La vida de Michael durante el último año había sido una impredecible espiral de una sorpresa tras otra, y nunca había estado más feliz. Siempre planeaba las cosas. Su educación, sus relaciones, su futuro; y nada de eso había ocurrido como lo planeado.
En vez de eso, terminó acostándose con su mejor amigo en Año Nuevo. Terminó embarazado a los treinta y dos con su (ahora también de treinta y dos años) mejor amigo. Terminó viviendo con dicho amigo. Terminó durmiendo cada noche en los brazos de ese amigo. Terminó por darse cuenta de cuán enamorado estaba de su mejor amigo.
Llegó al sillón, parando cada poco para tocar su estómago cada vez que otra contracción parecía romperle el cuerpo. Cayó sobre sus rodillas frente al sillón y marcó el número de Luke con manos temblorosas. El teléfono ni siquiera sonó, fue directo al buzón de voz.
"No es la hora de tener el teléfono apagado, perra." Murmuró, e intentó marcar de nuevo. Pero fue saludado por la alegre voz del buzón de voz de su mejor amigo. Cuando oyó el tono, comenzó a dejar el mensaje, y no había entrado en pánico ni nada. "Te odio. Te odio. Te odio por trabajar en domingo. No se supone que trabajes en domingo. Es el día del señor, Luke. Cuando oigas esto probablemente estaré teniendo un bebé en el hospital, o estaré muerto. Diviértete adivinando cuál de las dos."
Presionó el botón rojo lo más fuerte que pudo y se sentó sobre los talones. Miró a su barriga, intentando respirar.
"Tal vez Abby sigue afuera. Mierda, voy a morir, mierda. Voy a morir y mis ultimas palabras serán para mí. Ahí está, joder. Y sigo maldiciendo, mierda. Voy a ser un mal padre." Michael entró en pánico. "No, aún no quieres saber, frijolito. No estoy listo. Sólo quédate ahí un poco más, o para siempre."
Tomó su teléfono de nuevo y decidió llamar una ambulancia, después regalaría a Luke por ser irresponsable. ¿Quien trabajaba en domingo? Le contestó una muchacha de voz alegre, que le dijo que la ayuda iba en camino. Su alegre voz le irritaba, le recordaba al buzón de voz de Luke.
Michael odiaba a Luke, pero no en serio.
-
Michael era un remolino de emociones. La ambulancia había llegado rápido y lo había llevado al hospital más cercano. Dijeron que intentarían contactar a Luke, y al contrario de Michael, ellos sí lo lograron. Llamaron a su oficina; y Michael quería suicidarse por no haber pensado en eso.
Lo próximo que supo fue que lo llevaban al cuarto de cirugía, y Michael estaba asustado. Estaba llorando, sus mejillas mojadas, y su estómago lo estaba matando -no en serio. Oyó gritos y de reojo logró ver a Luke Hemmings, haciendo a un lado a todos de la manera más gentil que podía, porque así era él.
Llegó con Michael rápidamente, y le sonrió mientras quitaba el cabello de la sudorosa frente del mayor.
"Michael, cariño, ¿por qué lloras?" Preguntó Luke aún sonriendo.
"Porque todo duele, y el bebé ya viene y no hemos quitado los globos de su cuarto, y me están llevando para cortarme y abrirme y estoy malditamente embarazado. Y me tomó estar malditamente embarazado para darme cuenta cuánto te amo a ti y a tu maldita cara, mierda. Y no puedo dejar de maldecir." Dijo Michael, escupiendo una cosa tras otra. Tan rápido que Luke casi pasó por alto la confesión de Michael.
"Espera, ¿qué?" Michael no pudo responder, ya entraba a un cuarto y todo se movía rápido a su alrededor. A Luke se le pidió lavarse y ponerse un ridículo vestido azul. Que no era realmente un vestido, pero es en lo único en lo que Michael puede pensar cuando ve a Luke.
Y luego Michael está siendo cortado, pero no puede sentirlo. Aunque no está seguro de haber sido anestesiado o si era sólo la adrenalina de lo que estaba pasando. O tal vez se debía al fuerte agarre que tenía Luke en su mano mientras veía a través de la tela que tenían por encima del pecho de Michael para que no pudiera ver. Michael no estaba seguro de que mirar; a la tela, a las enfermeras, o a Luke. Elige a Luke porque, bueno, es lindo mirar a Luke, incluso con su vestido azul.
Después, Michael oye un llanto. Es como el llanto de un bebé, así que es seguro que no es él. Le recuerda al viaje que hizo con Luke a California para ver Disney Land y se sentó junto a una señora con un bebé llorando. Aunque le gusta más este llanto. Este llanto es hermoso y hace su cabeza explotar con emoción y calma a la vez.
Porque ese llanto pertenece a su bebé recién nacido. Ese llanto pertenece a frijolito.
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Baby boom ;; muke
FanfictionAmbos querían hijos, sólo no pensaron en que terminarían teniendo uno juntos. •muke!au •mpreg! Historia original por @iwritealot, yo sólo traduzco