Capítulo 17

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Para mi desgracia, la cita con el doctor no fue hasta una semana después. Resulta que él estaba fuera de la ciudad yo no quería atenderme con nadie más. Era suficientemente vergonzoso pasar por toda una inspección por una persona, como para probar con alguien nuevo.

Noah estaba cada vez más esquivo, sí, estaba siempre a mi lado, tomando mi mano, pero no me miraba a los ojos, estaba sin estar, dolorosamente ausente, lo que hacía que el pánico se instalara en mis entrañas. No quería ser la típica pareja que estaba unida por sus hijos.

Por eso mismo, decidí ir yo sola a la cita con mi doctor, a pesar de su insistencia. De una manera loca, creyó que era incómodo que el doctor me revisara frente a él. Así que me dejó ir, no sin antes hacerme prometerle que si el resultado era positivo, él estaría conmigo cada una de las siguientes citas.

Así que el día de mi cita estaba entre ansiosa y aliviada, todo esto tendría una final, o bien Noah se quedaba o se iba, porque si de algo estaba segura es que sí estaba esperando un bebé, su bebé.

Pasar por la rutina de sacar sangre, pesarme y otra larga fila de exámenes habría sido terrible si no fuera porque Linda estaba a mi lado, era mi roca, una vez más. Beverly no sabía nada, porque estaba segura que enloquecería de la alegría, por lo que prefería darle la noticia ya una vez confirmada por todos los medios científicos.


Me pasaron a una sala de ecografías, donde mi doctor me esperaba sonriente.

-Anna, que placer verte. Disculpa que no estaba la semana pasada disponible. Ahora vamos a ver cómo estás, si te parece bien.

Dócilmente subí a la camilla, donde una enfermera vertía un gel en mi abdomen. Busqué la mirada de Linda, que me sonreía nerviosa mientras sostenía mi mano.

Los minutos pasaron y el ambiente se volvió incómodo, el momento en el que el doctor me ofrece escuchar el corazón de mi bebé, nunca llega y yo busco la mirada del doctor en busca de alguna respuesta. Él me mira severo y se aleja un momento para revisar mis resultados, mira de éstos hacia la pantalla por unas cuatro veces y un profundo respiro sale de su boca. La situación no parece prometedora, pero no me atrevo a preguntar

-Doctor, ¿algo está mal? -pregunta Linda para mi suerte-

¿El bebé está bien?

-Vamos a hacer unos exámenes más, pero sí puedo adelantarte Anna que no estás embarazada, sin embargo... debo hacerte unas pruebas más antes darte un diagnostico.

-¿Diagnóstico de qué Doctor? le pregunté nerviosa.

-No puedo adelantarte mucho Anna, sólo déjame confirmar unos parámetros de tu examen de sangre.

-¿Más pruebas? Si es necesario... ¿le parece mañana?

-Preferiría si no te importa hoy, creo que podemos hacer alguno arreglos por aquí.

Oh, vaya, eso sí era apresurado.

-Sí, claro que podemos -contestó Linda por mí.


Yo me mantuve muda, no quería hablar, porque tenía miedo a saber cosas que no quería.

Una serie de pruebas, fueron realizadas en el transcurso del día, lo cual me llevó otra vez al consultorio de mi doctor, el cual analizaba prueba tras prueba en un tortuoso silencio.

Siete Veces CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora