1er pecado: Lujuria

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Prólogo

En el Arathe o también como lo llaman los humanos: cielo, viven los ángeles cuyo nombre en realidad es karitios. Ellos viven en calma, pues son almas que pagaron sus pecados y han sido purificadas después de pasar el Saligia, también llamado purgatorio y así permitiendo que todo pensamiento impuro se fuera de su mente.

Los humanos han puesto infinitos términos a objetos de la vida diaria en Arathe para poder expresarla en su cultura.

Así como existe el bien hay un mal y así como existe el Arathe existe el Goyenjio, el infierno, donde habitan los Kaios, los demonios, un lugar donde sufrirán por la eternidad hasta que llegue el momento de ser juzgados frente a Hifer, Dios y Karitio Numan, el nombre de Karitio Numan significa Ángel caído y esto se refiere a la criatura con mayor poder en el Infierno, Satanás.

En el territorio Goyenjio y en el reino Arathe no existe el amor que no sea de Hifer a sus creaciones, el amor son reacciones químicas del cuerpo y mente humana.

Una vez las almas llegadas a estos lugares espirituales ya desprendidas de sus cuerpos también se desprenden de la mayoría de sus esencias humanas, Hifer les permite a los Karitios y a los Kaios conservar la alegría y la tristeza, pero debido a que los Kaios son almas impurificadas también conservan su enojo, en especial por haber sido mandados a aquel horrible lugar y por tanto muchos Kaios hacen lo que les plazca en el Goyenjio.

Una vez cada siglo Goyenjio celebra la creación de Karitio Numan, el día en que fue desterrado de Arathe y empezó su gobierno. Aquel día un pequeño grupo de Kaios fue a la frontera de el Zutah Hure, o también mundo terrenal donde los Dopae, humanos, viven.

Aquellos traviesos juntaron todo el poder espiritual que tenían y abrieron un agujero en la barrera de Arathe, uno por uno intentaron pasar por aquel agujero pero ninguno lo logró, a pesar de que era lo suficiente grande para que cualquiera de ellos pasara por ahí, solo quedaba un Kaio sin intentarlo.

-Vamos Todoroki es tu turno- dijo con un tono de fastidio un Kaio del grupo.

-Sinceramente, ¿Para que quieren hacer esto? si vamos mas allá de este agujero nos detectaran los Karitios Juzgadores y se terminara el juego.

-Solo hazlo!!- dijeron todos al unísono, Todoroki dejando salir un suspiro de frustración agitó sus alas negras y atravesó aquel agujero.

Se encontró con una fuente de mármol blanco anverso a el, el bello chapoteo de la fuente le dieron mas paz de la que había tenido antes.

-¿Quien eres?- Sonó una voz desconcertante mente dulce desde el otro lado de la fuente. Se lograba ver muy tenue una silueta con alas blancas.

«Maldita sea, no debo verlo directamente o tendré problemas» Pensó todoroki.

Una de las reglas mas importantes en el Unamet: el libro de las normas, era que un Kaio nunca debe ver a un Karitio directamente, debido a que la belleza de uno lo cautivaría de inmediato.

-Soy...- dijo Todoroki solo siendo capaz de mirar abajo. El Karitio lo miro muy detalladamente dejando relucir un aura pura, se acerco a él, dejando la fuente detrás.

-Eres un Kaio... Wow, ¿Como hiciste un agujero en la barrera?- Dijo el chico muy emocionado.

-...

-Si no me quieres responder no hay problema, pero me verías a los ojos?, es un poco incómodo hablar así...- Los Karitios son muy inocentes y la mayor parte de su población no saben las normas, para ellos la solución a todo es una sonrisa.

El inocente tomó con ambas manos la mejillas del Kaio misterioso y alzó su cabeza, de manera que se pudieran ver directamente a los ojos. Un perfecto chico frente a el, un cabello inexplicablemente color verde al igual que sus ojos, unas ligeras pecas que añadían paz y ternura a su rostro. Y el quedó anonadado ante aquella sorprendente belleza.

-¿Estás bien?

-Yo...- dijo mientras colocaba su mano en la mejilla del chico peliverde y su cara se tornaba de color roja -tengo que irme.- apresuró a decir, soltando de manera arrebatada las suaves mejillas del Karitio.

Rápido salió del Arathe y con el pulso a toda velocidad cubrió su cara sin saber que hacer por lo que sentía.

-¿Que rayos paso ahí?, ¿Te encontraste con un Karito?

-Tengo que irme- respondió todoroki, dejando detrás a su grupo de amigos confundidos.

Fin del prólogo.

-Hola chic@s espero que les atraiga esta historia. Aproximada mente tendrán mínimo 1500 palabras por capítulo, en total los capítulos sumarían un estimado de 10 o 12. Nos vemos.

Ya está lista la siguiente parte, vayan a verla, gracias por leer.

-Tododeku- El demonio y el ángel. (Estado Haitus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora