CAPÍTULO VI: EL ARCO

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Habían pasado ya un mes desde que Alec había entrado al laberinto. La rutina era la misma. Cada uno dormía en extremos opuestos de la habitación y siempre era Alec quien se levantaba primero. Se levantaba y práctica la arquería, había improvisado una diana y practicaba horas y horas hasta que bajaban los sirvientes de Valentine y les daban de comer. Era el único momento del día cuando Magnus y Alec se encontraban, luego, al caer la noche, Alec dormía temprano y Magnus se quedaba en vela en las madrugadas.
Un día, Magnus despertó y vió a Alec entrenar.

–¿Cuánto tiempo llevas practicando?–preguntó acercándose por atrás atento.

–Desde los 7 años – respondió Alec y dió en el blanco al lanzar la flecha.

–Parece divertido– murmuró Magnus desviando la mirada y alejándose un poco de ahí.

– Acércate, te enseñaré– soltó Alec de repente y avanzó dos pasos hasta alcanzarlo y tomarlo del brazo. –Toma el arco y pon el brazo como te indico.

Magnus hizo lo que Alec le pedía. Se colocó enfrente de la diana y estiró el brazo.

–¿Es así?– preguntó volteandose por encima de su hombro para verlo.

–No, mira– Alec se acercó a él y se pegó a su espalda moviendo su brazo y acomodándolo en la posición correcta– Ahora tensa la flecha y lanza.

Y Magnus lo hizo. Y le dió al blanco.

Así como Alec había dado al blanco en su corazón...


¡Holi! Lamento mucho la demora pero no he estado bien últimamente, pero bueno, la vida sigue.
Espero les haya gustado :) y muchas gracias a los que siguen leyendo y votando y comentando. Los amo.

EL RELATO ENCONTRADO EN ALEJANDRÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora