Brooken bottles under childrean 's feet
20 de mayo del 1992
Blue tiene 13 años
Mi madre solía decir que había una partícula de bondad en toda maldad. Pero era imposible identificar el lado malicioso de la bondad. Sin embargo, mi padre sostenía que no había nada bueno en el mundo, que era un lugar crudo y despiadado, y que nadie cuidaría de nosotros si no fuéramos capaces de hacerlo por nosotros mismos. Él era un hombre grande y fuerte, al que siempre se le respetaba, pero no se le quería mucho. Esto era algo que mi madre siempre le recordaba.
«La gente a tu alrededor te respeta, pero es el temor lo que basa sus sentimientos hacia ti, no el amor.»
Y era cierto. Cuando recibí la terrible noticia de la repentina muerte de mi padre a la temprana edad de trece años, me di cuenta de que nunca había sentido el amor que todos los hijos deberían sentir por sus padres. Jamás pensé que ese día llegaría y me daría cuenta de que, hasta ahora, no había logrado conectar con él.
—¡Cuando se enteren de lo que hemos hecho nos matarán! — chillé, mientras que Alec me miraba divertido. Caín se mostraba serio, apoyado en la pared. Teníamos la misma edad, pero nuestra mentalidad era bastante diferente.
Alec era el más alegre, bromista, travieso e infantil de los tres. Tenía una personalidad exuberante que contrastaba drásticamente con la de Caín. Este último era un sofisticado maduro para su edad, un sabelotodo y un obseso de la limpieza. Aunque, si solo nos tuviéramos que basar en su aspecto, no podríamos predecir en absoluto la forma de cómo era su personalidad.
En cambio, de ellos dos, yo era, como bien sabían, el callado que no aportaba mucho, pero cuya presencia resultaba esencial siempre.
—¡Cállate! — Caín ordenó en un susurro furioso, mirándonos con incredulidad—. ¿En serio teníais que hacerlo? ¿Por qué no podíais estar tranquilos al menos una vez en vuestra vida?
—¡No hice nada! —grite yo—. ¡Alec fue quien me empujó! —Era cierto; como de costumbre, todo había sido culpa de él.
—Me da igual de quien haya sido la culpa, mientras que a mí no me metan en esto... —dijo Caín, dándose la vuelta para mirar por la puerta entreabierta mientras nosotros aguardábamos en silencio.— ¡Shh, vienen hacia aquí! —miró de nuevo por la puerta y nos informó de quienes venían. — Aegan, papá... la tía Perla y Kartal también vienen... —se dio la vuelta para mirarnos— La habéis cagado —dijo, alejándose de la puerta y volviendo a apoyarse en la pared.
Mi tío Aegan era el padre de Alec, el abuelo era el padre de Caín y la tía Perla era la hermana de nuestro abuelo. Kartal era el hijo de ella. Justo cuando Alec iba a hablar, la puerta se abrió y nos dejó todos muy tensos, este nos miró a los ojos y se sentó en el sofá esperando recibir una reprimenda por parte de su padre. Sin embargo, el silencio se apoderó de la habitación. Perla intentaba disimular las lágrimas que resbalaban por sus mejillas. El abuelo se acercó a mí y paso su mano por mi mejilla de forma cariñosa.
—Noah... tu padre acaba de fallecer. Lo siento mucho —dijo el abuelo, aunque su rostro no parecía reflejar más que una ausencia absoluta de emoción. El abuelo destacaba mucho por su característica de difícil expresión de afectos. Y en ese momento me di cuenta de que él y yo no éramos tan diferentes porque yo también apenas podía sentir nada, su muerte no me generaba ningún tipo de tristeza, no importaba en lo más mínimo. Alec y Caín quedaron muy sorprendidos, supongo que no se lo esperaban, creo que a mí también me pasaba lo mismo.
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Detroit
Fiksi RemajaBlue siempre había oído historias aterradoras sobre la ciudad de Detroit, pero nunca hizo caso a los consejos de mantenerse lejos de allí. Aquel cálido día de verano de 1990, a la tierna edad de trece años, Blue se encontró siendo forzado a mudarse...