25 de julio del 1991
Blue tiene 12 años
Mar de cristal, recuerdos de fragilidad; perdidos, tirados al fondo de mar, los hunde el desorden mental.
"Los pies al filo del barranco, me lo pienso más y te juro que saltó, por eso te lo canto porque mar de cristal se ha fundido con mi llanto"
—¡No corráis, os vais a hacer daño!
—¡Llegaré primero, te voy a ganar!
Los niños corrían por la orilla de la playa, divertidos, disfrutando de su feliz infancia, mientras una madre preocupada intentaba poner la mesa de quita y pon para que puedan almorzar, aunque ya se les había hecho muy tarde.
—¡Vamos, a comer! ¡Niños, vengan! —los infantes corrieron riendo hacia la mesa donde sus padres les esperaban para comer.
—Nunca seremos como ellos. —dijo América viendo a la familia feliz.
—¿Por qué? —preguntó Blue a su hermana aun sabiendo la respuesta, a pesar de ser mellizos, se diferenciaban en la inocencia de Blue y la madurez de América.
—Un padre, una madre...
—Nosotros también tenemos eso América. —los pies de Blue colgaban del muelle, aun viendo la escena con cierta envidia.
—Sí, pero, no realmente.
—No te entiendo.
—Tengo hambre, Blue. —se quejó América obviando la conversación.
Se dio cuenta de que desde ayer no habían comido nada, él también tenía mucha hambre, su padre fue a comprar comida, pero, no quería hacerse ilusiones, nunca volvía con nada bueno, siempre traía cerveza, por lo general con poca comida, decidió levantarse y hacer de hermano mayor.
—Vamos. —le ofreció la mano a América para que se levante con él.
—¿A dónde?
—No hagas preguntas, vamos.
América aceptó su ayuda, Blue la llevó hasta donde estaban la familia de antes.
—Hola, perdonen por molestarlos, pero mi hermana y yo tenemos mucha hambre, ¿Pueden regalarnos un sándwich?
La mujer miró preocupada a su marido, de inmediato la hicieron recordar a sus hijos que, aunque estaban con ella, la conmovió pensar que sus hijos puedan estar en esa situación, busco en la bolsa y sacó dos sándwiches y dos botellas de agua y se los dio al niño.
—¿Dónde están vuestros padres?
—Nuestra mamá está enferma y nuestro padre fue a comprar comida al supermercado, pero, no comimos nada desde hace días. ---dijo América.
—América... —le advirtió Blue, ella siempre se pasaba mucho de la lengua.
—¿Está bien vuestra mamá?
—Si, señora, muchas gracias por preocuparse... y también por la comida.
—No es nada —le sonrió la mujer y sacó otro sándwich de la bolsa. —, este dársela a vuestra madre para que reponga fuerzas.
—No hace falta... —Blue se sintió avergonzado por abusar de la hospitalidad de la mujer.
—No pasa nada, venga, comerlos antes de que se llenen de arena.
Los niños agradecieron al unísono y se dirigieron hacia el barco donde vivían. Por lo normal no acostumbraban a dejar el barco en la orilla de una playa y estar allí, ellos navegaban siempre, nunca estaban sobre tierra excepto cuando tenían que ir a comprar en alguna ciudad. Entonces su padre se iba y ellos se quedaban con la prohibición de no hablar con nadie y sobre todo no salir de allí.
—¡Anne! —los niños siempre hablaban en el idioma materno de su madre cuando no estaba su padre en casa.
—¿Ha pasado algo chicos? ¿Por qué corréis? —Farah se agachó para estar a la altura de ellos, les acarició la cara y les dio un beso en la mejilla a cada uno.
—Una señora nos dio esto, ¡Mira! —Blue le mostró los sándwiches.
Farah negó con la cabeza, no podían agarrar comida a desconocidos, así por qué sí.
—Chicos, esto está mal, no podéis pedirles comida a desconocidos.
—¡Pero, teníamos hambre! Y también nos dio uno para ti. –dijo América mostrando el suyo.
—Coméroslo rápido venga, yo no tengo hambre... acabarlos antes de que llegué vuestro padre.
Blue y su hermana se sentaron comiendo mientras Farah los miraba nerviosa si Cassián llegaba antes y los veía comer algo de otras personas, se volvería loco. Camino hasta el otro lado de la cocina y miro por la ventana viendo a una familia comiendo en una mesa en la arena, suponiendo que esa era la mujer que les dio la comida.
Miró a su hijo, quien le sonrió calmándola, Blue tenía algo especial que hacía que se tranquilizase, que dejara de pensar en todo lo que pasaba.
—Si habéis terminado de comer, vamos a jugar en la arena, ¿Queréis?
—¿En serio? —América se levantó sorprendida de la silla.
—Sí, en serio. —Farah se rio por su entusiasmo, la pequeña salió corriendo y Blue salió cogido de la mano de su madre.
Se sentaron cerca del barco, jugando y dibujando cosas en la arena, riendo y siendo un poco felices en este caos.
"Sentado en la arena, haciendo dibujos y esquemas para cambiar
Y ya, lo siento mamá
Prometo no volverte a fallar
Dale un beso a mi padre, dile que te voy a salvar."
La mami de Blue :')
Nuestra melliza rebelde <3 no me la imagino TAN así, pero se parece bastante a la modelo de mayor de América 💙
Y por si necesitáis recordarle:
Así es como se ve nuestro querido Blue actualmente ya que esta chiquito haha, vosotrxs podéis imaginarlos como queráis obviamente, el físico no importa haha.
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Detroit
Подростковая литератураBlue siempre había oído historias aterradoras sobre la ciudad de Detroit, pero nunca hizo caso a los consejos de mantenerse lejos de allí. Aquel cálido día de verano de 1990, a la tierna edad de trece años, Blue se encontró siendo forzado a mudarse...