Capítulo 2

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¡HOLA LECTORES!

Aquí les va el segundo capítulo, espero que los disfruten. Háganme saber sus opiniones...¡Síganme!

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Victoria juraba que nunca en su vida había detestado tanto a alguien como a ese par de hermanos. Guillermo y Gabriel Ferraez podrían considerarse los payasos del internado a un nivel extremo. Para los alumnos del internado, los gemelos Ferraez eran lo máximo. Todos querían ser amigos suyos, lo que Victoria no podía comprender. Habían estado en el internado desde primaria, siempre en un paquete de 2x1. Su familia era propietaria de varios hoteles de cinco estrellas en L.A. y en México, y muy probablemente eran los chicos más ricos de todo el Internado. También los más guapos según la población femenina de Santa Bárbara a lo que Victoria estaba en desacuerdo profundamente. Sus cuerpos de atletas, sus cabellos castaños claro, sus cejas pobladas , sus narices rectas y respingadas, sus ojos azules-verdosos que podían hipnotizar a las chicas e intimidar a los chicos, además de que ambos estaban con los Tigres de Santa Bárbara en Fútbol, eran algunas de las razones por las cuales eran muy populares. Para Victoria los gemelos eran unos irrespetuosos, irresponsables, inmaduros, intolerables, ingenuos y otros adjetivos despectivos que empezaran con "i".

Rompían cada regla del internado pero lo peor de todo, es que se libraban de la expulsión. Difícil era de olvidar cuando en segundo año de bachiller decidieron poner todas las mesas y sillas del salón de cabeza y pegarlas con pegamento industrial, Victoria echaba chispas porque perdió todo un día de clase gracias a esa locura.

El Internado de Santa Bárbara era un colegio de personas ricas, todos los alumnos eran herederos de grandes fortunas, Victoria lo sabía por experiencia gracias a los alumnos que la miraban como si fuera menos cuando pasaba por los pasillos, no era secreto que estaba en el internado por una beca completa de ballet. En el grupo de alumnos engreídos se encontraban los gemelos y en especial Guillermo Ferraez. Tan sólo pensar en ese nombre Victoria sintió una punzada en la cabeza, de las tantas cosas que no entendía acerca de los hermanos dinamita, la principal era ¿por qué no la dejaban en paz? siempre la fastidiaban y le hacían bromas, pero para ella el motor de todo era Guillermo, quien la acosaba y le hacía preguntas ridículas, primero trató de ignorarlo pero al ver que no funcionaba, empezó a responderle sus comentarios, las discusiones entre Victoria y Guillermo eran usuales en los pasillos del internado.

Victoria siguió observando a los autores de sus migrañas con el ceño fruncido, Josefina hablaba furiosa, uno de los gemelos le respondía con una "sonrisa quita alientos", mientras que su hermano recorría con la mirada el auditorio ya casi vacío, sus ojos verde-azulados se encontraron con los ojos marrones de Victoria, una sonrisa se extendió por la cara del chico dando a entender que encontró lo que estaba buscando. Acto seguido, Guillermo Ferraez saludó desde lejos, dejando a Victoria confundida.

Guillermo Ferraez lanzaba besos volados, o guiñaba el ojo, o gritaba alguna tontería que se le ocurría en el momento que veía a Victoria, pero nunca, nunca, hacía un simple saludo. Ella soltaría un bufido o rodaría los ojos, pero en ese momento no pudo hacer algo mejor que desviar la mirada en busca de Camila y Melisa pensando que era mejor ignorarlo.

Las clases empezaron, los maestros se presentaban e introducían un poco la asignatura que se vería, Victoria tomaba apuntes de lo que le parecía importante, después se las pasaría a Camila y Melisa quienes no tenían muchos ánimos de tomar nota.

En la hora de la tercera clase, Victoria se sentó sola en la segunda fila y sus amigas detrás de ella, esa era su forma de sentarse cuando compartían clases. Camila dormía confiada de que el cuerpo de Victoria taparía del campo de visión de la profesora Elena, y Melisa escuchaba atentamente a la profesora.

La danza del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora