EL LIBRO DE LOS SUEÑOS: DE MARTE A LA TIERRA

Capítulo 25

—Ya sé, me esconderé en la casa de Madison, desde ahí espiaré a Alfonso y cuando salga de la casa entro y saco el libro, eres un genio. —dijo Peter estrechando su propia mano.

Peter llegó a casa de Madison, una compañera de la escuela. Ella tiene cabello castaño, ojos cafés, oyuelos y está perdidamente enamorada de Peter.

—¿Qué te trae por acá? —preguntó Madison sonrojada.

—Necesito que me hagas un enorme favor. —respondió Peter.

—Lo que tú quieras. —murmuró Madison.

—Necesito quedarme en tu casa por un pequeño periodo de tiempo.

—¿Pero porqué? —interrogó Madison.

—No puedo explicarte, pregúntale a tu mamá por favor —pidió Peter.

—Está bien, espérame aquí.

Peter se sentó en un cofre antiguo que había en la sala y de la nada empezó a caer en un vacío oscuro. El no paraba de pegar gritos de pánico, al parecer se había sentado en un portal hacia otra dimensión.

Cayó en una sala con seis puertas y una mesa de cristal en el centro, lo primero que exclamó fue:

—Esto se parece a aquella novela que leí “Alice in wonderland" ya sé lo que pasa así que no voy a perder mi tiempo.

Peter se dirigió hacia donde estaba una cortina, buscó detrás de ella, encontró una mini puerta y la abrió de una sola patada. Recordó que no podía cruzarla porque era muy pequeña así que buscó una de las puertas tamaño normal y la derribó de otra patada. Al pie de la puerta había una escalera y Peter empezó a bajarla, se tardó como diez minutos porque era muy larga pero al final llegó a su destino.

Llegó a un lugar donde había un gran cartel que decía “BIENVENIDOS A EL IMPERIO DE LOS SUEÑOS".

El lugar era enorme, había castillos gigantescos en cada esquina, rascacielos, cabañas, dragones, unicornios, sirenas, cerdos voladores, hadas, trolls, gnomos, elfos, hobbits y un sin fin de criaturas extrañas. Pero lo que más llamó la atención de Peter fue un palacio que se miraba en una colina en el horizonte, se miraba verdaderamente hermoso, parecía que de el salía una luz que irradiaba todo el lugar. El golpe de un elfo hizo que Peter quitara la vista del fantástico palacio.

—Disculpeme jovencito, no fue mi intención golpearlo. —se disculpó el elfo.

—No hay problema, tenía una pregunta ¿qué es este lugar? —preguntó Peter.

—Perdona mi mala educación, soy Theos muchos gusto.

—Yo soy Peter, igual mucho gusto de conocerte.

—Bueno Peter, estás en el maravilloso Imperio de los Sueños, el lugar donde todo el mundo desearía estar. —le respondió Theos.