ser diferente y seguir a la corriente, sigues a la corriente a tu modo.

-Entonces, arriba en el cielo, con el viento.

-¿Sientes eso?- pregunté sintiendo un cosquilleo en las alas- ¿en tus alas?

-Si, un cosquilleo- dijo el dudoso.

-Una corriente se acerca, relájate y prepárate.

Y exacto, una corriente de viento choco con nosotros llevándonos consigo.