Capítulo 8. Duplicados Everywhere.

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Cuando todos los demás héroes se habían dividido después de su gran batalla contra Kranos en el Desierto Gerudo, Zelda, es decir, Sheik, y el Rey Daphnes habían continuado su marcha por esa misma zona para asegurarse de que no quedase ninguna fractura sin cerrar y no apareciesen más criaturas.

Durante ese tiempo, ambos gobernantes conversaban sobre la situación en Hyrule y el pasado de sus diferentes realidades.

-Dime una cosa- preguntó el rey -¿Hasta cuando piensas seguir con el número del Guerrero Sheika?-

-¿Cómo te has dado cuenta?- preguntó la caracterizada princesa

-Jovencita, mis antepasados también me contaron historias sobre una joven princesa que se escabullía de los muros de palacio bajo el disfraz de Sheik el Guerrero Sheika- explicó el anciano rey -No eres la primera que usa ese truco-

-Je, no pensé que fuera una historia conocida para la familia real- respondió Sheik

-Supongo que no todas las Zeldas se parecen entre ellas- respondió el Mascarón Rojo -Que le pregunten sino a Tetra- dijo por lo bajo.

Tras esta breve charla insustancial, a lo lejos avistaron la silueta de una portentosa armadura grisácea. Esta tenía dos cuernos a los lados del yelmo, y una pesada espada que era tan gruesa como el escudo que portaba en su mano izquierda. Sheik y el rey se acercaron a más velocidad para identificar al misterioso guerrero que había hecho su aparición.

-¡No me hagáis daño!- dijo la armadura con una delicada voz para sorpresa de ambos nobles.

-T-tranquila- trató de calmarla Sheik aún sorprendida por la actitud tan femenina del guerrero que tenía enfrente. -No te haremos daño. ¿Cómo te llamas?- preguntó

-Bueno... esto es algo extraño de explicar- dijo la coraza de espectro -En realidad... soy la Princesa Zelda... y estoy un poco perdida...-

-¡¿La princesa Zelda?!- preguntaron ambos sorprendidos, sobre todo Sheik. Ante la reacción de albos nobles, la armadura dejó de moverse, y rodeada por una misteriosa luz, apareció de ella la silueta de una chica joven vestida de princesa, que emanaba un halo fantasmal.

-Ya veo- dijo el rey -O sea que realmente eres una princesa Zelda...-

-Si y... ¡Usted es el rey Daphnes Nohansem Hyrule! No puede ser ¿Habré viajado en el tiempo?-

-No solo en el tiempo...- dijo Sheik mientras, rodeado por una mágica luz, su traje de ninja pasaba a ser un vestido rosáceo digno de una princesa. Ambas Zeldas se encontraban sorprendidas de verse mutuamente, eran tan idénticas, pero tan diferentes a la vez, que a ambas les pareció estar en frente de un espejo trucado.

-Dime ¿Qué condiciones te obligan a permanecer en esta forma de fantasma?- preguntó el monarca.

-Bueno... lo único que recuerdo es que una misteriosa niebla asoló todo el cielo de la Nueva Hyrule y lo único que recuerdo haber pasado después fue a una espacie de mago sujetando mi cuerpo inerte. Sinceramente, espero no ser realmente un fantasma...-

-Lo dudo mucho- dijo el rey -lo mas probable es que pretendan utilizar tu cuerpo para otro propósito. Seguramente permanezca intacto. Ahora mismo te encuentras en otra realidad, otra línea temporal, al igual que yo. El responsable de fracturar las corrientes temporales debe ser el mismo que robó tu cuerpo-

-¿No hay ningún héroe en tu mondo que pueda ayudarte?- preguntó Zelda

-Hubo uno- respondió la princesa fantasma -pero no sé dónde se encuentra...-

-Entre tantas realidades posibles alguno correspondiente a nuestra línea temporal debe de estar por ahí, lo difícil será buscarlo-

-No necesariamente- dijo la princesa en versión encanijada -Hay una forma de viajar mas rápido- En ese momento, el espíritu se concentró, y de la nada apareció un portal amarillento del que surgió una locomotora de vapor que tenía un cañón en la parte trasera.

-¡Subid al Tren de los Dioses!- dijo alegremente Toon Zelda -Vamos a buscar al héroe-

Y así Ambas versiones de la princesa y el antiguo gobernante de un reino sumergido fueron en busca del Héroe del Viento. Mientras tanto en el Castillo real de Hyrule; un pequeño personaje se encuentra sentado en un banco del campo de entrenamiento mientras un grupo de soldados, entre ellos la Capitana Impa, lo miran fijamente...

-¡¿DESDE CUANDO LINK ES TAN CANIJO?!- preguntaron todos a la vez.

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