CAPÍTULO XIV: PROTECCIÓN

782 134 16
                                    

Después de una noche dónde no hubo más que pasión, Alec y Magnus se asearon.
El laberinto tenía un gran baño dorado donde llegaba agua tibia del río que rodeaba la ciudad.
Era agradable.

Lavaron sus cuerpos lentamente y con amor el uno al otro.
Se sentía bien.
Eran felices.
Podían quedarse juntos en ese laberinto y no se aburrían. Alec no se aburrían de los malos chistes de Magnus y Alec no se aburrían de escuchar a Alec leerle y contarle todos sus conocimientos.
Pero querían salir. Alec quería llevar a Magnus a conocer el mar. El sol. El pasto.

Sin embargo todo cambio.
Fue en la noche.
Ambos dormían abrazados cuando escucharon el primer golpe.
Espadas desenvainadas y Alec trato de tomar su arco.
No pudo.

Solo alcanzó a ver cómo un guardia se llevaba a un sangrante Magnus escaleras arriba...

Corto, lo sé perdón :c me siento triste y abandonada 🙁 pero bueno... Ya empiezan los problemas y el drama... 

EL RELATO ENCONTRADO EN ALEJANDRÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora