Rompiendo Corazones

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Este es un especial de navidad dentro de la historia original, como un capítulo especial, pero les advierto que el título lo dice todo, no me maten, esto es como Damian se comportaría.

Estando más cerca de la mansión, pude ver que las luces que percibía de más lejos, eran de colores, como una discoteca moderna.
Entré por la puerta principal, notando el alboroto, todos ya se habían quitado sus trajes de la fiesta. Estaban con playeras normales, pantalones, y... descalzos, con sus pies totalmente desnudos, brincando al ritmo de la música electrónica. El sonido era muy alto, estaba reproduciéndose la de Limitless 2015- CruX.
Las luces estaban apagadas, sólo se podía ver la iluminación arco iris, creo que ni siquiera han notado mi presencia.
- Oigan!!! - grité a todo pulmón, pero mi voz apenas era audible, ellos seguían saltando, no tuve más remedio que apagar la bocina, esta se encontraba a mi costado derecho, busqué el cable de electricidad para poder desconectarla, al hacerlo, los demás se calmaron y dirigieron su mirada hacia mí.
- Me he dado cuenta que a ustedes no se les afectó su estancia en la liga.
- Por qué lo dices?- interrogó Oliver
- Son unos adolescentes comunes, les gusta divertirse, las fiestas, todo lo que sirva para perder el tiempo
- Bueno, déjanos ser como somos, tú se tú - contestó Isabel
- Bien, pero no bailaré con ustedes - Puedes poner la música tú? aunque duela admitirlo tienes un buen gusto-prosigió Johan
- Los Al Ghul tenemos buen criterio - finalicé la conversación volviendo a enchufar el aparato, saqué mi celular de mi bolsillo y lo conecté por Bluetoohh, siguiendo de esto busqué una canción para poner. Back To Life- Don Diablo.
En cuanto voltee a ver a los demás, se pudo apreciar que ya estaban brincando, por primera vez en todo el año, pude ver en ellos felicidad, algo que yo rara vez he tenido.
- Vamos Damian, ven y relájate un poco - me llamó Oliver dejando de saltar
- Yo no quiero ser parte de esas niñerías
- Déjalo Oliver, el no es como nosotros - respondio Isabel, el sueco me dejó en paz y volvió a bailar. Pasaron las horas, hasta que las tres de la mañana llegó y Megan alzó la voz.
- Feliz navidad!!! - seguido de esto todos gritaron de emoción, como si hubieran heredado el trono de mi abuelo, hasta que les puse un alto.
- Oigan!!! -  grité - no ha llegado Santa Claus como para este alboroto
- Pero es navidad Damian, anímate, es una época de felicidad, donde la familia y amigos se reúnen, no te da un poco de alegría? - preguntó Miranda
- No, lo único que la Navidad hace es traer personas a comer, es el día donde más crimen hay, los pinos que sobran de las ventas son desechados o quemados, un desperdicio total y daño a la capa de ozono, animales inocentes mueren para que sus cuerpos sean devorados por personas avariciosas, esta es la época donde se produce más basura ocasionada por envolturas de papel y moños. Lo único que hace la navidad es destruir este mundo.
- Tan siquiera puedes reservar tus comentarios negativos? Si a nosotros nos emociona esto déjanos, cual es tu problema? -  respondió Mayalén
- Mi problema es que parecen bebés emocionandose por un simple día, nosotros somos los mejores mercenarios, no podemos comportarnos como unos niños que creen en Santa, no pueden ser más realistas? - no respondieron mi argumento, pero pude ver reflejado en los rostros de ellos un sentimiento de culpa, de tristeza, ira hacia mí, con ganas de matarme, pero sé que no pueden, temen decepcionar a Ra's, son unos cobardes, cancelé la sincronización de mi celular a la bocina. Me dirigí a mi habitación y me dispuse a guardar algunas cosas en mi mochila gris, pero me detuve a observar la nieve que recién caía del cielo, me puse una sudadera muy gruesa carmín. Empecé a empacar una cantimplora de agua, binoculares de camuflaje, un encendedor rojo, una revolver y municiones, obviamente cargaba con mi espada. Salí por la ventana, mi habitación se encuentra en el segundo piso, pero el árbol que está a mi derecha me puede ayudar a bajar. Salté a la planta, aterrizando en un tronco, seguido de esto me colgué de la rama y me solté para caer en el pasto con nieve.
Empecé a correr en dirección a la montaña donde anteriormente me encontraba, el clima era frío, pero el sudor de mi cuerpo me impedía helarme. Después de media hora llegué a mi destino, empecé a escalar, llegando a la cima pude sentir la temperatura más baja, la nieve rozaba mi rostro sin piedad. Me senté, puse mi mochila a mi derecha. Todo lo que les dije a los demás me recordó a la primera vez que celebré navidad, tenía diez años, Ciudad Gótica.
Me encontraba en el gimnasio de la mansión, golpeaba un saco de piel negra, estaba agotado, me detuve a limpiar el sudor de mi frente con una toalla blanca que traía colgando en mi hombro derecho, vi mi reloj deportivo que traía en mi muñeca izquierda, marcaba las ocho de la noche, debía alistar me para la cena de navidad que Alfredd había preparado. Salí de ahí y comencé a caminar sobre los pasillos lujosos. Llegué a mi habitación y en mi cama estaba extendido un traje negro con una camisa de manga larga verde, tomé una toalla clara y me metí al baño para darme una ducha. Las gotas de agua tibia hacía que muchas preguntas rondaban en mi cabeza, qué se sentía celebrar navidad? No podía saberlo, debía llegar al comedor de cedro para poder responder mis dudas.
Terminando de bañarme me puse la toalla al rededor de mi cintura, esta me llegaba hasta media espinilla, fui al cajón de la cama y saqué ropa interior, me quite la toalla, me sequé y comencé a vestirme.
Acabando fui a la camerino del cuarto a peinarme, en frente del espejo estaba un cepillo negro, lo agarré y lo pasé por mi cabello moldeando mi pelo, al finalizar miré mi reflejo, realmente no sabía si alegrarme, enfadarme, o simplemente no hacer nada, mi mente estaba en blanco.
Quedando listo bajé las escaleras, ahí estaban todos los miembros de la Batfamily, los hombres con trajes de gala y las mujeres con vestidos de noche, Cassandra traía un de tirantes gruesos, la parte de arriba era gris, poco a poco este color se perdía hasta encontrase en los muslos con el negro. Stephenie tenía uno rosa pastel que le llegaba arriba de las rodillas, tacones plateados, Barbara a pesar de estar en silla de ruedas traía uno rojo de encaje. Estuvieron conversando, menos yo, realmente estaba nervioso, no sabía que hacer o decir, después de unos minutos fuimos a la mesa, mi padre estaba esperándonos, en ese año aún no era vegetariano, así que comí pavo, pero antes de que todos lleváramos un bocado a nuestra boca Bruce habló.
- Sé que para ustedes esta noche es común para ustedes, pero justamente hoy un nuevo miembro a la familia nos acompaña en esta cena tan esperada por muchos, así que hay que dar gracias- alzó su copa - salud - los demás le siguieron.
Debería disculparme con los demás? Realmente les he roto el corazón.

RobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora