Capítulo 5: La fiesta

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Le mostré todas las canciones que había escrito a esa chica. Mierda, le doy toda la confianza y no soy lo suficiente como para saber su nombre, pero me encantaba todo ese misterio que la rodeaba e inundaba su alma negra y retorcida. Yo sé que por alguna parte de ese laberinto de cavernas oscuras y frías que era su corazón, debe de haber algún sentimiento bueno (Aunque el orgullo cumpla la función del musgo que esconde ese tesoro tan anhelado por mi). Me gusta pensar que es tierna bajo sus propios terminos, una ternura incomprendida que solo yo puedo ver.

Pasó una semana aprox. hasta que llegó el día que James había programado la reunión, ya había hecho confianza con varias personas y sobre todo con ella. Había conseguido mi colchón y mi ropa desde la ventana que rompí de mi casa y ella me pidió que ponga mi cama en su espacio porque a la noche, cuando no puede dormir, necesita con quien hablar y esas cosas.

Estaba sentado y de la nada llega esa chica corriendo...

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???(Quitándose la remera)= Apurate, se nos hace tarde.

Sam= Pero si vamos a ir a comer pizzas con James, nomas

???= Ya lo sé, solo necesitaba una excusa para quitarme la ropa al frente tuyo (me dio un beso y comenzó a reír)

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Le robé el corpiño y salí corriendo, se que no es la gran cosa, pero tenía que seguirle el juego.

Durante esa semana también conocí a un tipo llamado Cristián, me quiso enseñar algunos consejos para tratar a esa chica, pero el no entiende que ella se rige por sus propias reglas, ella no quiere flores ni chocolate, ella es mas de meterse en casas abandonadas y tomar mates en la oscuridad. Como sea, ese tipo me cayó muy bien, y el también va ir a lo de Alvaro.

Fui a buscar a esta chica y me dijo que va ir sin corpiño porque le robé uno y el otro tenía una tirita rota. Comenzamos a caminar y fuimos a una casa que estaba sobre la calle 21, estaba James afuera esperándonos. Abrió el portón y nos hizo subir una escalera. Lo escuche silbar Time Bomb de Rancid, era raro en el, Sofi lo había hartado con esa canción hasta que llegó a odiarla.

Entré y lo primero que ví fue PIZZA, típico del Jimmy Park. Viene James y le grita a todos con voz de borracho -Saluden al mesías, hijos de puta. Hoy es su cumpleaños, así que festejemos como si fuera navidad- Que pedo llevaba James, pero al menos se acordó de mi cumpleaños. Brindamos, tomamos cerveza toda la noche hasta que sentí una mano cálida que me llevaba a un cuarto, era ella.
Estaba muy borracha y me pedía que fuera el primero, por un momento creí que se refería al nombre. Se quitó la remera y realmente no tenía corpiño. Saqué el corpiño para devolvérselo, no sabía lo que pasaba (y mucho menos por el estado de ebriedad). Me tiró de la campera dejándome encima de ella - pensé que no me querías encima tuyo- le dije irónico, así que salió y se subió arriba mío, no lo podía creer.
-Me quitarías de encima tuyo?- preguntó haciendo referencia a lo que dijo hace una semana, le dije sonriendo que no, y sonrió mirando hacia abajo como si estuviese sonrojada. Me sacó la campera, y me dejó solo con una remera de los Foo que me regaló mi abuela. Comencé a besarla y a dibujar la silueta de su cintura con mis manos, el contacto visual era algo continuo, no parábamos de vernos. Sus ojos se movían a un ritmo constante observándome de todos lados, tal como si fuera un metrónomo. Seguí acariciando su cintura hasta llegar a sus nalgas, ella sonreía con el pelo despeinado, es imperfectamente perfecta. -Yo te voy a enseñar- dijo gritando en plan de Dominatriz, luego alguien golpeó las puerta -Te escucharon- me dijo sonriendo y cerró la puerta con traba.
Volvió a la cama lentamente y se subió arriba mío, y decidimos apurarnos antes de que lleguen. Había costado, me acuerdo, apretaba demasiado pero al mismo tiempo estaba muy húmeda. Costó mucho al principio pero después de varias sentadas ya pasaba sin problemas. La gente empezó a golpear la puerta y gritar, y yo solo me concentraba en ella, era todo muy intenso. Sentía que la gente gritaba hasta quedarse sin voz, arañaban la puerta hasta astillarse las uñas y golpeaban hasta acalambrarse los brazos. Ella bombeaba cada vez mas fuerte, era la mejor experiencia de mi vida y me daba pena y bronca no poder disfrutarla estando sobrio y en silencio, solo escuchando los gemidos, el jadeo y las voces agotadas halagándose entre ellas. Sentí que estaban por romper la puerta, esa adrenalina que sentía era lo que me impedía parar, por primera vez quería sentir miedo, mi excitación estaba por las nubes -Para, por favor. Están llamando a la puerta- le digo Jadeante -No me queres quitar de encima, no?- me dice burlándose, se comienza a reír como loca hasta que de un minuto a otro cambia la cara, la quito de encima y veo con atención y para mi sorpresa, me vine en ella. -Que mierda me hiciste Sam?- dijo preocupada -Te dije que pares, y en ningún momento me quisiste escuchar, loca- le respondí gritando. La gente comenzaba a gritar y golpear, abrimos la puerta y nos avisan que James se fue a comprar y nunca volvió. En el estado en el que estaba James era obvio que todos se preocuparan, lo mas probable es que se haya quedado dormido en la mitad de la avenida.

Salimos a buscarlo entre todos y casi llegando al centro, lo vimos tirado ahí con los ojos vacíos y la cabeza llena de sangre. Todos comenzaron a desesperarse, pero pude notar algo que los demás no notaron.

Sam CaulfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora