CAPÍTULO XXVI: HOGAR

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Casemonos en la mañana...

Esas habían sido las cuatro palabras que los oídos de Magnus alcanzaron a captar antes de que su mente se fuera de viaje. Antes de que su lengua se desconectara totalmente de su cerebro y no supiera que decir.

Casarse con Alec. Era lo que más quería. Quería hacerlo. Estaba absolutamente seguro de eso. Pero no podía evitar sentir miedo. Miedo de volver a ver a Alec sin vida. Miedo de que los padres de este lo rechazaran por ser un mounstro. Porqué no importaba lo mucho que Alec le repetía que lo amaba, él seguía sintiéndose como una abominación. Un ser que no merecía amar ni ser amado.

–Magnus... –escuchó que le llamaba una voz temblorosa– Di algo por favor.

Esa voz trajo a la realidad a Magnus. Cuando logró enfocar sus cinco sentidos de nuevo, vió los ojos verdes* de Alec mirándolo con confusión.

–Alec... ¿Estás seguro? Pero... Tus padres, tus hermanos ¡Por fin has salido! Tienes toda una vida por delante, yo...–se alejó de él y miró a otro lado–Yo pensaba en regresar al laberinto mañana por la mañana.

–¡¿QUÉ?!–Alec exclamó sin poder creer lo que acaba de escuchar– ¿Cómo puedes decir semejante cosa Magnus? ¿Cómo puedes siquiera concebir la idea de volver ahí? ¿Cómo puedes pensar en alejarte de mi?

–Es lo mejor Alexander. Ellos quieren acabar conmigo. Siempre ha sido así. Tú no sabes lo que fue verte morir frente a mi, no quiero que eso pase de nuevo.

–¡No!– dijo Alec al borde de la histeria– Es solo tú miedo hablando Magnus... Mírame a los ojos y repite todo eso que acabas de decir y si veo verdad en tu mirada te dejare ir y jamás volveremos a vernos.

Entonces Magnus lo volteó a ver. Fijó sus ojos dorados y verdes en los ojos verdes olivo de Alec.

–No te amo... Me iré al amanecer–dijo con la mirada en Alec y la voz temblorosa.

Alec sonrió.

–Mentiroso–dijo nadando hacia el y acercándolo a su cuerpo. Ambos estaban mojados– Eres un pésimo mentiroso Magnus.

–No quiero perderte– atinó a decir Magnus antes de tomar a Alec por la nuca y besarlo intensamente.

Alec lo tomó de la cintura y lo pego totalmente a él hasta que sus torsos estaban totalmente juntos. Magnus enredo sus manos en los cabellos de Alec y lo atrajo más al beso.

No quería. No podía alejarse de Alec.

–Cásate conmigo–dijo Alec contra sus labios luego de unos instantes en los que ambos detuvieron el beso en busca de aire.

Magnus lo miró. La última vez que esas palabras habían salido de los labios de Alec, acto seguido una espada le había atravesado el cuerpo. Magnus no pudo evitar sentir miedo otra vez.

Pero no había peligro alrededor ahora. Estaban en su propio lugar. Dónde se pertenecian. Magnus decidió dejar de sentí miedo otra vez.

–Si, me casaré contigo.

Jejeje, el siguiente es smut 🌚
Espero les haya gustado ❤️

*Mi Alec de esta historia es Matt y el tiene ojos verdes, no azules como el Alec de los libros e.e

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