Baby boom ;; muke

r e m e m b e r e d {17}

Michael estaba tan acostumbrado a dormir tarde que ya era extraño que se despertara antes de las doce. Pero esa vez algo lo había despertado y, como lo hacía siempre, se volteó para ver a Luke, pero el rubio no estaba en la cama. Michael se sentó, posó sus pies en el frío suelo y segundos más tarde se levantó. Oyó ruido y silbidos en el cuarto de invitados y caminó preparado para reclamarle a Luke por haberlo levantado. Pero en cuanto estuvo más cerca del pequeño cuarto, cambió de parecer.

"¿Qué haces?" Preguntó Michael entrando al cuarto.

"Silbando." Respondió Luke, las manos sobre una de las tantas cajas cafés regadas por el cuarto que hasta ese entonces sólo había servido para guardar cosas.

"Hablo de las cajas, genio." Dijo Michael acercándose. Luke rió, probablemente ante el adjetivo que Michael había usado para llamarlo; pero habían acordado maldecir lo menos que pudieran porque siempre existía la probabilidad de que el bebé escuchara, por más raro que sonare.

"Me estoy deshaciendo de cosas para hacer espacio para frijolito." Dijo Luke y Michael asintió e hizo un esfuerzo para sentarse junto a Luke en el piso, aunque no lo logró hasta que Luke le ofreció una mano.

"¿Qué caja es esta?" Preguntó Michael, viendo dentro.

"Esta marcada como mierda de la preparatoria." Dijo Luke. "Pero ya casi acabo con esa. ¿Puedes pasarme esa de allá?" Dijo ahora apuntado a la caja en la izquierda de Michael. Rió al ver la desordenada caligrafía donde se leía 'mierda de la universidad' y le quitó la tapa.

Abrió los ojos en grande al ver la pequeña caja aterciopelada encabezando las demás cosas que estaban dentro. La tomó y la destapó.

"No puedo creer que no la pidió devuelta." Dijo Michael, recordaba el día que había ido con un sonriente Calum Hood a escoger un anillo para su mejor amigo.

"Yo tampoco."

Michael miró a Luke, quien le sonreía a una foto enmarcada entre sus manos.

"No puedo creer que aún tenga esto." Murmuró mientras Michael se inclinaba para poder ver la foto.

Eran Michael, Luke, Calum y otros tantos amigos alrededor de una mesa de billar. Los labios de Calum estaban pegados a la mejilla de Luke. Su amigo, Ashton, estaba encima de la mesa. Y Michael tenía su brazo sobre los hombros de una ex novia suya.

"Esto fue hace por lo menos once años." Michael suspiró. "Ya estamos viejos."

"¿Recuerdas cuando te teñías el cabello de distintos colores?" Luke rió devolviendo la foto a su caja.

"¿Recuerdas cuando la mamá de Abigail dijo que no podía ir al cumpleaños de su abuelo si no me lo teñía de café?" Luke asintió.

"¿Recuerdas cuando te dije que Abigail era una pérdida de tiempo?" Preguntó Luke. Michael negó.

"Nunca lo hiciste."

"Tal vez no lo hice. Pero lo pensé."

-

"¿De qué color quieres pintar las paredes?" Preguntó Luke mientras se recargaban en el marco de la puerta y admiraban su trabajo limpiando el cuarto.

"Gris claro." Dijo Michael. "Encontré un set de cuna y cosas que es de madera negra."

Luke rió levemente. Se iba separando de la puerta cuando el timbre sonó. Michael lo siguió, listo para recibir al señor de la paquetería y ayudarlo.

"¿De qué te ríes?" Michael preguntó y Luke se volteó para mirarlo.

"Suenas tanto como una mamá." Sonrió. "Lo amo. Y también lo hará nuestro pequeño campo de coles."

Michael rodó los ojos. Otro apodo. Luke abrió la puerta al de paquetería y le indicó dónde estaba el cuarto y todas las indicaciones que necesitaba.

"¿Por qué no podemos quedarnos con frijolito? Me gusta frijolito. Deja de cambiarle el nombre; la niña va a tener una crisis de identidad cuando crezca." Suspiró Michael. Luke se quedó atónito.

"¿Niña?"

Michael lo miró con los ojos bien abiertos.

"No, él."

"¿Niño?"

"No, espera, ella."

"¿Qué?"

"Es una niña, maldita sea."

Luke dió un par de pasos y tomó a Michael entre sus brazos.