Mar'y

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El sol empieza a ocultarse. La luna y las estrellas empiezan a salir.
Falta una hora para ver a Mar'y en la torre. Por esta ocasión mi padre patrullará con Dick, es el momento perfecto para decirle a ella lo que siento, y detesto esto. Me enseñaron que los sentimientos me harían débil y tonto, eso lo aprendí por las malas. Estaba en la liga de los asesinos, y todos los días a las 6 de la mañana me tocaba entrenar con armas blancas. Me dirigía al coliseo principal.
Salí de mi habitación con mi uniforme, su estilo era asiático. Tela completamente negra y flexible. Las mangas llegaban hasta mis muñecas y la parte inferior hasta mis tobillos. Este venía acompañado con una cinta roja, las puntas des hiladas a la cintura. Cuando se usaba ese traje nunca usábamos zapatos, siempre me dolían los pies, pero cada vez que veía pasar a Gala, la niña que me gustaba, todo el sufrimiento se iba.
Esto terminó cuando mi abuelo se dio cuenta, y por eso me gané unos golpes que me mataron. Cada vez que moría me hundían en el agua del pozo de lázaro. Esta agua verde neón podía curar, rejuvenecer y regresar vida a cadáveres poco deteriorados.
Al momento de revivir lo primero que llegó a mi mente fue en lo que me esperaba. Salí del líquido gritando. Me puse de pie, me llegaba a la cintura, hasta que sentí el mi puño de mi madre en mi mejilla izquierda y caí de sentón. No reaccionaba, me ahogaba pero no hacía nada. Justo cuando mi conciencia volvió, me puse de pie. En ese momento escuché los gritos de ella, palabras que nunca olvidaré.
- Damian, el peor defecto que tiene el ser humano son los sentimientos- de repente, me golpeó una vez más del mismo lado. Ese golpe me abrió la piel, dejando la sangre correr por mi rostro.
Así es como obtuve una cicatriz en ese mismo lugar, así como una lección muy bien aprendida. Desde ese día no volví a ver a Gala de la misma forma. Creo que esa es la razón del porqué tengo este carácter terco y arrogante.
Sin embargo, esta vez ganaron mis emociones, y las odio, pero no puedo hacer nada al respecto. Es mejor que me adelante si quiero dejar todo listo, con la lluvia tal vez me retrase.
Me pongo mi uniforme. Estoy en la cueva, por lo tanto, tengo mi moto cerca. Es roja y con el símbolo de mi alias dorado en la parte de abajo del volante negro. Es una Yamaha, con 786 litros de motor V-4.
Me monto en ella y salgo de ese lugar. Poco a poco voy viendo mi primer destino, las calles de Gótica. Con forme voy avanzando me encuentro las lámparas que había guardado en los techos de los edificios grises. Subo a un edificio y coloco el foco en dirección a la torre Wayne. Justamente al norte, me dispongo a continuar con mi trabajo. Linterna por linterna voy iluminando el camino hasta terminar.
Faltando 10 minutos para las 8, me dirijo al edificio. Mientras recorro las frías y oscuras calles de ésta ciudad, me pongo a pensar en la reacción de ella al decirle todo esto. Se enojará? Se asustará? Nadie lo sabe, lo único que se nos permite hacer es imaginarnos el resultado.
Después de un tiempo llego al punto de reunión, puntualmente. Lanzo mi gancho y este me impulsa hacia el cielo. El viento es frío. Llegando al techo, veo a alguien de espaldas parada con cabello azabache suelto. Un pantalón negro justo con una blusa de manga larga como ombliguera. La sombra de esta persona se volteó, descubriendo los ojos verdes de Mar'y.

RobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora