Capítulo V

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Todos los personajes de Percy Jackson no me pertenecen son propiedad del señor Rick Riordan GRACIAS POR CREAR ESTOS LIBROS :D

Hola sé que ha pasado bastante tiempo desde que subí algo, gracias por sus mensajes en mi perfil, sentí muy bonito leerlos. No he tenido mucho tiempo para revisar el capítulo pero aquí está la continuación, disculpen si llegan a haber faltas de ortografía.

(Nico di Ángelo y tú)

Kathe no dejaba de lloriquear en el suelo pensando que había liberado el espíritu de Noris. Pero yo, cuando tuve una idea de lo que ocurría, me petrifiqué. Su serpiente con plumas, no le había dado su cuerpo, le había dado el mío. Nos había cambiado.

–Kathe... yo tú... tú estás –logré balbucear –¡Qué demonios me hizo tu dios víbora!

Kathe alzó la vista temerosa y me evaluó durante un par de segundos. –¿De qué hablas? –me preguntó fingiendo ignorancia.

–¡Kathe! –Mascullé alterada –¡mírate bien, tú eres yo!

Desconcertada, y yo diría que algo incrédula Kathe se observó el cuerpo. Para confirmarlo se levantó de un salto y corrió hacia su tocador, para observarse en el espejo. Se tocó mi rostro con cierta rudeza y luego se quedó atónita, pensé que entraría en una especie de shock, pero en su lugar sus labios se abrieron... es decir mis labios se abrieron, bueno como sea... ella gritó, gritó muy fuerte y agudamente. ¿Yo me oía así?

Pasos de gente subiendo la escalera y aproximándose a la recamara se escucharon de inmediato. También pude escuchar a gente que decía "¿Es la señorita?" "¿La señorita gritó?" "¿Qué es lo que sucede?

De pronto me di cuenta, que aunque yo estaba aquí era probable que el chofer no se los hubiera informado, por temor a que las cosas se pusieran peor si entraba y encontraban a una desconocida en el cuarto de su señorita, me abalance hacia la puerta y la cerré por dentro. Fue entonces que, lo que sonaba como una enorme multitud de sirvientes preocupados, se reunieron afuera pidiendo que les dejara entrar a ayudar y ver como se encontraba.

–Kathe... ¿ahora qué hacemos? –la llamé nerviosa, pero ella aun sumergida en sus pensamientos, me ignoró.

Afuera se escuchó la voz autoritaria de un hombre diciendo "¡Déjenme pasar!" ordenó. La voz resultaba extrañamente familiar, como si ya la hubiera oído antes. "Señorita, señorita ¿está usted bien?" demandó saber mientras tocaba la puerta con violencia... ¡Oh no! Era Davis, el chofer de Kathe.

Nerviosa comencé a mordisquearme las uñas. Lo viera como lo viera íbamos a tener que abrir y salir, entonces Davis recordaría que tenía que llevarme de vuelta a "mi bosque", pero como yo me veía como "su señorita" ¡en realidad se llevaría a Kathe!

Un sonido de una cremallera siendo abierta me hizo volverme y dejar de ver la puerta blanca. Kathe parecía haber salido de su ensoñación, se había desecho de la armadura y el traje de cota que llevaba bajo ella, y vistió mi cuerpo con ropa nueva del enorme closet que había en su habitación. Unos jeans de mezclilla oscura y una playera blanca sin mucho chiste, la playera estaba bien pero como los pantalones eran demasiado largos, Kathe cogió las tijeras con las que nos habíamos troceado el cabello y les cortó un buen trozo para no arrastrarlos. Después de un ágil salto volvió a escabullirse dentro de su closet.

Afuera de la habitación el caos no parecía haberse controlado en absoluto. De hecho, la voz que estaba segura que era de Davis anunció "Apártense, derribare la puerta" por un segundo visualice a ese enorme hombre, dando de patadas a la puerta y supe que por su complexión robusta la puerta no tardaría en caer, así que me aparte de la entrada.

Y Entonces... Te Encontré II (Nico Di Angelo y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora