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Sus manos estaban frías, los guantes le resultaban más un estorbo que una fuente de calor.

Acomodó torpemente su cabello que caía sobre sus ojos a la vez que entraba a su modesto establecimiento donde trabajaba.

Lo primero que vio en cuanto entró al almacén fue a Yoongi; con su típica mirada fría y falta de emociones en el rostro.

Entonces el castaño sonrió como cada mañana, sin ser correspondido.

—Buenos días Yoon.
—¿Qué tiende de buenos? — Le respondió con el ceño levemente fruncido y la voz adormilada.

Jimin ignoró el pesimismo que caracterizaba al rubio e intentó animarlo. Nunca había visto alguna sonrisa o una pizca de alegría en Yoongi.

— Nada en realidad, tú haces que sean buenos.

Se acercó un poco y abrazó con suavidad al rubio, quien se separó al instante.

— Lo que sea Jimin, es mejor que trabajemos — Dijo mientras se iba a cualquier parte de la tienda, lejos del castaño.

Jimin suspiró algo desanimado. Aunque resultara estúpido, esos pequeños rechazos lo lastimaban, siempre se preguntaba porqué Yoongi no quería entablar alguna relación con él.

No esperaba que fueran novios o alguna cosa de esas; porque Yoongi le resultaba realmente atractivo. Pero deseaba poder ser siquiera un amigo suyo. En un año apenas le dirigía la palabra y se le estaban acabando las ideas de cómo iniciar una conversación sin que pareciera que era un raro sin amigos. Aunque claro, no tenía amigos debido a eso, pero ese no era el punto.

{...}

Cerró con llave el almacén, dando así por terminada su jornada de trabajo.

Movió nerviosamente sus manos y se dirigió a Yoongi — Oye, Mhmm.. ¿que-querrías ir a tomar un café o... o algo?

La mirada que le dio el rubio no reflejaba una respuesta alguna, pero asintió con la cabeza. Comenzando a caminar sin voltear para asegurarse de que el castaño lo seguía. Porque sabía que lo hacía.

{...}

— Y... ¿Qué música te gusta? — Cuestionó Jimin, rompiendo el silencio incomodo que los tenía envueltos.

Yoongi no quitó la mirada de la mesa, ni dejó de mover su té con nostalgia.

— Cualquiera, supongo. No tengo color, película, ni animal favorito. Como lo que sea que me mantenga vivo. No tengo ningún objetivo más que poder ser feliz sin que el mundo me joda... Creo que eso responde tus preguntas futuras.

Jimin sólo bajó la mirada.

— E-esta bien, ¿quieres irte?

Yoongi asintió con un suspiro, creyendo que el castaño por fin había entendido que no quería amigos nuevos. Ya tenía suficientes falsos para herirlo, no necesitaba más.

Cuando dio un paso fuera de la cafetería sintió unos brazos rodearle, para después ver a Jimin despidiéndose con una sonrisa.

— Nos vemos mañana, Azuquita.

Shatter MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora