Capítulo 9

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¿Por qué tenía que ser tan orgullosa? ¿Debería disculparse? ¿Ya no le hablaría? ¿Seguirá cambiando de horario con Gabriel en la clase de Elena?. Victoria decidió que era suficiente martirio y que iría al dormitorio pero tendría que avisarle a Camila y a Melisa quienes seguramente seguían bailando.

-¿Demasiadas personas para tu salud?- Una voz la sobresaltó haciendo que Victoria diera un brinco aún sentada. Al voltear encontró a la persona que menos quería ver.

- Me asombra que sigas aquí, no es tu tipo de ambiente.-dijo Celene quien ya había brincado la reja y se encontraba en el mismo lado que Victoria.

Victoria se paró sigilosamente, preparándose para lo que se avecinaba. Levantó la barbilla, no se dejaría intimidar por Celene quien era más alta por unos 5 cm.

-¿Qué es lo quieres Celene?-preguntó Victoria cansada.

Celene rió fríamente.

- Quiero que dejes de rogar por atención. Vi cómo te presentaste con la hermana de Guillermo. Si crees que puedes entrar a esa familia estás equivocada.

Victoria apretó los puños, sin poder creer lo que salía de su boca.

-¿Yo soy la que busca atención?-dijo incrédula.- Sabes bien la única razón por la que sigo aquí. He tenido más de una razón para largarme, pero no lo haré. Así que acostúmbrate a mi presencia.

En los ojos de Celene brilló odio puro, sus labios se estiraron en una forzada sonrisa. Acomodó sus cabellos rubios hacia atrás. Por unos segundos Victoria pensó que Celene la golpearía, pero no lo hizo.

-Querida, te ves muy enojada.-dijo Celene dando un paso hacia ella. –Relájate.

Tomó el hombro de Victoria y la empujó antes de que tuviese oportunidad de alejar su mano,.

Para Victoria todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, sintió el agua alrededor de ella, si supiera nadar sería agradable su temperatura, pero en esos momentos Victoria buscaba desesperadamente salir a la superficie, daba patadas y brazadas con vehemencia pero inútilmente.

Empezó a quedarse sin oxígeno, no pudo evitar enfurecerse ¿Ese sería su fin? ¡Ella quería vivir!, con ese pensamiento utilizó sus últimos esfuerzos, sintió que el tiempo se paró debajo del agua y vagamente escuchó que alguien se tirara a la piscina. Alguien la tomó de la cintura y la propulsó hacia arriba. Apenas su boca estuvo fuera del agua, Victoria tomó una bocanada de aire, jadeando y tosiendo, sintió como agua salía de su nariz .No sabía muy bien si estaba llorando porque todo su cara se sentía mojada.

Otra cabeza salió a la superficie, Guillermo la miraba alarmado y jadeante.-¿Estás bien Victoria?-Aún la seguía sosteniendo y la guíaba a la orilla. Victoria se dio cuenta de que no era Guillermo, sino que era Gabriel. Lo había reconocido por sus ojos, no había esa mirada tan intensa como la de su hermano, siempre que la veía. Victoria no contestó porque aún seguía tosiendo y sacando agua de sus pulmones, se dejó llevar por Gabriel hasta el borde de la piscina y él dejó que se agarrara de ésta.

-¿¡Tori estás bien!?- dijo otra voz desde afuera de la piscina.-Te tengo.-Guillermo la abrazó entrelazando sus manos a la altura de su estómago y la jaló, sacándola del agua y dejándola sentada lejos de la orilla.

Ya en el suelo Victoria temblaba, no por frío, estaba conmocionada. Guillermo se encontraba arrodillado a lado de ella, su sudadera se veía húmeda por haberla abrazado.

-Hey hey, tranquila ya pasó.

Y ahí estaba, en sus ojos, había una preocupación tan grande que hizo temblar a Victoria.

La danza del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora