Ángel de Piedra

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Funcionó? Por qué lo dice?

-Estás segura?

-Nunca en mi vida había estado tan segura- responde mientras más lagrimas salen de su ojo derecho.- Oigan, vengan a ver esto! Y traigan un espejo!- exclama con emoción llamando a los demás.

Segundos después llega Andrey y Saya.

-Carajo Damian!- exclama Andrey mientras se ríe. Se acerca a mi y me pone el espejo en frente de mi rostro. El reflejo al que estoy acostumbrado ha cambiado. Mis ojos en vez de ser blancos con iris jade son totalmente azules y radian luz del mismo color. Por alguna extraña razón mi vestimenta que traía desde un inicio ya no es la misma. Ahora tengo un traje negro que cubre de mi cuello a pies con dorado en las orillas de todo el traje, tiene unos pequeños dibujos abstractos esparcidos en él. Está acompañado por unas hombreras de 8 lados irregulares y dorado en las aristas, ellas soportan una capa roja que me llega hasta mis pantorrillas. Tengo zapatos negros y me llegan hasta abajo de mi rodilla. 

-Qué me pasó?- pregunto

De repente empiezo a escuchar sonidos rocosos. Volteo atrás mía y distingo que aquellas estatuas de las que creí sin vida empezaron a moverse. Se estiraban y se formaban en filas de 5 soldados.

-Amo!- me llamaron todos al mismo tiempo y se pusieron de rodillas ante mi- seremos fieles ante usted hasta el día que nuestra existencia se desvanezca.

Después de que todos me dijeron eso a su lado izquierdo unas luces amarillas aparecieron y dieron forma a una katana. Ellos la tomaron estando aún de rodillas y al momento de ponerla con sus manos los destellos desaparecieron y una katana de acero inoxidable con el mango cubierto de cinta roja.

-Y... cómo se supone que controlo a estas piedras esculpidas?

Inmediatamente destellos azules se colocaron en frente mía dando forma de una espada medieval. Introdujo mi mano a las luces, tomo lo que se supone que es la espada y me rodean completamente con ellas encerrándome y dándome cosquillas por todo mi cuerpo. Al cabo de unos segundos ese centello se desvanece y me observo mi cuerpo. Mi vestimenta que traía desde un inicio ya no es la misma, ha sido reemplazado por un uniforme negro que cubre de mi cuello a pies con dorado en las orillas en todo el traje. Tiene unos pequeños dibujos abstractos esparcidos en él. Está acompañado por unas hombreras de 8 lados irregulares y dorado en las aristas, ellas soportan una capa roja que llega hasta mis pantorrillas. Tengo zapatos negros y me llegan hasta abajo de mi rodilla. Volteo a ver a los demás.

-Wow!- exclama la chica asiática- podía imaginarme ver despertando a los soldados de piedra, pero si hay algo que no esperaba es tu nueva apariencia.

-Tienes razón- continúa Galya- no solamente el conjuro fue un éxito, según lo que dice el libro aquel que fue criado y destinado para la maldad, pero cambia y guía su camino para el bien, será el mejor líder que los "ángeles de piedra" podrán tener.

-Suena como un cuento barato que Damian haría-comenta Andrey- incluso tiene la apariencia de un cuento barato.

-Cállate Vólkov- respondo- cuando las luces me cubrieron escuché susurros, me decían que sólo debo pensar qué quiero que hagan o digan los soldados. Es más fácil de lo que pensé.

-Prueba con algo, no sé, piensa en algo que quisieras que hagan- comenta Saya.

Cierro mis ojos y me concentro en imaginarme qué quiero que hagan. Ya sé. Los soldados guardaron sus espadas y utilizaron su mano derecha para enseñarle el dedo medio a Andrey.

-Púdrete Vólkov!- exclamaron.

Galya deja escapar una pequeña risita. La sonrisa que el ruso tenía desapareció.

RobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora