Capítulo 10

34 11 1
                                    

Esa noche tan solo dormimos un par de horas como mucho, ya que usamos todo el tiempo posible para idear algún tipo de estrategia para rescatar a Jonás. Claro esto no sería cosa fácil gracias a que en primer lugar no sabíamos dónde demonios lo tenían apresado, muy fácilmente podríamos morir a manos de los infectados antes de siquiera conseguir una pista del paradero de Jonás, ese, era el primero de muchos inconvenientes que jugaban en nuestra contra en lo que yo bautice como "Operación RE Jonás"; ese RE es de Rescate y Extracción, ingenioso ¿no lo creen? Bueno como decía, nuestras posibilidades eran asquerosamente nulas pero eso no nos detuvo.

Ideamos una especie de plan que consistía en tres simples pasos:

1er Paso: Llamar la atención de los secuestradores

2do Paso: Capturar a uno de ellos con vida y hacer que confiese donde se encuentra su madriguera.

3er y último paso: Ir a la madriguera de los sujetos, rescatar a Jonás y no morir en el intento.

En fin, Kat y yo teníamos muy clara una cosa y era que muy fácilmente podríamos morir ambos en aquel rescate pero no era momento de acobardarse sino de actuar. Eran aproximadamente las seis de la mañana cuando ambos comenzamos a prepararnos; tomamos varias raciones de comida, variados tipos de armas con sus respectivas municiones, algunos implementos de primeros auxilios y colocamos todo en el jeep que usaríamos para desplazarnos, finalmente ambos nos colocamos los trajes protectores. Ya estábamos listos para partir.

Nos despedimos de Mark quien estaba despierto a nuestra hora de partir, seguido de esto buscamos a Bruce para informarle de nuestra salida, no le habíamos visto desde la discusión del día anterior ya que no fue a dormir aquella noche. No estaba en la armería, ni en la sala de tiro, obviamente tampoco estaba en el almacén ni en el estacionamiento pues nosotros estuvimos ahí varias veces en el transcurso de la noche, simplemente parecía haberse esfumado.

— ¿Dónde se habrá metido? — Pregunte mientras nos dirigíamos al jeep para partir.

—No te preocupes, el algunas veces sale a...Desahogarse—Me contesto Kat mientras subía al asiento de conductor.

Me encontraba subiendo al jeep cuando Kat me recordó que debía abrir el portón, aquel procedimiento me resultaba realmente tedioso, pero la historia se repitió; presione el botón , espere siglos hasta que el portón abriera y que pasara el jeep y por último pase por debajo y subí al vehículo listo para la acción.

— ¿Estás seguro de que vendrás? Luego de partir ya no habrá vuelta atrás—Me pregunto kat mirándome fijamente.

—Claro que estoy seguro—Conteste—Además realmente no tengo nada que perder...—

—Muy bien— Dijo Kat al mismo tiempo que pisaba el acelerador y daba inicio a nuestra misión suicida.

Nuevamente estaba ahí mirando por la ventana el desolado mundo que alguna vez fue común y corriente, veía claramente a los infectados reunidos en grupos, muchos de estos bastante numerosos, a la espera de que algún pobre imbécil pasara por ahí para destriparlo y comerlo vivo. En un punto del trayecto juraría haber visto a la distancia una chica escondida entre escombros para ocultarse de un par de infectados, pensé en decirle a Kat para detenernos, pero era muy arriesgado, fácilmente aquella mujer podría ser del grupo de Tomas, o aun peor, una especie de psicópata caníbal que le sirve de cebo a su tribu para atraer la comida, en un mundo como este no se puede ser bueno porque podrías conducirte a tu propia muerte.

Transcurrió algo de tiempo, Kat charlo un rato conmigo de diferentes cosas y luego hizo la observación de que no había nada diferente en el camino, aquella vez Katherine se apresuró a los hechos ya que apenas íbamos a mitad del trayecto para llegar a La Zona Roja. Fue ahí cuando sucedió.

Crisis:La CaídaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora