Después de esto fui a varios psicólogos. Decían que estaba bien.¿Bien? Si bien es ver a tu madre y a tu hermana morir asesinadas ante ti por tu misterioso padrino.Ese....ese padrino al que solo has visto esa vez. Si eso es estar bien. Entonces...preferiria no estarlo. Preferiria despertar y que todo hubiese sido una pesadilla. Pero no era así y tenia que salir adelante.
Y así hice, fui al instituto. Todos parecían ignorarme o mirarme como una atracción de circo.En fin,eso solo era una prueba de que la gente de ese instituto no era muy...cómo decirlo... no era muy simpática.
Dejé de dormir,tenia pesadillas en las que veia los cuerpos de Lizzy y mi madre, (o lo que quedaba de ellos) tirados en el suelo,en un charco de sangre.Pero esta vez el hombre torturaba a mi padre y después me ahogaba en su sangre.
Eran las 11.09am. Estaba caminando por los pasillos del intsituto cuando me choqué con alguien.
-P-perdona.-le dije,pero el no me hizo caso,era un chico alto de ojos oscuros y pelo gris aunque era evidente que como mucho tenia dos años más que yo y lucia un bronceado más bien típico del verano.
Me quedé mirandolo unos instantes pero hasta el último momento no me dí cuenta de la cicatriz debajo del pómulo derecho.
-¡Espera!
-¿Quë quieres?- preguntó como si hubiese interrumpido algo importante.
-Sé que no deberia importarme...pero. ¿Cómo te hiciste esa cicatriz?
Se tocó la cicatriz con la mano,puso cara de pocos amigos y me dijo una respuesta que ya me esperaba.
-Si sabes que no es de tu incumbencia,no deberias habermelo preguntado.-y se fue con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro.
Me dirigía a mi taquilla,cuando la abrí me encontre montones de cartas y dibujos. En los dibujos había en ellos símbolos satánicos y grotescos y en las cartas había maldiciones y amenazas. Ahí entendí porque me ignoraban,por que me miraban de esa manera, creian que estaba maldita,que era un demonio o algún ser similar, yo también estaba empezando a pensarlo. Ni siquiera podía creermelo aún. ¿Por qué a mi? Sin darme cuenta unas lágrimas bajaron por mis mejillas. Esa era la primera vez que lloraba desde ese dia, no comí,ni bebí nada solo me encerré en mi cuarto y no salí hasta el día siguiente.Supongo que de alguna forma me convencí para salir adelante,aunque no se de dónde saqué el valor necesario para ello.Sonó el timbre,era hora de volver a casa y hacer deberes.
Después de hacer los deberes preparé unos cupcakes de chocolate y caramelo y empecé a leer y a escuchar música de Three Days Grace a medio volumen encerrada en mi cuarto. Le dejé algunos de los cupcakes a mi padre sobre la mesa de la cocina, al lado de la nota que me dejó diciendo: "Voy al bar,no me esperes."