✤; Capítulo 9.

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―Jin... ―habló NamJoon cuando lo encontró. El mencionado solo frunció el ceño y comenzó a caminar.


Quería alejarse de él. Le hizo daño. ¿Por qué insistía tanto? Estaba pensando muy seriamente acerca del divorcio. No aguantaría otro dilema así, su corazón es demasiado frágil con el tema del amor. Desde niño nunca tuvo suerte... todos se le acercaban solo porque era lindo. Realmente no lo quería por lo que era. Cuando se daban cuenta de la actitud mimada que tenía, todos se alejaban de él.

Le fue difícil conseguir amigos verdaderos. Byun BaekHyun y Kang SoRa pertenecen a ese grupo.



―Jin, por favor. Escúchame ―le tomó de la mano, pero le fue arrebatada.

― ¿Y para qué?

―Necesito que comprendas, amor.

―No me digas "amor". Ugh, se ha vuelto asqueroso ―hizo un mohín de desprecio.

―Jin.

― ¿Qué?

―Te amo.

Por un momento no recibió respuesta.

―Eres un tonto ―el menor iba a llorar―. Yo te amaba. ¿Y me haces esto? Kim... te odio. ¡De verdad te odio! ¡Yo te brindé mi confianza, por Dios! ―No aguantó más y las lágrimas cayeron por sus pómulos.

―Jin, no. Quiero que entiendas que yo nunca te engañé. Tú sabes que Jessica es una gran amiga, ¿verdad? ―el contrario no respondió―. Solo eso, amor. Es una amiga.

―Fue tu amor de la infancia. ¿Por qué no habría de creer que la sigues amando?

―Claro que la amo ―Jin frunció el ceño―. Pero como amiga. ¿Es que no se puede amar a un amigo desde tu punto de vista? ―NamJoon también frunció el ceño.

Iban a pelear otra vez.

―No. No se puede. ¡Es ridículo! ¿Por qué habrías de amar a otra persona que no es tu pareja? ―Se secó las lágrimas lo más rápido que pudo.

― ¿Amas a tu madre? ―preguntó NamJoon―. ¡Es el mismo sentimiento, joder! ¡¿Por qué no lo entiendes?!

― ¡Porque no! ¡SIGUE SIENDO RIDÍCULO! ―le alzó la voz.

― ¡CARAJO, JIN! ¡ENTRE JESSICA Y YO NO HAY NADA MÁS QUE UNA AMISTAD, POR DIOS!

― ¡ESO ES LO QUE USTEDES APARENTAN! ¡Pero yo ―se señaló a sí mismo―, yo sé que eso es falso!

―Estás loco... ―bufó.

―Lo estaba. Por ti ―arrugó la nariz, molesto. Volvió a caminar dándole la espalda al más alto.

―Jin... mierda, espera. ¿Por qué huyes?

―Porque no quiero hablar contigo ―cogió la primera piedra que encontró y se la tiró al mayor cuando volteó―. Hijo de perra.



NamJoon frunció aún más su entrecejo. Jin comenzó a correr de nuevo, siendo perseguido por su esposo. El moreno había olvidado lo rápido que podía llegar a ser Kim SeokJin cuando se lo proponía... o cuando tenía miedo. Pero ahora que estaba enojado no sabía qué pensar. ¿Y si se tropieza? No. No debería pensar en eso. Él desea, cree, espera que todo mejore entre ambos y que el menor comprenda que de verdad lo ama.

¿Qué razón tendría para engañarlo con alguien más? Siempre tuvo unos ojos llenos de amor verdadero solo para Jin. Estaba enamorado de él. ¡Y lo sigue estando! Cada año, mes, semana, día, hora, minuto, segundo que pasaba junto a él se enamoraba todavía más. ¿Por qué es tan difícil de comprender eso?



― ¡Aléjate de mí, maldita escoria! ―gritó Jin.

― ¡Tú deja de correr!

― ¡Cállate, mierda! ―no le hizo caso; al contrario, corrió aún más rápido.

― ¡Hablemos civilizadamente, Jin! ¡Jin! ¡JIN! ―continuó persiguiéndolo.

Se estaba cansando de tanto correr. En sus épocas de escuela siempre odió educación física.

― ¡Jin, por favor detente! ―volvió a gritar NamJoon.

― ¡Solo hasta que te alejes de mí!

― ¡Está bien! ―se detuvo de manera abrupta. Casi caía.

Jin volteó y vio a un NamJoon sentado sobre la tierra. No reconocía el lugar, ¿qué parte del parque era este?

― ¡Te amo, Jin! ―gritó el mayor.

― ¡Cierra la boca! ―Jin frunció el ceño. Se había avergonzado.



Ambos se hallaban sentados sobre la tierra, a pocos metros se encontraban unos cuantos columpios y una resbaladera. Todo tenía un aspecto tétrico ya que era de noche y solo los faros que se encontraban dentro de Bukhansan les alumbraban a ambos. Se sentía... algo romántico. Jin recordó la secundaria, cuando de vez en cuando se escapaba con NamJoon.



―Recuerdo la secundaria ―habló el moreno y Jin cerró sus párpados, suspirando. ¿En serio, él también?―. En esos tiempos no sabía si de verdad me gustabas o no... recuerdo que cuando te perdí por un tiempo me di cuenta que en serio te amaba.

―Malogras mi pequeño momento de paz mental, Kim.

―Tú también eres un Kim, Jin. Sigues siendo mi esposo.

―Por el momento... ―Eso lastimó al mayor. Y qué decir de Jin, él también estaba destrozado.

No estaban tan lejos el uno del otro, ni tan cerca por último.

― ¿Aún me amas? ―no hubo respuesta―. ¿Jin?

― ¿Qué? ―recién le observó al rostro. Con el ceño fruncido―. ¿Esperas que responda con un lindo y emocionado "sí"? ―refunfuñó sarcásticamente.

―Pues sí ―NamJoon intentó acercarse a su marido pero éste se alejó―. Jin... por favor.

―No, NamJoon.

―Está bien ―bajó la mirada y observó la tierra. Habían unas cuantas hormigas caminando en fila por ahí―. ¿Recuerdas cuando te tiré tierra en la cara?

―Para mi suerte o desgracia, sí. ¿Cómo olvidar cuando me quedé ciego por media hora? ―desvió su mirada del mayor.

―Perdón por eso.

―Recuerdo haberte perdonado. ―Otra vez silencio.



NamJoon y Jin no estaban conscientes de la hora, la compañía del otro les bastaba. Cuando amas a alguien mandas al diablo el tiempo y solo te importa disfrutar todo lo que puedas al lado de aquella persona. Solo porque la amas y quieres estar con ella.

Así es el amor. Te deja ciego... y aparentemente sordo. Tal vez mudo.




NamJin ― Did you miss me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora