Capítulo 13| Buscando un por qué.

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ANTES

Después de irme de la habitación de pelirrojos me dirijo a la mía, quiero dormir un poco.

Cuando despierte que va a ser aproximadamente en un par de horas, probablemente voy a ver a mi compañera de clases cuando termine sus clases y venga para la hora de comer.

Poco a poco voy cerrando los ojos y me voy quedando dormida...

El viento es demasiado fuerte, es por la velocidad, ya yo he sentido esto. Me siento libre, huele a pinos, un olor familiar. Admito que lo que tengo en la cabeza me fastidia un poco pero puedo acostumbrarme. Todo se siente tan tranquilo, tan relajante, tan vivo, tan libre, tan... tan... tan perfecto.

Pero nada es perfecto.

En un abrir y cerrar de ojos veo solo imagines borrosas y dos segundos después siento el impacto contra nosotros, el dolor, el sabor metálico de la sangre, todo destruido, mi vida. Su vida. Trato de moverme, de ver pero no puedo, es difícil, es complicado. No siento nada ni puedo reconocer mis emociones, solo sé que estoy en un estado de shock totalmente traumático. Lloro descontroladamente, ¿Qué pasó? ¿Por qué a nosotros?.

Esto ya pasó...

Quiero salir, quiero despertar, esto no está pasando... esto no está pasando, ¡Esto no está pasando! ¡No! ¡Mi vida! ¡Todo! La muerte... no, ahora no, siento como si ya no pudiera más, mis lágrimas es lo único vivo en mí ahora, veo negro, no quiero ver, quiero ver, quiero saber, pero no quiero enterarme de nada. Estoy débil, hay mucho rojo, y un aparato de transporte totalmente destruido.

¿Por que otra vez?

¡No!

¡Mi mamá!

¡John!

¡Abby!

¡Troy!

¡No! ¡No me puedo ir!

¡NO!

—¡NO!

Me levanto de la cama con el corazón en las manos, la respiración agitada, siento como mi corazón bombea la sangre tan rápido, como mis ojos están llorosos y un poco hinchados. Trato de calmarme, respirando con dificultad para mantener un ritmo tranquilo, pero lo intento.

Trago grueso. Esa pesadilla otra vez... no puedo pensar, actuar o mover alguna parte de mi cuerpo, estoy todavía en shock.

Se sintió tan real...

Un escalofrío recorre mi espina dorsal. Echo mi cabeza hacia alante y la sostengo con mis manos y veo mechones de mi cabello rojizo pasar entre mis dedos.

Decido arreglar todas mi cosas y dejarlas en orden, solo quiero distraerme, no quiero pensar.

***

Me coloco el uniforme para bajar a cenar, me gustan los colores, pero prefiero un pantalón que una falda, dejo mi cabello suelto, que caiga por mis hombros y creo que estoy lista.

Salgo al pasillo y veo a un pelirrojo, no sé quién es, creo que es mejor preguntarle.

—Hey—llamo su atención—, aceite de Oliva. ¿Oliver o Ben?

La Otra Cara del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora