Capítulo 7. Dragones, doncellas y ballenas.

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Volga, el Caballero Dragón, después de ir al castillo en busca de respuestas, se dirigió hacia el lugar al que llamaban la Isla del Diablo. Impa le contó que la Princesa Zelda había ido en busca de Link para informarle sobre la nueva amenaza que acechaba Hyrule, y aquel era el último sitio del que habían tenido noticias de él; si Link había ido allí, seguramente Zelda también. Ravio acompañó a Volga hacia su destino, pues aún tenía una deuda de gratitud con él, por no decir que su presencia le brindaría protección al extraño mercader.

En otra parte, una joven líder pirata se dirigía hacia su mismo destino; era Tetra. Después de que el antiguo Rey de Hyrule se presentara ante ella y los demás héroes que trataban de resolver la crisis, estos se dividieron para cerrar las fracturas que se encontraban desperdigadas por los diferentes lugares de Hyrule; Tetra decidió ir a la Isla del Diablo, pues sentía que debía proteger su hogar.

Cuando allí se encontraron el trío de guerreros, ambos equipos se unieron en un mismo bando para enfrentar a los monstruos que por allí aparecían, ya que su gesta era la misma.

Cuando luchaban contra los demonios que salían de todas direcciones de la isla, Volga oyó un grito que provenía de la zona a la que llamaban Isla del Dragón; al parecer, la distorsión en el tiempo había juntado varias islas de esa misma realidad en un mismo punto.

-¡Ayudaaaaa!- gritaba una joven de cabello castaño y que tenía un pico de pájaro en la zona de la nariz. La joven estaba siendo rodeada por un cuarteto de Blins Acorazados. Aunque enfrentarse a ellos por separado no sería un problema para Volga, él sabía que sería arriesgado entrar directamente, por lo que ideó un plan:

Volga se transformó en dragón y se lanzó volando hacia la tropa de monstruos. El impacto hizo que los Blin acorazados salieran disparados por la fuerza del golpe. Cuando se despejó el polvo, la joven orni miró asombrada al ser que la había salvado.

-Eh ¿estás bien?- preguntó el dragoniano a la chica del arpa.

-S-Sí- respondió ella ligeramente emocionada –Un dragón volador de escamas rojas... ¿Valú?-

-Eh... no- respondió él un tanto confuso.

Mientras la orni y el dragón conversaban, Tetra y Ravio vinieron para ver qué había pasado.

-¿Estáis todos bien?- preguntó la líder pirata.

-Sí- respondió la joven del arpa –Creo que ese impacto los ha mandado lejos. No creo que vuelvan a molestarnos por ahora-

-Bueno, si vuelven les daremos p'al pelo- dijo Tetra confiada.

-De todas formas ¿Qué buscaban aquí esos monstruos?- preguntó Ravio

-No estoy segura- dijo la castaña –pero creo que querían algo de Valú. Él es un poderoso dragón celeste y también es nuestro protector, sus escamas nos ayudan a los orni a volar cuando llegamos a la edad adulta. Yo soy la encargada de cuidar de Valú y trataba de evitar que le hicieran nada, pero me rodearon. Por suerte el señor dragón vino a rescatarme-

-No me lo agradezcas- dijo Volga –empieza a convertirse en una costumbre-

-Supongo que los dragones sois benevolentes por naturaleza- dijo ella sonriendo

-Normalmente te pediría una recompensa- dijo Tetra –pero hoy me siento generosa, así que lo dejaré pasar- *guiño* -Por cierto, yo soy Tetra. Y ellos son Ravio y Volga, mi tripulación suplente-

-¡Oye!- dijo Volga –Yo no recuerdo haber aceptado ser de ninguna banda-

-Ni falta que hace- respondió ella –El Mascarón Rojo en persona me ha dado permiso para reclutar todos los aliados que pueda-

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