Abrí los ojos y vi el techo con mi póster de Megadeth, por el cual determine que estaba en mi habitación.
—¡Will! Por fin despertaste.
Mire hacia mi derecha y ahí estaba Lucy, sentada en una silla.
Le sonreí, aunque sabía que me veía tan repugnante.—¿Quieres decirme algo?
Asentí.
Ella saco de una mochila una libreta y una pluma.
Me senté y tome el bolígrafo junto con la libreta.Escribí.
"No deberías estar aquí, Lucy".—¡Ah! No hay problema. Estaré aquí contigo hasta que te recuperes. -sonrió.
Escribí.
"Pero no podrás concentrarte"—Eso es lo de menos, Will. Yo te cuidaré. Quiero estar aquí contigo.
Escribí.
"¿Y mi madre?"—Fue al mercado. Decidió que te sentaría bien un poco de Caldo de Pollo.
Escribí.
"¿Le dijiste lo que me paso?"—No. Es mejor que tú se lo cuentes. Ella esta bastante preocupada y dice que no irás a la escuela hasta que te recuperes.
Escribí.
"Mierda, y yo tengo demasiada tarea".—Por ello no te preocupes. Yo te ayudare.
Escribí.
"¿Y tus tareas?"—No pasa nada, puedo decirle a Julian que me ayude.
"Siento que soy una molestia, Lucy".
—No, no lo eres y menos para mí.
Entonces, cuando terminó la frase mi corazón se lleno de una melancolía tremenda.
"Lucy".
—¿Si, Will?
"¿Ves esas bocinas en aquella vitrina, a lado de la ventana?".
Ella miro hacia tras para observarlo.
—Si, ¿qué tienen?
"¿Puedes poner una canción?".
—¿Quieres una en específico?
"Pues, no sé si tengas en tu celular una canción melancólica".
Hizo un gesto de sorpresa pero evitó hacer un comentario sobre Amanda o "mis amigos".
—¿Te sientes nostálgico, Will?
Asentí.
—Entonces, tengo la canción perfecta.
Se levanto de la silla. Abrió la vitrina y conectó las bocinas hacia el enchufe más cercano. Las encendió y conectó las bocinas con su celular. Mientras yo me acostaba y esperaba que la música no me pusiera mucho más triste.
—Ojala te guste, Will.
Ella nuevamente se sentó, tomo mi mano. La mire de reojo y sentía su mirada tan triste y dolorosa.
Yo sólo recordaba todos los viejos momentos con mis amigos, el día en que Amanda me beso porque yo era una patética mariquita.
Después simplemente escuche la letra y comencé a llorar.Era la primera vez que una chica me veía llorar, a excepción de mi madre. Pero, Lucy cuando vio que comencé a llorar soltó mi mano, agarro unos kleenex y los puso en mi mano.
Luego de haberlo hecho simplemente se salio de mi habitación y cerró la puerta.
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El secreto de mi vida.
Novela Juvenil"¿Leer el libro con tu vida entera o no leerlo?". Ese es el dilema que tiene William Turner. William Turner es un chico de 18 años. Un adolescente popular en la escuela y con un grupo de amigos llamados "Los Demonios". Turner, no es el típico popula...