Capítulo 10

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¿Qué ha pasado con mi feliz vida de soltero? La he jodido pero bien...

Después de recoger mis cosas del vestidor del spa, las lanzo dentro de mi coche y deambulo hasta los muelles. Al llegar, me siento en un banco. Hay mucho bullicio, la gente va y viene, y todos parecen felices y contentos. Las plantas que se ven en los elaborados postes han florecido, rebosan de sus macetas y caen en cascada sobre el hierro ornamentado. Las luces del edificio se reflejan y parapadean en el agua, danzan sobre las pequeñas olas.

Suspiro y cierro los ojos mientras escucho el sonido del agua que chapotea suavemente alrededor de los botes. Es rítmico y relajante, pero no creo que nada pueda hacer que me sienta mejor en estos momentos. Saco el celular del pantalón para llamar a Jin. Después de varios tonos, le dejo un mensaje:

-Hola, soy yo. -sé que mi voz suena desolada, pero no puedo fingir que estoy alegre si no lo estoy. Suelto un gruñido. -Ay Jin... la he cagado muchísimo. Llegaré a casa enseguida.

Dejo caer la manos obre el banco y llego a la conclusión de que soy un idiota redomado. ¿En qué estaba pensando?

El celular vuelve a la vida en mi mano y descuelgo sin mirar la pantalla, porque doy por hecho que es Jin.

-¿Donde estás? -me pregunta suavemente desde el otro lado del teléfono.

No se si lo que me hunde en la miseria es que no sea Jin o que sea Jungkook. No entiendo nada. Mi vida iba bastante bien, sin hombres ni compromisos y ahora esto va a pesar sobre mi conciencia. Creo firmemente en el karma y, si existe de verdad, ahí la llevo.

-Estoy en casa. -vuelvo a mentir. Ultimamente me sale de manera natural. Me pongo a juguetear con mi pelo, un claro sintoma de mi comportamiento de Pinocho.

-Bien. -susurra y cuelga.

Vaya... ha sido más fácil de lo que esperaba. Después de no haber cedido ante sus ódenes de permanecer cogida de su mano y de haberlo abandonado a su suerte de Hoseok, imaginaba que se habría encabronado. Así que ya ha conseguido lo que quería y eso es todo. No sé muy bien por qué me siento tan abandonado. Era lo que esperaba, y justo lo que me merezco. Su persistencia ha podido conmigo, pero ahora ya fuera de mi organismo. Ya puedo volver a centrareme en mi y en mi vida. Y, si tengo suerte, Tae jamás se enterará de esta leve indiscreción.

¿Leve? De leve nada.

Por lo que a mi respecta, Jungkook puede continuar con sus fascinaciones en serie y pasar al siguiente afortunado. Seguro que Tae lo descubre pronto, pero espero que no lo haga ahora. Lo último que necesito es un hombre despechado y con sed de sangre.

Después de permanecer sentado y en silencio durante un rato, me levanto de mala gana y paro un taxi. Hay un tiempo limitado, para compadecerse de uno mismo. Necesito dejar esta noche atrás rápidamente. Tengo que olvidarme de ella, erradicarla de mi memoria y trasformarla en una experiencia. Este hombre es nocivo, lo sé.

Entonces me doy la vuelta, levanto la mirada y veo que Jungkook está de pie a un par de metros de mi, observandome en silencio. ¿Cómo chingados voy a alcanzar alguno de mis objetivos si me acosa?

¿Donde esta Tae?

Nos miramos a los ojos, todavía en silencio. Su rostro impasible estudia el mío. Y entonces rompo a llorar. No sé porqué, pero me tapo la cara con las manos mientras sollozo. A saber lo que debe de estar pensando. A continuación siento que su cuerpo cálido me envuelve, apoyo la cabeza en el hueco de su cuello e impulsivamente coloco los brazos por debajo de los suyos para acercarme a él. Permanecemos callados durcante mucho rato. Nos quedamos ahí de pie, sin más, abrazandonos en silencio mientras me masajea la parte posterior de la cabeza con la palma de su enorme mano y me mantiene apretada contra su cuerpo con firmeza. Una pequeña parte de mi se pregunta donde esta Tae, pero no me obsesiono con ello. Me siento protegido y seguro, y solo estoy vagamente alerta al hecho de que debería esta huyendo de estos brazos y no cobijarme en ellos. Debería tratarlos con precaución y no aceptar el consuelo que me están ofreciendo. ¿Porqué no puedo salir corriendo?

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