✤; Capítulo 10.

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― ¿Qué crees que estén haciendo mamá y papá? ―preguntó JungKook.

―Peleando ―respondió YoonGi.

―Reconciliándose ―dijo SooYeon.

Las miradas de la mayor con el de piercings chocaron entre sí y JungKook podría jurar que vio brotar varias chispas. Inclusive pudo haber visto fuego.

―La cosa es que están juntos... hablando ―decidió entrometerse el castaño.

―Sí... hablando ―afirmó SooYeon.




Jin se encontraba sentado en un columpio desgastado; en otro se encontraba NamJoon. Los únicos que les acompañaban eran los grillos y uno que otro perro abandonado. A Jin se le formaba un horrible nudo en la garganta cada vez que veía a uno... mirándole con esos ojos decaídos y, quizá, llenos de esperanza en ser adoptado por alguien y llevado a su nuevo hogar. Él quería llevarse a todos. ¿Por qué tuvo que ser profesor de jardín de niños? Hubiese sido veterinario, joder.

NamJoon, en cambio, trataba de encontrar la mejor manera de hablar con su esposo, fallando en todos los intentos que realizaba. Era sumamente difícil. Jin podría llevarlo al mismísimo infierno y él andaría sin rodeos... porque lo amaba. Haría de todo por él.



―Jin.

― ¿Qué quieres ahora? ―Se limpió una pequeña lágrima. Había visto otro perro.

― ¿Me perdonarás si me voy de la casa? ―preguntó de la nada.

Alguien dígale a Jin que no hablaba en serio.

―No...

― ¿Eh? ¿Por qué? ―frunció el entrecejo―. Estoy cometiendo un riesgo ¿y tú me rechazas?

― ¿Piensas que con solo el hecho de no verte podré perdonarte así de fácil? ¿Te das cuenta de que acabas de confirmar todo lo que te he dicho?

―No confirmé nada. Te estoy pidiendo perdón por haber publicado esa foto y por... no hacer nada para tratar de que me perdones de manera pacífica.

―Pues no. Aunque te largues de esa casa no te perdonaría. Es más, no te preocupes, soy yo el que se irá.

―No, Jin. Tú te quedarás ahí... tú necesitas un hogar más que yo ―el mencionado bufó.

―Es solo un techo. Una protección. Un lugar más en el mundo. Es de todo menos un "hogar".

NamJoon calló.



Jin se comenzó a columpiar ya que no tenía otra cosa mejor que hacer. Su esposo imitó su acción, cosa que hizo molestar al menor. Trató de ignorarlo por completo pero no podía, cada que podía le miraba de reojo para ver qué es lo que hacía. Si es miraba a otro lugar, si es que se movía, si es que revisaba su teléfono. Obviamente, si hacía aquello último le arrebataría el aparato y lo lanzaría lejos. Todo por sus celos.

Y sí, SooYeon escogió el peor momento para llamar al mayor.



― ¿Hola?

NamJoon... ¿qué tal va todo? ―preguntó preocupada.

―No muy bien ―dirigió su mirada hacia Jin y vio que tenía un rostro de pocos amigos―. Jessica, no es buen momento. Te llamo luego, ¿de acuerdo?

NamJin ― Did you miss me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora