Baskerville se alzaba en lo alto de una colina sobre el pueblo, las luces de las torres de vigilancia moviéndose sobre las copas de los árboles bajo ella, peinando la zona. Grandes ojos siempre vigilantes.
La presencia de los militares en el área inmediata de los laboratorios era más que evidente, y John no podía evitar pensar que quizá en cualquier momento, alguno de esos camiones bajaría cargado de soldados hasta la posada donde se ocultaban y todo el plan se iría al traste. La idea daba vueltas en su cabeza en los más inoportunos momentos, y por mucho que intentara que desapareciera, siempre volvía a hacer acto de presencia.
Habían realizado el trayecto desde el punto de salto del tren hasta el de encuentro sin pena ni gloria. Quizá era eso lo que hacía que sintiera como si un dedo frío le estuviera acariciando la nuca todo el rato, esperando, esperando. Era como si palpara el desastre solo porque aún no había ocurrido nada desfavorable.
Bien, Watson. Esa es la actitud.
Había estado a punto de tener un ataque de pánico de nuevo cuando, en una pequeña habitación en la segunda planta, había visto Baskerville por primera vez desde la ventana.
No vamos a poder asaltar esa cosa y salir con vida.
Sin darse cuenta, había comenzado a hiperventilar. Cuando empezó a marearse, se agarró al respaldo de una silla y cerró los ojos con fuerza, forzándose a aspirar por la nariz y expirar por la boca, pensando en un triangulo, girando, girando, girando. Tratando de acompasar los lentos giros con su respiración. Luego, más tranquilo, dio una última mirada al edificio en la distancia y bajó las escaleras para reunirse con los demás. Cuando la mirada de Sherlock se alzó de los planos sobre la mesa para encontrarse con la suya, arqueando sutilmente una ceja, John asintió brevemente y se unió a Irene y él, comprobando una última vez el plan.
Después de reponerse y charlar con los dos exploradores para obtener información sobre la zona, el grupo se dividió según lo planeado, y ellos tres se marcharon en dirección al conducto de ventilación principal.
—Lo lamento, chicos, pero tenéis que iros —anunció uno de los dueños de la posada donde se hospedaban. Se había asomado a la puerta de la habitación donde estaban reunidos, con el ceño fruncido —. Una patrulla está de camino.
John se giró para mirar a Irene.
—Podemos salir por la puerta trasera. Pero tenemos que darnos prisa.
Ella asintió.
—Está bien chicos, nos vamos. Recogedlo todo y no falléis. Janine —la mencionada miró a Irene, con la bolsa de sus herramientas al hombro. Algo pareció suavizarse en su rostro—, ten cuidado.
La recogida fue rápida y todos estaban fuera y en ruta en menos de dos minutos. John estaba esperando a que el último de ellos abandonara la zona, asegurándose de que nadie quedara atrás. Cuando todo estuvieron fuera, cerró la puerta y los siguió hasta el camino, al abrigo de la oscuridad. Vio a Sherlock, con Irene alejándose de él, y trotó hasta estar a su lado de nuevo.
—¿Listo? —preguntó. Sentía la garganta seca y las manos sudorosas. Aunque sabía que todo eso solo estaba en su cabeza.
Sherlock asintió, con los labios apretados.
—Listo.
Tal y como habían planeado, la luz se cortó poco después de que llegaran al acceso a Baskerville. Esperaron hasta que se activaron los generadores de reserva, y entraron por el conducto de ventilación. John, que había estado estudiando los planos de las instalaciones, iba en cabeza, seguido por Sherlock e Irene. Si la memoria no le fallaba, los laboratorios de especímenes debían estar en la planta inferior, debajo de los de muestras y análisis. Lo cierto era que, en momentos como aquellos, echaba de menos a Garm. Era de lo más útil para rastrear objetivos.
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Your shadow I follow
FanfictionEn un futuro lejano, ha aparecido progresivamente una nueva variante de humano: el distópico. Este tipo de persona posee un espíritu animal que le representa simbólicamente y que le acompaña desde la pubertad, hasta que encuentra con su alma gemela...