Hace cuatro meses que Jin dio a luz a su tercer hijo. Y siendo sincero, seguía doliéndole el bendito cuerpo, quizá no exageradamente pero el dolor continuaba por ahí.
Sin embargo, le dolía más la cabeza... Esas últimas semanas estaba lleno de estrés por culpa de su trabajo.
―Siento que me muero... ―Lloraba internamente, tirado sobre su cama matrimonial.
Era sábado por la noche y su esposo, NamJoon, intentaba preparar la cena. Sabía que su estómago corría peligro por aquello, pero ahora que estaba muriéndose de cansancio no le importaba.
Le habían dado el día libre a su niñera, que estaba próxima a casarse. Y sinceramente eso le emocionaba mucho, ya que todos le tenían confianza y la trataban como si fuese un miembro más de la familia.
―Rezo para que su matrimonio dure como el mío... O más, incluso. ―Sonrió sutilmente mientras sus párpados caían debido al cansancio. Pero en eso recordó algo de suma importancia.
¡Su aniversario número diez!
Ya llevaba nueve años de casado con NamJoon y el tiempo había pasado rápido. Era como si fuese ayer el día en que se confesó al contrario...
Y sí, todavía seguía cabreado en que haya sido él en dar el primer paso y no el mayor.
Pero al menos fueron felices durante todo este tiempo, y más.
―Hace tiempo que no nos hacemos una sorpresa como enamorados de secundaria. ―Soltó un suspiro con sabor a nostalgia, revolviéndose el cabello. ―Peor ahora que cargamos con lindos retoños.
No es como si me diera vergüenza. No, no. Nada de eso.
Y gracias a aquello se cubrió el rostro, sus mejillas se habían puesto de color carmesí. ¡Pues sí, tenía vergüenza y qué!
Pese a que sea su esposo y le haya acompañado en todo momento por nueve malditos años... Seguía enamorado perdidamente de él. Como si se embriagase con el tremendo amor que le tiene.
Por consecuencia, la vergüenza no se iba.
―Mamá.
―Dime, cariño. ―Era el mayor de sus tres renacuajos, YoonGi.
―Quiero... Hum ―se dedicó a pensar lo que iba a decir, pasando su vista alrededor de toda la habitación de sus padres―. ¿Puedes comprarme unos chocolates? Que vengan dentro de una caja de corazón.
¿A qué demonios venía eso?
E iba a preguntar el porqué; sin embargo, su hijo formó una equis con ambos brazos. Lo que significaba "cero preguntas". Eso le irritaba.
¡Era su madre! Padre... O lo que sea. ¡Pero él lo había traído al mundo! ¿Por qué no le decía para quién eran aquellos regalos que siempre le pedía comprar?
―YoonGi.
―Suga ―corrigió.
―Suga ―decidió seguirle el juego―, ¿podrías decirme para quién son ―El mencionado soltó un estruendoso "no", ocasionando que NamJoon venga hacia ellos.
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NamJin ― Did you miss me?
RomanceNamJoon y SeokJin han estado casados por nueve años; su vida marital siempre ha tenido altas y bajas, pero tienen una solución. A lo largo del tiempo han logrado formar una familia con tres traviesos y lindos niños. Al llegarse el aniversario número...