Kim SeokJin no estaba pudriéndose de celos en plena calle. No, no. Cómo creen.
Solo es que le llegó una notificación de su Instagram, que al principio le importó una mierda, pero al ver que se trataba de su esposo ingresó a la aplicación como si no hubiese un mañana. Y encontrarse con ESA foto no era de su agrado. Para nada.
Es decir, mientras que él se andaba aniquilando el cerebro pensando en cómo suicidarse al ver que no hizo nada para su marido, el desgraciado andaba tomándose selfies con ESA chica, en SU casa, con una CENA ROMÁNTICA que debería ser para ÉL. ¡Cómo no se iba a molestar!
No, mentía. ¡Estaba más que molesto! ¡ESTABA CABREADO! Y gracias a Dios que YoonGi cargaba a TaeHyung porque si no estaría siendo mala madre al apretar su pequeño y hermoso cuerpo con demasiada fuerza.
―Te crecerán canas verdes por la envidia, mamá. Así dejarás de ser hermoso y papá te engañará con cualquier zorra ―YoonGi intervino antes que su madre agarre a cualquier hombre extraño y le comience a patear en donde le duele.
―Lo sé. LO SÉ, YOONGI. NO LO REPITAS QUE ME DUELE UN INFIERNO ―gritó. Recibiendo automáticamente miradas de completa sorpresa y miedo―. ¡Sé que tu padre es un estúpido!
―No tanto ―murmuró entre dientes mientras acariciaba a TaeHyung, quien se había puesto a llorar por tantos gritos. Jin estaba siendo una mala madre en estos momentos.
A lo lejos se veía llegar a JungKook. Caminaba tranquilamente como si estuviese en su casa y eso hacía desesperar un poco a YoonGi.
Conversaron entre ellos, con TaeHyung de infiltrado sin entender nada, y le dijeron a Kim SeokJin, quien no se había dado cuenta de la repentina desaparición de su hijo porque andaba consumido en su nube negra por culpa de los celos, para que volvieran a casa. Con NamJoon que los estaba esperando ansioso y nervioso a la vez.
Jin se dirigía a su hogar a pasos agigantados, casi corriendo. Necesitaba ver lo que sucedía con sus propios ojos, aunque solo con una fotografía le bastaba para saber más o menos la supuesta infidelidad que cometía su esposo.
Después de tantos años como una bonita familia, recién en su décimo aniversario se digna en destruirle el corazón en miles de pedacitos. ¡Encima con SooYeon, quien decía ser la mejor amiga de su marido! Los iba a destruir. A ellos y a esa bonita relación que tenían.
Solo esperaba que ambos aún siguieran ahí, en esa casa de la que pronto sacaría sus cosas y se iría junto a sus hijos. Ya que el objetivo era partirle el corazón a NamJoon también.
―Se lo merecerá por traidor ―apretó tanto su labio inferior que hasta se hizo una herida―. Por imbécil.
Quería llorar. Patalear. Golpear. Quería hacer de todo para demostrarle a NamJoon lo mucho que estaba dolido.
¿Por qué no fue ayer? Por él normal, porque no era su aniversario tan esperado. ¿Por qué hoy, en ese supuesto bonito día? Era un descarado sin corazón.
― ¿También vieron la foto de papá con la profesora SooYeon? ―JungKook era un experto en tirarle sal a la herida. Más leña al fuego.
―No me sorprendería que hasta el presidente le haya mandado su like e incluso comentado ―se burló YoonGi mientras que le dirigía la mirada a su madre, frunciendo el ceño―. Mamá, deberías tranquilizarte.
― ¿Tranquilizarme? ¿TRANQUILIZARME, DICES? ¡CLARO, CÓMO NO! ¡ME ALEGRA QUE TU PADRE ME HAYA ENGAÑADO DESPUÉS DE DIEZ AÑOS COMO CASADOS! ―extendió sus manos haciéndole más drama a la escena―. ¡ME ALEGRA TANTO, QUE HASTA PEDIRÍA EL DIVORCIO!
― ¡¿Qué?! ―YoonGi y JungKook exclamaron al unísono. Y TaeHyung comenzó a llorar de nuevo.
―Mamá, creo que ya estás exagerando ―habló JungKook y Jin lo ignoró por completo, comenzando a caminar rápido nuevamente. Tenía los ojos llorosos.
―No habla en serio.
―Esperemos que no ―JungKook comenzó a asustarse. Ese divertido drama que esperaba se estaba yendo por el retrete para convertirse en una devastadora pesadilla.
YoonGi y sus dos hermanos andaban detrás de Jin, inclusive podría decirse que a veces tenían que correr para poder alcanzarlo, como si fuese una competencia. Y es que eso sucedía cada vez que el mayor se molestaba; lo habían visto otras veces, pero no sufrido de esa manera. El único que debía tener mucha experiencia con eso era su padre.
JungKook le arrebató el celular a su hermano mayor y decidió llamarle. No quería que muera, ni él ni su profesora. ¿Después a quiénes les sacaría dinero más fácil que a un banco?
Al segundo timbre respondió. Su tono de voz sonaba nervioso.
― ¿Hola, YoonGi?
―Papá, soy JungKook. Quería decirte que fuiste un gran padre y que te estimo mucho.
― ¿Eh? ¿A qué viene eso? ―ahora NamJoon estaba confundido.
―Papá, mamá te matará. A ti y a Jessica ―intervino el primogénito.
― ¿Cómo dices? No están bromeando, ¿no?
―No bromeamos con este tipo de cosas ―habló YoonGi llegando al borde del cabreo―. Puede que te arruinemos la vida, pero no para mentirte sabiendo que mamá está molesto.
― ¿Sigue la profesora SooYeon ahí? ―interrumpió JungKook.
―No, ya se fue. ¿Por qué?
―Mamá la quiere asesinar, ¿es que no oyes? Espera que estén los dos ahí para gritarles y de paso cometer homicidio doble ―YoonGi respondió, acariciando a TaeHyung como un gato.
―Pues solo me matará a mí. Fue por la foto de Instagram, ¿verdad? ―el mayor se notaba asustado.
―Sí ―respondió JungKook―. Ve tratando de buscar una buena explicación, papá. Luego nos vemos ―colgó y le devolvió el celular a su hermano mayor―. ¿Y ahora qué?
―Seguir y tranquilizar a mamá.
Cuando se dieron cuenta ya habían perdido de vista a Jin. Optaron por correr hacia la casa, pero el mar de personas les interrumpía cada milésima de segundo, incluso YoonGi casi iba a ser atropellado un sinfín de veces porque corría rápido a causa de la desesperación. JungKook ahora cargaba al menor de los tres.
El primogénito sacó su celular y marcó el número de su padre. Una, dos, tres, cuatro... hasta llegar a diez y nada. Su celular estaba apagado y eso le asustaba. ¿Y si su madre ya estaba en casa? ¿Y si le tiró el celular por la ventana?
―Que satanás proteja al dios de la destrucción ―el mayor sonrió para disimular su preocupación, con el resto de sus hermanos detrás suyo.
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NamJin ― Did you miss me?
RomanceNamJoon y SeokJin han estado casados por nueve años; su vida marital siempre ha tenido altas y bajas, pero tienen una solución. A lo largo del tiempo han logrado formar una familia con tres traviesos y lindos niños. Al llegarse el aniversario número...