Capítulo 6

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Faltaban apenas unos minutos para que Noah llegara, le di mi dirección en la madrugada, como respuesta a su escueto mensaje de "tu dirección, mañana 8:30", nada más. Linda gruñó ante su mensaje y sentenció el fin de semana, como una terrible idea que se volverá una tragedia.

Decidí empacar ligero porque a pesar de que iba a ir con Noah, estaba segura de que pasaría organizando la exposición con Bevy, por lo que pasaría el día sola en la playa o la piscina. Tres bikinis y unos cuantos vestidos cortos y pantalones cortos eran más que suficientes.

Un golpe en la puerta me alarmó, esperaba una llamada o un mensaje de Noah para bajar, no esperaba que subiera y tocara la puerta.

La abrí algo nerviosa y lo encontré allí sonriente, recién bañado y como siempre, deseable.

-Noah, hola, déjame traer mi maleta y bajamos.

Noah hizo el gesto de arrebatarme la maleta mientras yo lo apartaba.

-Tranquilo, yo la llevo, no tienes que ser todo caballero conmigo.

-Pecas, no soy el tipo de hombre que te deja cargar una bolsa escaleras abajo durante cuatro pisos, por cierto, no tienes elevador.

Muy observador.


-¿En serio? ¿Lo robaron? -pregunté irónica- Vaya, podría jurar que estaba ahí anoche -dije mientras salía del apartamento y cerraba la puerta.

-Ja ja -dijo Noah molesto mientras me arrebataba la maleta, esta vez con éxito -sólo digo, cómo es posible que vivas por esta zona y en un edificio sin elevador, cuando tienes una mansión en la playa, a la cual vas en helicóptero.

-Bueno, porque, en primer lugar, es lo que me puedo permitir con mi salario; segundo, no tengo mansión en el mar ni helicóptero, todo es de Beverly, no es mío.

-Pero Beverly es tu madre.

-No, Beverly, no es mi madre, la quiero como si lo fuera, pero era la esposa de mi padre, su vida, no es mi realidad, ella tiene su vida, yo la mía, sólo nos amamos como familia.

-O sea, eres de esas millonarias excéntricas que les gusta vivir como pobres.

-No, soy de esas personas inteligentes que saben que no hay nada más maravillosos que trabajar por el éxito, no necesito que lo compren para mí, ¿de acuerdo? Llevo años viviendo por mi cuenta, he pasado algunas dificultades, pero nunca le he pedido nada a Beverly, ni planeo hacerlo, no quiero ni me gusta.

Aquello selló el trato, seguimos hasta el helipuerto donde nos subieron al helicóptero, después de explicarle a Noah las medidas de seguridad, el piloto despegó y todo arriba se volvió más relajado.

-Anna -dijo Noah un poco pensativo-, necesito decirte algo.

-Bueno, no sé si quiero oírlo, ¿me volverás a juzgar o insultar?


-No, sólo quería decirte antes de llegar que te agradezco que estés aquí y no te hayas negado a venir, sé que lo haces por ayudarme y te lo agradezco, ademas, esto no estaría pasando si no le hubieras hablado a tu madre de mí, por lo que estoy agradecido.

-Bueno, está bien -dije mirando hacia las nubes en el exterior.

-No, no está bien, ayer me porté un poco mal, lo siento, no soy muy bueno expresando sentimientos y a veces las cosas me salen mal, pero en realidad ayer, era yo preocupándome por tu bienestar.

Siete Veces CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora