La danza del corazón

Capítulo 8

A @escobar_jacquie         ¡Muchas gracias por tus votos!

La fiesta fue en la cancha con duela y más atrás se encontraban las albercas olímpicas de natación, de las cuales Victoria pretendía mantenerse lo más alejada posible ya que no sabía nadar. Pero no se preocupaba demasiado de eso, porque sabía que Josefina había aprobado la fiesta pero no fiesta en la piscina. En la cancha habían puesto mesas con botanas y refrescos, un profesor se encontraba parado al lado del área de bebidas por si a alguien se le ocurría adulterarlas. La música estaba a todo volumen y varios alumnos ya estaban bailando.

La música les invitó a bailar, Victoria y sus amigas se movieron al ritmo ella y pronto tuvieron parejas de baile; chicos de universidad de unos años mayores que ellas. Después de siete canciones de salsa, la música cambio a otro tipo de baile, el tipo de música requería más contacto, el estilo de bailes que Victoria no bailaba. Su pareja la tomó de la cintura pegándola a él. Victoria se removió incómodamente pensando en una excusa para irse. Pero antes de que pudiera maquinarla, alguien la tiró del brazo zafándola del agarre de su pareja.

-Lo siento amigo, pero es mi turno.- dijo Guillermo con una sonrisa ladeada que no tenía ninguna pizca de calidez.

Victoria sintió un poco de pena por el pobre chico, quien tropezó, asintió y se perdió entre la gente.

Guillermo la miró cálidamente y ella se soltó de su agarre.- Me duelen los pies.-dijo con una mueca. Tratando de ignorar el repentino hormigueo de su brazo.

Él asintió y se pasó una mano por el cabello-Tranquila, no tienes que bailar conmigo, te veías incómoda.

-Sí, estaba cansada.-dijo Victoria limpiándose el sudor de la frente.

Un chico de la pista, la golpeó accidentalmente mientras bailaba, Guillermo la jaló hacia él protectoramente.

-Ven, vamos a un lugar más seguro.-dijo llevándola cerca de las albercas; lejos de la gente. La música ya no se escuchaba tan fuerte como cuando estaban en la pista de baile. Victoria no quería hablar porque estaba segura que diría algo desagradable, como casi siempre lo hacía cuando estaba cerca de él y no se lo merecía, al menos aún no, había sido muy amable con ella.

-¿No quieres remojar tus pies en la piscina?-le preguntó Guillermo con una sonrisa juguetona.

Victoria miró las albercas como si fuera un campo de guerra, no sonaba tan mal, la idea de refrescarse pero no confiaba lo suficiente en Guillermo como para permanecer con él cerca de las albercas.

Guillermo pareció notar su indecisión, se dirigió a la rejita que delimitaba el área de natación, la saltó con mucha facilidad.- Vamos Tori, te prometo que me comportaré, si no tú misma me empujas al agua.

Victoria lo miró con el ceño fruncido.-Sólo 10 minutos.-dijo mientras se dirigía hacia reja. Guillermo le ofreció ayuda pero ella se impulsó a sí misma y la saltó con menor agilidad pero cayendo exitosamente del otro lado.

Ambos se quitaron los zapatos y los calcetines, se sentaron en la orilla de la alberca y dejaron sus pies sumergidos en el agua fría.

-Ya necesitaba esto.-dijo Guillermo, quien ya estaba demasiado relajado y viendo a Victoria expectante.

El agua se sentía tan fresca que a Victoria le dieron ganas de meterse, pero por obvios motivos no lo haría. Permanecieron en silencio unos minutos y a Victoria le sorprendió que Guillermo no hablara, pero al verlo, parecía muy cómodo ahí, junto a ella. Eso la llevó a pensar que tal vez no conocía al verdadero Guillermo, y que a pesar de que le doliera admitirlo, Melisa tendría razón, estaba siendo injusta al negarse conocerlo.