Capítulo 23

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De repente el mundo se detuvo. Las personas a mi alrededor desaparecieron y lo único que podía escuchar era el sonido de mi respiración, cada vez iba más rápido. A unos metros de donde me encontraba estaba Sawyer sentado con una chica, ambos felices, riéndose juntos mientras brindaban. Todo se había vuelto negro, excepto esa mesa, donde se encontraban ambos disfrutando de una hermosa velada. Ya no sentía los latidos de mi corazón, era como si me hubiera paralizado. 

Todo el esfuerzo que hice en estos días para seguir adelante, olvidarlo, habían desaparecido. Sentía una lágrima rodando por mi mejilla, levanté la mano rápidamente para sacármela. No iba a llorar más por él, de eso estaba segura. 

-Ash, Ash...¿Estás bien?-la voz de Derek me hizo volver a la realidad. Todo volvía a ser como antes, excepto por la mínima parte en la cual veía a Sawyer, el chico que me rompió el corazón, a unos pocos metros de distancia sentado con una chica...en una cita.

-¿Qué?

-¿Estás bien? No me contestabas...-me contesta Derek algo preocupado.

-Sí, estoy perfecta-le respondo con la sonrisa más falsa del mundo.-¿Pudiste hablar con tus papás?-le pregunto para cambiar de tema.

-Sí, por suerte. Están bien y...-él seguía hablando pero mi atención estaba dirigida a Sawyer. Los labios de Derek se movían pero no emitían sonido alguno. Estaba pérdida...pérdida en él. El chico que se fue con mi corazón en su mano. Tratando de mirar para otro lado, siento la mano de Derek en mi brazo-¿Puedo saber qué te pasa?

-Nada...¿por qué?-pregunto con la mejor cara de pocker.

-Ni me estás escuchando...-dice serio.

-Claro que sí-le digo levantando el tono de voz, tratando de defenderme.

-¿Ah si? Bueno, entonces ¿qué dije?-me pregunta mientras cruza sus brazos y los apoya sobre su pecho y me mira fijo.

-Emm...me estabas contando sobre tus padres...-digo mirando al piso.

-Más específico por favor

-Bueno...emm...sobre que...-miro para arriba y de repende Sawyer está detrás de Derek. Cuando quiero mirar para otro lado, ya es muy tarde. Los ojos de Sawyer encuentran los míos, su cara indica que lo que menos esperaba era encontrarme aquí. Se va acercando lentamente hacia mi, los minutos se hacen horas y todo pasa demasiado lento. 

-Ash...No esperaba encontrarte aquí.-me dice Sawyer.

-Yo a vos menos, créeme.-le contesto seria. Mis ojos se posan en la chica a su lado.

-Perdón, ella es Camila.-dice señalándola.

-Hola, un gusto...-me mira esperando que le diga mi nombre.

-Ashley-contesto en seco.-Él es Derek.

-Un placer-responde y parece no entender nada de lo que está pasando, al igual que Camila. Sawyer y yo nos miramos fijo, mientras que Camila y Derek nos miran y luego se miran entre ellos, sin entender nada.

No quería dejar de mirarlo, no quería que se fuera con ella, sólo lo quería a él. Nada había cambiado, sentía exactamente lo mismo que sentí la primera vez que lo vi. La diferencia es que ahora se había agregado un nuevo sentimiento...dolor. Alguien tenía que terminar con esto y esa iba a ser yo, no iba a dejarme lastimar por él otra vez.  

-Bueno, tenemos que irnos. Un gusto.-digo mirando a su cita. 

No quería hacerlo, pero tenía que. Agarré a Derek del brazo y lo obligué a seguirme mientras me dirigía hacia la puerta de salida. Al salir, pude respirar de nuevo, aunque seguía sintiendo ese dolor en el pecho. Al soltarlo, me encontraba de espaldas a él, no me atrevía a mirarlo a los ojos, no podía. Sabía que si lo hacía, no iba a ser capaz de contener las lágrimas que amenazaban con salir. 

-Ashley...-al darme vuelta lo vi, de nuevo. Saliendo por la puerta con su cita colgando de su brazo, su mirada era fría hasta que encontró la mía nuevamente. En sus ojos había dolor, al igual que en los míos. Pensé que iba a decirme algo pero no...nada, ni una sola palabra. Lo único que hizo fue alejarse, caminar lo más lejos posible de mi...algo que ya había hecho. No debería sorprenderme, no debería dolerme, no debería estar así...pero lo estaba y la peor parte era que Derek entendía todo perfectamente ahora. Sentía su mirada fija sobre mi.-¿Me vas a responder?

-Perdón yo no...no pensé verlo nunca más, menos acá...-sentía como las lágrimas recorrían mi cara lentamente. Ya no podía controlarme.

-Entonces, es él quien te saco esa hermosa sonrisa que tenes...-me dice sonriéndome mientras con su mano me iba sacando las lágrimas.- No vale la pena, nadie lo vale...Lo sabes ¿no?

-Sí...pero no puedo evitarlo.-digo y por primera vez en un buen rato lo miro. Su mirada es suave y hace que me tranquilice, me hace sentir bien.

-Bueno, si querés desahogarte, yo estoy.-me dice con una sonrisa en la cara.

-Gracias-le digo mientras trato de recomponerme.-Estoy hecha un desastre, perdón.

-No me tenes que pedir perdón y no estás hecha un desastre, estas hermosa...igual que siempre.-me dice al mismo tiempo que baja la mirada. Hace una pausa larga y luego vuelve a hablar.- Tengo una mejor idea, podemos venir acá otro día pero hoy vamos a cambiar los planes.-me dice y me agarra de la mano guiándome hacia otro lugar.

-¿A dónde vamos?

-Ya vas a ver-me responde con una de sus hermosas sonrisas. Me dejo llevar y trato de pensar en otra cosa. 

Paramos en un lugar de comida rápida y la pedimos para llevar. En realidad, él la pide mientras yo estoy parada observando lo que hace. Dejo que ordene por mi y lo espero. Una vez que nos entregan la comida nos dirigimos al campus otra vez.  Nos sentamos en el pasto y abrimos las bolsas que contienen la comida. 

No había nadie, el campus estaba silencioso y el clima perfecto. Era una noche hermosa. Me gustaba mucho más este plan que el anterior. 

-¿Qué opinas de este cambio de planes? ¿Mejor o peor?

-Mucho mejor, definitivamente. 

La noche, por suerte, no se arruinó, al contrario, mejoró. Comimos nuestras hamburguesas con las papas fritas, mientras hablamos de muchas cosas. Cuando terminamos nos recostamos sobre el pasto y contemplamos el cielo. Llegué a conocerlo mucho mejor y él a mi también. Me preguntó sobre Sawyer pero yo le dije que no estaba lista para hablar de eso, no quería arruinar nuestra cita, iba todo tan bien. Las horas se pasaron volando y, sin darnos cuenta, ya era de madrugada. 

-Bueno, aun que no quiera, tengo que llevarte a tu cuarto Ash.-me dice girando la cabeza para mirarme.

-Sí, lo se.-le digo sonriendo.

Ambos nos levantamos y nos encaminamos hacia mi edificio. Íbamos lento, ninguno de los dos quería que esta cita se termine. Cuando llegamos ala puerta, los dos nos miramos, incómodos, sin saber qué hacer. 

-Bueno...la pase muy bien-le digo mirándolo.-Gracias por todo.

-Fue un placer, yo también la pasé muy bien Ash.-me responde-Espero que podamos repetirlo algún día.-al terminar la frase se acerca más a mi. 

Sabía lo que estaba haciendo y por algún motivo no quería detenerlo. Cada vez estaba más y más cerca de mi...podía sentir su respiración entrecortada, estaba nervioso, al igual que yo. Estaba todo tan silencioso que lo único que se escuchaba eran nuestras desparejas respiraciones y los latidos de nuestros corazones, que aumentaban cada segundo. 

No podía moverme, estaba estancada al piso, sin saber qué hacer. Derek estaba muy cerca, pero se detuvo. Sus ojos me miraban fijamente, mientras sus manos se posaban en mi cintura. Mis manos recorrían lentamente sus brazos hasta llegar a su cuello y detenerse allí. Ambos sonriendo, yo sabía que él estaba esperando que yo diera el último paso, si era lo que quería obvio. Y sí, lo era, solo que no me animaba. Lo atraje más hacia mi con mis brazos y mis ojos se desviaron de los suyos a sus labios...lo iba a hacer, tenía que animarme. Cuando mis labios se encontraban a centímetros de los suyos, me besó. 


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