✤; Capítulo 4.

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NamJoon estaba al borde de la desesperación.

Algo le decía que Jin le preparaba una sorpresa muy grande y él... Él nada. ¡No había hecho nada!

Dios, qué mal esposo era.

Se merecía comer su propia comida. Y echarle veneno de paso, para asegurarse que termine bien muerto.



―Kookie. ¿Qué debería hacer? Tu madre me va a matar. ―Estaba a nada de comerse las pocas uñas que tenía.

―Prepárale una cena. ―Sonrió el menor, aunque luego colocó un gesto de asco. ―No, mejor no. Terminaría huérfano de madre.

―También de padre. ―NamJoon suspiró.



Se sentía irritado. Muy irritado.

¿Qué es lo que podría regalarle a Jin? No es que se preocupe mucho en lo material, pero... Era su décimo aniversario como casados. Tenía que regalarle algo.

Era su deber como buen marido.



― ¿Y si le pides algunos consejos a la profesora SooYeon? ―Preguntó JungKook.

― ¿Jessica? ―Pensó por unos momentos y accedió. ―Hablaré con ella ahora mismo. Podría ayudarme con la sorpresa para tu madre.

―Sabes que mami Jinnie es muy celoso con esas cosas...

―No pasará nada. Tu madre conoce a Jessica e incluso llegó a considerarla buena persona cuando se la presenté. No hay que temer.



NamJoon cogió su celular y marcó el número de la profesora de JungKook.

Al tercer timbre respondió.



¿Hola?

―Hola, SooYeon. ¿Qué tal todo? ―Inconscientemente sonrió. Al parecer ella se notaba tranquila, cosa que era ligeramente raro.

Hola, NamJoon. Todo bien... Por cierto, ¿cómo está JungKook? Hoy no fue a la escuela. ¿Sucedió algo? ―En su tono de voz se percibió preocupación.

―No pasó nada malo. Sólo se resfrió durante la madrugada, por lo que no lo mandamos a la escuela para prevenir algo peor.

Ya veo... Espero se mejore pronto.

―Gracias, linda.

¿Necesitas algún favor? Tú nunca llamas para mantener una cordial conversación. ―NamJoon rio.

― ¿Tan notorio soy?

No realmente. Sólo que desde que éramos niños hacías eso. Sólo de vez en cuando llamabas para ver cómo estaba... Tonto. ―SooYeon igualmente rio. Sintió nostalgia.

―Perdón por eso. Pero, sí. Necesito tu ayuda. ¿Puedes venir hoy o nos reunimos en el café de siempre?

No quisiera incomodar a Irene. Mejor en el café, ¿a qué hora?

―Cuando salgas del trabajo.

Está bien. Sólo faltan unos veinte minutos, ve yendo y pidiendo mi jugo de naranja. Nos vemos.

NamJin ― Did you miss me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora