capítulo XIV

1K 172 3
                                    

Damián!

¿Damián, dónde están las fresas que acabas de traer? - gritaba Angie por toda la casa en busca de uno de sus hombres de confianza, al que le había encomendado traer las preciadas fresas para el pastel, pero estás habían desaparecido, ya habían pasado muchos días en los que algunas cosas de la cocina se perdían, Joshua pasaba mucho tiempo en el pueblo y eso le preocupaba, pasaba horas y horas, aveces hasta media noche, llegaba directo a dormir, el le hacía el amor con regularidad pero las ausencias en la tarde eran muchas, así que decidió que tenía que saber que era lo que sucedía, presintió lo peor, el la estaba engañando, así que espero a que el saliera y cuando así sucedió alistó su caballo, se puso un pantalón de algodón y una camisa ancha, tomó su espada y se encaminó hacia donde él estaba, como un fantasma apareció en la puerta de una casa maltrecha y escucho algunas risas, la primera era la de Joshua, la conocía desde la distancia, pero la otra voz no la distinguía, se llenó de ira, estaba realmente enojada, irracionalmente enojada, de un golpe abrío la puerta y desenvainando su espada, sea cual fuere la mujer, la mataría y la cortaría en pedazos, Joshua se asustó al escuchar el estruendo e inmediatamente saco su espada, cuando bajó la escalera se encontró con una Angie totalmente desencajada, su cara estaba roja y su cabello estaba desaliñado, ella respiraba fuerte y lo miraba con mucha ira, algo en en dijo que esto iba a ser malo, así que en voz pausada intento calmarla - Amor creo que necesito que te calmes, no es lo que crees, el se acercaba lentamente sin bajar su espada, sabía cómo era su mujer y era totalmente irracional cuando se enojaba; - baja la espada porfavor le decía Joshua mientras intentaba acercarse, ella dio el primer golpe, el lo esquivó, ¡Mujer estás totalmente loca! Para yaaa- le gritaba desesperado y un poco irritado por la reacción de ella.

Necesito que hablemos, Angélina porfavor para ya. Una estocada más, otra más y el trataba de esquivarlas, la pequeña sala se convirtió en una batalla campal, ella no decía nada, solo rugía mientras daba espadazo tras espadazo.

Un grito la alteró y cayó al piso, era la voz de una pequeña que le pedía que parara, mientras las lágrimas salían de su rostro, Angélina paro en seco y se quedó mirando a la niña, no tendría más de 7 años, por Dios estuvo a punto de matar a una mujer enfrente de una niña, en que estaba pensando, le hablo y pidió que se calmara pero la infante lloraba con miedo mientras corría a los brazos de Joshua que ya había bajado y guardado su espada, Angie había vuelto en si y no lo asesinaria, por ahora, el tomo a la niña en sus brazos sin dejar de mirar a su mujer.

Ella siguió a la niña con la mirada, y vio como está se abrazaba a su esposo, algo le punzo el corazón y sintió miedo por saber la razón de que lo abrazara con tanta efusividad, los miro alternamente, eran idénticos, su cabello era castaño, sus ojos igual de claros y su piel igual de clara, se sentó ante el asombro de su descubrimiento y unas lágrimas salieron de su rostro.

Por Dios Joshua tenía una hija y no era precisamente de ella, le dolía el corazón porque sabía que en el tiempo que llevaban juntos no había podido concebir, cómo lo jugaría si había estado con alguien más en el tiempo que estuvieron separados, bajo su rostro cubriéndolo con sus manos y lloró más, estaba desconsolada, Joshua se asustó y sin bajar a la niña se acerca a ella y se puso de rodillas. - Angie perdoname porfavor , intento separarle las manos de su rostro, pero fue imposible, el le pidió perdón muchas veces más pero ella seguía sin responder.

Angie porfavor, perdóname, esto se me ha salido de las manos, no sé cómo explicarlo, porfavor perdóname, no puedo hacerlo, perdóname, mi pasado a regresado porfavor mi pequeña mírame, escúchame, no quiero que me odies, mirame- decía el una y mil veces, pero era totalmente inútil, ella no lo miraba, lloraba más y más, como una niña chiquita.

Porfavor calmense todos, esto es impresionante, jamás había visto tanto caos en mi vida, todos miraron nuevamente a la escalera, allí había una mujer alta y hermosa, su rostro estaba pálido y tenía unas ojeras inmensas, Angie se levantó dejando de lado a Joshua y subió al frente de la mujer, otra vez su ira estaba creciendo, así que Joshua le pidió que se calmara un momento.

Llegó frente a la mujer sin ningún problema y la encaró, la mujer abrió su boca y dijo - Angélina un gusto conocerte, he esperado verte pero mi circunstancias no me lo han permitido, la mujer la abrazó, ella estaba totalmente descolocada, cómo era posible que  la amante de su esposo le estuviera tocando, es imposible. Ella abrió la boca para replicar pero está la calló cuando volvió a hablar.

¡Mi hermano me había hablado de tu temperamento fuerte, pero creo que no le hace justicia a lo que acabo de ver!

Ella quedó totalmente quieta, esto era como un balde de agua fría, ya su mente había creado una historia totalmente terrible y de engaños que no se fijó en el rostro de aquella mujer, era idéntica a Joshua, salvo por unos ojos grises que hacían la diferencia, el color volvió a su rostro al igual que la vergüenza, estaba totalmente roja, no podía articular palabra.

Joshua fue a decir algo pero su hermana lo detuvo, - creo que ya la haz jodido mucho, no añadas ni una palabra más.

El cerro su boca y miró con cautela a su esposa mientras bajaba a la pequeña de sus brazos, está al ver que ya estaba en el suelo, salió corriendo rumbo a la escalera y tomando la mano de Angie se presentó - mucho gusto, yo soy April.

FÉNIX "La Orden De Cairan" .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora