Capítulo 8

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HOLA, SUPERNATURALERS❣️
BIENVENIDOS A UN NUEVA PARTE DE LA NOVELA. MI PRÓXIMA ACTUALIZACIÓN SERÁ EL SÁBADO DE LA SIGUIENTE SEMANA. ESPERO QUE LES GUSTE Y LA DISFRUTEN. GRACIAS A TOD@S, AHORA LES DEJO CON LA LECTURA.
SALUDOS❤️
- Te puedo decir que por alguna extraña razón, siento exactamente lo mismo.- me dijo mirándome fijamente a los ojos.
Sentía unas ganas irrefrenables de acabar en sus labios, pero algo me decía que todavía era pronto. Así que le respondí:
- Lucifer, será mejor que me marche a mi casa.- tenía que pensar una excusa para salir de allí.- porque, debería darme una ducha. Estoy todavía extasiada por el desmayo.
- Dúchate aquí.- me contestó Lucifer.
Yo le miré algo asombrada por su conclusión.
- Lucifer... no tengo ropa de cambio.- era lo único que se me ocurría en esos momentos.
- Pues te traeré ropa de Maze.- volvió a desbaratar mi oportunidad de salir de una situación tan incómoda.- ahora vuelvo. Tú dúchate.- me dijo mientras baja por el ascensor.
Yo me limité a suspirar de alegría. Este Lucifer...era lo más perfecto que había visto en mi vida, o no sé porque mi corazón me susurraba eso.
Me dirigí al aseo y cerré la puerta pero sin pestillo, porque sabía que Lucifer no entraría si no se lo decía.
Me quité la ropa y la dejé doblada en una esquina del baño. Entonces, me metí en la ducha.
Abrí el grifo y dejé que las gélidas gotas cayeran por mi piel. Esa sensación de frescor por todo mi cuerpo hacia que mi piel se erizada y con ello de alguna manera; conseguía relajarme. Comencé a acariciar suavemente mi cabello mientras extendía el champú en el hasta realizar una emulsión. En ese momento, intentaba evadirme de todo como si no tuviera calentamientos de cabeza en los que pensar.
[...]
De repente escuché sonidos metálicos. Rápidamente, acomodé una toalla alrededor mío hasta quedar completamente envuelta en ella.
Sin más, cogí los puños americanos que se encontraban en el interior de mi bolso.
Mientras que no se activara mi poder; como consecuencia, no se activarían los puños.
Salí del aseo, y me adentré algo nerviosa y con pasos temerarios en el salón. Entonces, oí un sonido a mi izquierda, tras eso, me giré y preparé mis manos para soltar un gran golpe a que o más bien a quien fuera el causante del ruido.
Cuando miré al causante, lo primero que vio mi aterrorizado rostro fueron un par de ojos pardos tan oscuro que pensándolo bien eran casi negros. Eso hizo que un chip en mi cabeza frenara al instante mis manos que se encontraban a punto de atizar el golpe a la persona, al reaccionar mi cerebro pude ver a Lucifer asombrado ante mi acción delante de mi.
Al instante escuché como un objeto impactada contra el suelo. Concluido lo anterior, sentí una tremenda sensación de frescor por todo mi cuerpo, y cuando me quise dar cuenta de lo que había pasado... ¡se me había caído la toalla!
«Estoy desnuda frente a Lucifer.»
Era la única frase en la que podía pensar con claridad en estos momento. Mi subconsciente no paraba de repetirla una y otra vez.
¡No podía haber pasado más vergüenza en mis cerca de 3000 años!
A toda prisa, me puse de nuevo la toalla sobre mi cuerpo empapado.

 Él se limitó a mirarme con una expresión sensual y granuja al mismo tiempo

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Él se limitó a mirarme con una expresión sensual y granuja al mismo tiempo.
- Para tener veinte años estás muy bien, universitaria.
- ¡Lucifer! ¡Basta!- le dije dándole un golpe en el hombro, pero antes me quité de esa mano el puño americano. Estaba más sonrojada que nunca. Mis mejillas pedían a gritos salir de allí, y mi cuerpo estaba completamente estremecido por la situación.
- Hey, diablilla no tienes nada que esconder.- me respondió alagándome.
- No, Lucifer. ¡No quería que me vieras desnuda de esta manera!- cuando reflexioné, me di cuenta de lo que le acababa de decir a Lucifer. Sin pensar le quité la ropa de las manos y me adentré de nuevo al aseo.
Había quedado por completo en ridículo delante de él. Eso, era algo que me hacía enfurecerme por completo, y que le hubiese gustado hacia que me inundasen los nervios, aunque él no lo había hecho con mala intención. Así era Lucifer un mujeriego que pensaba más con sus partes que con su cabeza. Pero, puede que solo oculte otra faceta detrás de esa; solo, tengo que descubrirla.
[...]
Me limité a simplemente ponerme la ropa sin juzgarla. Cuando la llevaba sobre mi piel ya más seca, me quedé impactada. Era completamente negra, y extremadamente ajustada. El conjunto lo formaban un top cruzado por la espalda que me llegaba por encima del ombligo, y tan apretado que me costaba respirar. Debajo, llevaba una falda negra de cuero con detalles metálicos, creo que lo que sonó debió ser eso.
Cuando finalicé de acomodarme bien la ropa para que por ninguna circunstancia se me viera nada, salí del aseo y me dirigí su habitación.
Allí, se encontraba Lucifer mirando hacia la enorme cristalera que había ante mis ojos.
- Lucifer.- le dije con la voz casi insonora.
Él se dio la vuelta, entonces pude ver como llevaba un cigarro en la mano y le iba dando una corta caladas mientras me miraba con detenimiento.
- no fue tu culpa el verme desnuda. Fue mía por pensar que eras un intruso y casi golpearte con los puños americanos.- le continúe diciendo encogida de hombros.
- ¿Cómo es que tenias unos puños americanos? Una universitaria normalmente suele llevar libros.
Él prefirió no seguir con ese tema, y decidió desviar el tema principal del que yo quería hablar.
- Defensa personal.- le digo sin pensarlo por un segundo.
Él se acercó a mi, con pasos amplios e indecisos.
- no digas más diablilla. Está todo solucionado, pero algún día estaremos en paz con los desnudos.- me respondió riéndose.
Yo le miré riéndome, porque ¿a qué se quería referir con en paz? ¿Acaso pensaba desnudarse así sin más?
- Por cierto Te sienta bien la ropa de Maze.

𝐋𝐀 Ú𝐋𝐓𝐈𝐌𝐀 𝐄𝐋𝐄𝐆𝐈𝐃𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐃𝐈𝐀𝐁𝐋𝐎  ➤ LUCIFER MORNINGSTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora