Capítulo 7

13 0 0
                                    


Eric abrió la puerta de su habitación en casa de Adam y pudo observar con claridad como seguía en su cama Arial, durmiendo tranquilamente mientras que él se había ausentado para arreglar algunos detalles entre los arcángeles. No deseaba que la situación del día anterior se volviera a repetir, nunca más.

Se acercó a donde dormía la Nephilim, quien se abrazaba a la almohada. Dedicó unos segundos a poner algo de atención en el cabello de ella. Era como el fuego, exactamente como era ella. Eric no pudo evitar sonreír y su mano fue inconscientemente hasta el rostro de ella, la acarició de forma tan suave que no la despertó. Sin embargo, no pudo dejar de lado los recuerdos de poco tiempo atrás.

No le agradaba ni un poco que ella haya estado con Gabriel, pero no era su problema y lo entendía muy bien. A pesar de su juego con Arial, ella seguía estando prohibida. Cuando Arial le entregó aquella información, ni siquiera le respondió sobre la gran noticia de que ella había compartido más de una noche con Gabriel, sino que comenzó a entrenarla para que sintiera a los demonios o ángeles cuando estuvieran cerca. No habían avanzado mucho cuando Arial ya estaba reclamando que tenía sueño, por ello su clase se dio por terminada. Aunque Eric se vio sorprendió por ella una vez más y ese si era un recuerdo que él deseaba repetir en su mente.

—Tengo sueño, esto se acaba por hoy. Creo deberíamos ir a casa de Ethan, temprano ¿te parece? –preguntó ella mientras se ponía de pie.

Eric seguía de mal humor por culpa de la gran noticia que Arial le había dado, sin embargo, no podía decir nada. Ella podía hacer lo que quisiera con su vida.

—No has aprendido mucho, estoy seguro que puedes aguantar un poco más –aclaró él, sin ponerse de pie aun. Realmente no quería que ella se fuera de su habitación todavía, pero no se lo diría jamás, aunque lo hicieran pasar por algún estilo de tortura.

Ese momento llegó, Arial parecía empecinada por hacer sufrir al pobre ángel y sin ningún aviso o pregunta, se dirigió al gran armario que había a un par de metros. Era de madera y tenía toda la ropa de Eric.

—Dime algo –dijo ella, sin tomar en cuenta las palabras que él le había dirigido.

— ¿Si? –Eric frunció el ceño al notar lo que estaba haciendo Arial.

— ¿Quién te compra esta ropa? ¿Tu? Porque no tienes para nada mal gusto ¿es alguna angelita que se preocupa por tu imagen?

— ¿Qué haces? –Preguntó al notar que ella rebuscaba entre sus camisetas, correctamente ordenadas –nadie me ayuda y esa ropa no la he comprado, tan solo a veces, se puede tener ciertos beneficios al realizar una misión.

— ¿Te lo has robado, Eric? –preguntó ella mientras sacaba una camiseta roja, con un estampado.

—Si, en definitivas, si... no manejo dinero ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué sacas mi ropa?

—Técnicamente no es tu ropa –dijo mientras desabrochaba sus pantalones –y no viajaré hasta mi departamento cuando pronto amanecerá, así que abusaré de tu buena voluntad y me quedaré a dormir aquí.

—Pero no en esta habitación –respondió de inmediato Eric, notando como ella bajaba su pantalón sin sentir un poco de vergüenza. Su blanca y suave piel llamo de inmediato la atención del ángel, que estaba bastante sorprendió por la atracción que tenía sobre aquella Nephilim, jamás se había sentido interesado de esa forma por una persona —¡Arial, basta ya! No juegues.

—Solo me estoy sacando los pantalones, eres un exagerado –dijo ella mientras tiraba sus zapatos y bajaba por completo dicha prenda.

—No te puedes quedar a dormir aquí.

Un Ángel Traicionado (Segunda parte UAC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora