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Jimin lo llamó a eso de las 4 de la madrugada, su voz sonaba cansada por lo que hablaron no más de quince minutos para despedirse con un “Buenas noches” y finalizar la llamada.

Siguió llamando al día siguiente y al siguiente, hasta que Yoongi insistió en que no se preocupara tanto, pues la idea de no ir con Jimin era que cada uno de ellos pudiera tener un momento para si, sin la extrema necesidad del otro.

No lo malinterpreten, pero a nadie le gusta que su celular suene cada cinco minutos, era molesto.

Nunca había necesitado a nadie, y de cierta forma le agrada que permanezca así.

Depender de la compañía de alguien le parecía un tanto -muy- aterrador, y claramente eso no estaba en sus planes, aún si la única persona que podría llegar a necesitar fuera Jimin.

Porque el chico era la mejor cosa que había tenido en su vida. O la única cosa buena... Yoongi no estaba muy seguro de la diferencia.

{...}

Dio una pitada a si cigarro mientras veía a Cian llegar con su típica actitud alegre y seductora. Rodó los ojos con fastidio cuando éste le sonrió, a la vez expulso el humo por la nariz.

La presencia del ojiverde le resultaba realmente molesta pero, era la única compañía que tenía en esos instantes y no parecía afectarle su falta de alegría. Así que estaba bien al respecto. Pues no le importaba pegarle su pesimismo a Cian, como si se tratara de una enfermedad.

Además de que tenía una forma muy... curiosa de ver al amor; como algo inexistente que solo causaría problemas, falso, aburrido y barato. Algo así como el teatro, en palabras exactas de Cian.

- Es como un guión que se repite una y otra vez.

Ideas un poco des-esperanzadoras para la personalidad tan jovial que mostraba el pelinegro.

- Hola, cielo – Le tendió una cerveza que el rubio aceptó con un bufido de por medio.

- ¿Qué te dije de llamarme cielo?

- Nada en realidad, sólo me miras con cara de pocos amigos, pero ¡Oh, espera! Esa cara la tienes siempre. En serio, Min, estoy empezando a creer que no tienes alma.

Yoongi sonrió levemente.

- Quizá no la tengo

- Uh, detente ahí chico muerto – Tomó un largo trago de su bebida – Me abrumas con tanta negatividad y eso que la noche está comenzando. Sólo falta que llueva y llores contemplando el ventanal. ¿Por qué no hablamos de Jimin? No he escuchado tu celular desde que entre.. Nuevo récord, por cierto.

Se encogió de hombros, ya que el tampoco sabía la razón por la cual su novio no lo llamaba aún.

- Debe estar ocupado.

- Si, seguro, eso me dijo Tae y mira donde estoy ahora – Alzó su tercera lata de cerveza, mostrando su punto.

Yoongi volvió a rodar los ojos.

- No todos los chicos son como Tae.

- Mhmm – Cian asintió sin hacerle caso realmente – ¿Qué hay de Chen? Él también me dejó por un ojiverde, supongo que mis ojos no eran su tono verde..

La forma en que Cian se sumía en sus pensamientos le parecía sorprendente, pues el acostumbraba a nublar su pensamiento.

Sintió como le quitaban el cigarrillo de sus labios con brusquedad y observo como el pelinegro fumaba desesperado hasta que su cuerpo parecía volver a su estado de relajación habitual. Yoongi llegó a sentir cierta pena por el repentino cambio de su semblante.

- Como sea, yo no vine aquí a pensar en el pasado. ¡Vamos a divertirnos!

Tomó el brazo del rubio con fuerza, llevándolo a recorrer la ciudad en busca de un club lo suficientemente adecuado para sus delicados estándares.

Los cuales resultaron no muy altos, pues terminaros en las afueras de la ciudad, drogándose hasta perder la conciencia.

Shatter MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora