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El día en que lo conocí no tenía más que ocho años, mi padre había comprado los boletos para su presentación en una reventa de año nuevo del 2007 y por supuesto yo estaba supremamente feliz porque lo vería de cerca por primera vez desde que había comenzado a escuchar sus piezas con tanta adoración.
¡él me encantaba!
Me resultaba placentero escuchar en todo momento desde mis audifonos cada nota que creaba en el piano; cada que reproducía una de sus interpretaciones era un nuevo mundo que recorría y una nueva historia que creaba, además de que crecían en mi un millón de sentimientos increíbles los cuales apenas y podía contener.
Claro que mi padre sabía de mi fiel adoración a Cho Kyuhyun, por supuesto que sí; y a pesar del pobre pago que recibía por su trabajo en la fábrica de químicos, se las había apañado para darme uno de los mejores regalos que jamás habría pensado recibir en ese entonces.
Vivía —y vivo aún— en una casa en el sector de Dongjak, cerca al mercado de Noryongjin; es una pequeña casa muy cómoda, acogedora y llena de vida gracias a mamá; ella constantemente hace lo que está en sus manos para decorarla de manera que se sienta muy familiar y cálida.
ese día de invierno salí junto a mi padre en su auto; mi hermano mayor, Leeteuk, había salido al jardín junto a mi madre para despedirnos, mientras que yo no podía ocultar toda mi emoción; antes de que papá arrancara salí por la ventana del auto y me despedí de ellos agitando mis manos enérgicamente, sonreía igual o más grande y brillantemente que en los momentos en que veía las escenas de romance de los dramas históricos que solía ver mamá a la hora de planchar. Con ello dimos marcha a su concierto.
La entrada al evento no fue difícil, a veces me pregunto realmente por qué la música clásica no es tan apetecida, aún cuando es la esencia misma del arte; es oro puro, de verdad. Y no es que tenga problemas con la música contemporánea, me gusta mucho también, de hecho soy fiel seguidor de Bada—bueno, no es tan moderna, pero es un ejemplo—lo que quiero decir es que la música clásica tiene y siempre tendrá ese toque de justicia que tanto necesita el arte en general.
Sí, los artistas parecen haber muerto en intelecto y lo clásico es lo único que salva esta triste realidad.
Recuerdo bien que al entrar al recinto una emoción aún mayor me gobernó, mi padre había obtenido unos buenos asientos a tres hileras del escenario, era un lugar adecuado considerando que obtuvo los boletos tarde. Al sentarme en la silla que me correspondía me removí en ella de maneras infinitas, imaginaba un montón de circunstancias en las que subía al escenario y le daba la mano, que me pedía que me sentara a su lado y comenzaba a interpretar alguna pieza fantástica mientras yo me moría de la felicidad y la emoción.
Estaba soñando despierto, y no estaba mal.
Varios minutos en los que oí a papá hablar acerca de varios eventos me hizo distraer un poco la mirada del escenario, y todo por un:
«—¿de verdad te gusta tanto ese músico? Siempre está la opción de ir a un concierto de Linkin Park, hay jóvenes de tu edad que lo hacen»
Era una falta de respeto hacía tal salvador del arte.
giré para ver a papá muy molesto por sus palabras, el sólo sonrió y aclaró la garganta, sacó su pañuelo y secó su sudor; no porque todos los jóvenes de mi edad tengan una tendencia a lo común y banal significa que todos debamos ser así. si era diferente de alguna forma lo aceptaba gustoso porque para mí Cho Kyuhyun era lo mejor, incluso mejor que cualquier otra banda, incluida Queen.

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White Sonata: Alemania +18 [Kyuwook]
Hayran KurguHa sido un fan desde que era muy joven, siempre soñando con algún día poder verlo otra vez en persona; hasta que el destino le depara un nuevo encuentro inevitable. Kim Ryeowook es un estudiante de ultimo año de música quien sueña con algún día pode...