FÉNIX "La Orden De Cairan" .

VIII

La semana transcurrió y Angie solo estaba dedicada a cuidar May, su objetivo principal era verla sana y sin ninguna marca en su piel; Gracias a Dios las marcas iban desapareciendo.

El genio de Josha cada día empeoraba mas y mas, quería hablar con Angie pero era tan difícil hacerla salir de la habitación de May que decidió esperar hasta que todo volviera a la normalidad, pero esto no ayudaba a su genio.    Sin pensarlo dos veces y a mitad de la noche fue a la puerta de Angie toco.

Angie estaba extrañada y asustada, así que tomo su espada, abrió la puerta y apunto con el arma a la gran sombra que estaba recostada en el marco; rápidamente reconoció tan enorme silueta. 

Era él, una corriente recorrió su cuerpo.  Esto era algo importante, todo estaba en silencio, solo se escuchaba la respiración agitada de Joshua, se escuchaba como una bestia intentando contenerse.  

Tenerlo tan cerca la sacudió un poco, eran tan pocas las veces en las que habían estado tan cerca desde el día en que volvieron a encontrarse, que el sentimiento de añoranza la invadió.

No quiero que huyas esta vez - siseo Joshua.

Angie no tenia ni la mas mínima intención de huir, en su interior tenia cierta fascinación por verlo en tal estado.  El la tomo del brazo y cerro la puerta, fue un sonido sordo y el comienzo de miles de sensaciones para ella.

La beso, no aguanto la tentación de tenerla tan cerca, sentir su olor y no hacer nada, fue su primera reacción y luego se preparo mentalmente para el golpe que le iban a propinar instantes después de que terminara, la beso con muchas ganas, devoro sus labios, los mordió, sintió esa suavidad que tanto amaba y se dio cuenta de que no quería parar, pero por respeto lo hizo; Freno ese beso y se alejo un poco de ella con lo ojos cerrados, espero el golpe, pero este nunca llego, solo una mano se poso suavemente en su pecho y otra en su rostro, mientras una pequeña silueta se acomodaba en frente de el y besaba su barbilla.

Angie se acerco.

¿como se le ocurría a este pendejo de alejarse cuando ya estaba disfrutando de lo lindo ese beso? .   Cuando vio que este cerro los ojos decidió acercarse y sentirlo nuevamente, la magia no podría terminar así,  por Dios era imposible.

Sintió esa sensación de seguridad que tanto le faltaba, beso su barbilla, era muy alto y aunque se empinaba no podía llegar a su boca, el la sintió y bajo la mirada, se veía tan hermoso desde ese angulo, estaba maravillada.

El la beso nuevamente, pero esta vez fue mucho mas posesivo, mas cargado de promesas placenteras a punto de ser explotadas. 

la tomo con fuerza de la cintura y la acerco mas hacia el, ella sintió su virilidad, estaba tan duro y ella estaba ansiosa, Joshua bajo sus manos hacia sus nalgas y la apretó contra el, se sintió poderoso al escuchar como su pequeña soltaba un leve suspiro.  La beso mas, mordió su labio inferior mientras la cargaba y la llevaba a la cama, pero por favor, ya no podía aguantar las ganas de penetrarla; se toparon con una de las columnas  y no hizo mas esfuerzo para llegar a la cama, solo recostó la espalda de Angie mientras la tenia cargada, ella lo rodeo con sus piernas y el aprovecho ese movimiento para apoyarse con una pierna y con una mano desatar su pantalón y sacar su miembro duro como la roca, organizo el camisón de Angie y lentamente fue introduciendo su pene a su vagina,  estaban tan ansiosos por sentirse que no necesitaban mas preliminares, solo estar uno en el otro, se uno solo como siempre lo habían sido.

Los movimientos de joshua eran lentos pero duros, quería contenerse un poco, aguantarse lo mas que pudiera para que ese momento durara mucho pero era muy difícil teniendo en cuenta las ganas que sentían, al cabo de unos minutos Angie tuvo un orgasmo y el de escuchar los gemidos y ver el rostro de satisfacción de su mujer no demoro en correrse, era maravilloso.

Ella se abrazo a su cuello,  él todavía con su miembro dentro la llevo a la cama, le quito el camisón y la acostó y se quedo de pie mirándola, apreciando tanta belleza, su piel era reluciente y hermosa bajo la luz de la luna y su cabello era como llamas de fuego, el contraste era perfecto, sus pezones pequeños y rozados lo llamaban así que decidió posarse encima de ella y comenzar a succionarlos, eran deliciosos y se sentía duros en su boca, ella solo contemplaba el panorama, lo tomaba del cabello para que no parara pero el quería ir mas abajo, ella no puso resistencia y dejo que el se deslizara por su cuerpo, dejando besos regados en el hasta que llego al lugar que mas apetecía tener entre los labios, la beso, succiono y lamió todo lo que quiso, ella solo gemía y abría mas sus piernas quería que el pudiera estar allí mucho tiempo, se sentía como si fuera lo mejor en el mundo.

 Y así transcurrió toda la noche amándose entre gemidos, sensaciones y éxtasis hasta que llego la luz del día.

Se levantaron saciados uno del otro, Angie lo miro mientras dormía, era un ángel lleno de pasión, lo toco, no podía creer de que el estuviera allí.

- ¡toc, toc! - alguien toco a la puerta.

Angie todavía estaba en trance y no entendía que pasaba.

¿Estas bien? - una voz profunda muy familiar se escucho detrás de esa puerta y fue allí cuando reacciono, por Dios un hombre estaba en su habitación y no cualquiera, era Joshua y la persona que tocaba era su hermano.

¿Que iba a hacer?.   El se levanto relajado, ya había escuchado a Liam y le pareció graciosa la reacción de Angie, era su reino y era su mujer, todos lo sabían, no entendía cual era su asombro.

Se veía tan hermosa cuando se ponía nerviosa, fruncía el ceño y mordía sus labios, era muy tierno de contemplar y el estaba totalmente embelesado con tal belleza, así que se dedico a mirarla pasear por la habitación preocupada como una niña chiquita mientras hablaba como loca, buscando miles de formas para que Joshua saliera de su habitación sin ser detectado por su hermano y por ninguno de los demás presentes en la casa.

A el le importaba poco lo que pensaran, ella era de el y desde ese momento no se le escaparía nunca jamas, no la dejaría ir, esa fue la promesa que se hizo mientras la contemplaba y una promesa de Joshua era irreversible.