Han pasado meses desde que encontré alguien con vida; mis recursos se agotan, mi mente no soportara más de una semana, muy pronto todo terminara. No sabría decir hace cuanto se desato la epidemia, pero ya mis recuerdos de la antigua sociedad se han ido desvaneciendo lentamente al igual que mi cordura, me encuentro refugiado en la antigua base militar ubicada en las afueras de la ciudad, estoy completamente solo y mi comida comenzó a escasear hace ya un par de semanas al igual que el agua potable; no he salido de este lugar en mucho tiempo ya que afuera me espera una muerte segura.
Mi nombre es Steven y esta es mi historia. Cuando la crisis exploto tenía 16 años de edad, sinceramente no sé cuántos tengo en este instante ya que perdí la cuenta de los días un par de meses luego de la catástrofe. Nadie sabe con exactitud que sucedió, tal vez fue algún tipo de arma biológica o un experimento fallido, otros creen que es la furia de Dios, sinceramente ya no importa, lo cierto es que la sociedad se derrumbó y miles de personas han muerto gracias a este virus o enfermedad que arraso a principios de 2018 a la humanidad. Yo solía ser un chico común al que le gustaban los vídeo juegos y la comida chatarra, vivía con mis padres y estaba a punto de graduarme de la secundaria, no era exactamente muy "popular" para ser sincero, muchos me decían que era muy callado y es que nunca fui muy social que digamos, bueno ya nada de eso importa, mis padres ya no están y seguramente todos a los que alguna vez conocí estén muertos y esa es la triste realidad. Ya no tengo motivo por el que vivir, mi vida no tiene sentido alguno, ya toque fondo y es por eso que he decido acabar con mi sufrimiento.
Me desplace a la entrada de la base dispuesto a clavarme una bala entre los ojos para por fin poder descansar. Aquel lugar estaba en muy buenas condiciones ya que la rodeaba un gran muro hecho de concreto, te estarás preguntando ¿Hay dentro no hay infectados? A lo que te responderé diciendo que cuando todo comenzó la milicia se enfocó en defender las grandes ciudades dejando de lado todo lo demás, tomaron todas las armas, vehículos blindados y equipamiento dejando la base totalmente abandonada, gracias a esto nuestra ciudad no tardo en caer ante la epidemia...Todo se fue al carajo, el único lugar seguro es este.
Ya me encontraba ante la gran puerta de titanio que daba al exterior de la base, esta tenía en un costado una apertura que al parecer había sido producto de algún tipo de explosivo. Salí al exterior y el sol deslumbro mis ojos ya que hacía semanas de vivir entre la oscuridad, camine hacia el portón el cual era la entrada principal de aquella base; este era de un tipo de metal que parecía ser muy resistente. Podía escuchar claramente los gemidos que emitían los infectados del otro lado, estos venían acompañados con un pútrido aroma que daba ganas de vomitar. Un pedazo de metal era lo que me separaba de cientos de seres descompuestos que ansiaban probar mi carne, no sé por qué pero el único requisito para volverte uno de ellos era la más mínima mordida, una insignificante mordida y estas muerto.
Ya estaba preparado, saque el arma de mi pantalón colocándola directamente en mi frente y cerré los ojos, el sudor comenzó a correr por mi rostro y mis piernas temblaban con desesperación, estaba a punto de jalar el gatillo cuando un gran estruendo sacudió el suelo haciendo que cayera de golpe al piso de concreto. Me levante rápidamente a pesar del golpazo que me di en la cabeza, estaba confundido, podía escuchar como lo que parecían ser autos se acercaban, los gemidos de los infectados se convirtieron en horripilante gritos y repentinamente comenzaron a sonar disparos, me tire al suelo ya que las balas estaban traspasando el portón que al parecer era mucho más endeble de lo que aparentaba. Nuevamente retumbo estruendosamente lo que claramente era un tipo de explosión, los disparos no cesaban y yo seguía intentando adivinar qué demonios pasaba tras ese portón, - ¿Sera el ejército?- pregunte en mi mente mientras me cubría la cabeza con mis manos sin razón aparente ya que una bala no se frenaría por mis palmas. Luego de unos instantes el fuego se detuvo y con ello los gritos de infectados, me levante del suelo lentamente y me acerque al agujerado portón; ese fue un error del cual me arrepentiría el resto de mis días. Cuando estuve a pocos metros del portón escuche claramente -¡Fuego!- Yo intente alejarme pero fui muy lento, un gran proyectil impacto en el portón ocasionando una explosión que me alcanzo de inmediato lo que me impulso con agresividad, estuve en el aire un par de segundos mientras sentía un dolor infernal por todo el cuerpo hasta que caí en el suelo golpeándome fuertemente. Mi mirada se tornó borrosa y lo único que recuerdo de aquel periodo de tiempo es que pude ver a través del portón un grupo de hombres con armas en sus manos y que vestían con llamativos uniformes, pude escuchar claramente cuando uno de los sujetos dijo: ¡Maldición hay un tipo herido!
Luego de esto mi mirada se oscureció y perdí el conocimiento.
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Crisis:La Caída
AcciónNadie sabe con exactitud que sucedió; todo fue demasiado rápido, no hubo tiempo de reaccionar; lo único que todos supimos al instante en que el ejercito comenzó a movilizarse, fue que ya nada seria igual. La humanidad ha caído; en nuestras manos q...