Capítulo 8

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Mis piernas temblaron, sentí mis mejillas humedecerse de inmediato, y el dolor incrustandose en mi pecho ¿Muerta? ¿Estaba muerta?

Me dejé caer en el suelo, no escuchaba los gritos de mamá, estaba en shock miraba todo, pero nada tenia sonido.

—¿Q-qué p- paso?—mi voz salió temblorosa.

—Cuando llegue no la encontré en casa, me preocupe y pregunté a una vecina, me dijo que había sufrido un infarto y de inmediato fui al hospital, ella estaba viva pero no lo soportó y murió —mi madre estalló en lágrimas.

La abracé  y lloré con ella, el vacío en mi crecía cada vez más, sabía que ella no me aceptaba pero tenía la esperanza de que algún día nos reconciliáramos, esperanza que a cada momento se desvanecía con mi llanto, esperanza que se fue con su muerte.

—Amira,tranquilizate —el rostro de Luis mostraba compasión, yo ya había olvidado que él estaba aquí.

—¿C-cómo? —pregunté estallando en lágrimas.

—Tienes que ser fuerte, las dos tienen que serlo—  se puso en medio de nosotras y nos abrazo fuerte.

Después de un rato mamá logró componerse, ahora necesitábamos hacer todos los trámites correspondientes para el funeral.

—¿Te sientes mejor? —preguntó Luis.

—Si, algo —le sonreí para calmarlo.

—Todo esto pasara, el dolor se ira con el tiempo —me abrazo.

—Eso espero —suspiré.

—Yo me tengo que ir, no dudes en llamarme si me necesitas.

—Esta bien, adios—lo abracé.

Luis salió de la casa y yo me dispuse a ver a mamá .

Estaba en su cuarto haciendo unas llamadas cuando me acerque a ella, recoste mi cabeza en su hombro y sentí como una lágrima mojaba mi cabello. Decidí no decir nada, solo quedarnos en silencio un largo rato, ambas lo necesitábamos.

—¿Sabes? cuando fue al hospital ella estaba viva, habló conmigo sobre —se quedó en silencio.

—¿Sobre que?

—Sobre ti —me incorpore y la mire a los ojos.

—¿Qué dijo?

—Dijo —sollozo —dijo que la perdonaras por todos estos años en los que no supo ser una abuela para ti.

De inmediato me eché a llorar, jamás pensé que ella diría algo así pero es lo que siempre había querido escuchar, el dolor se incrustaba cada vez más en mi pecho al pensar en que ya era tarde para crear la relación que yo quería con ella.

Mamá me abrazaba y lloraba a mi lado, ambas nos sentíamos destruidas no porque ella estuviera muerta, sino porque los recuerdos que anhelamos tener juntas jamas seran posibles, porque nunca fuimos la familia que hubiéramos deseado, porque las cenas familiares ya no se podrían llevar a cabo, porque ella ya no estaba y aunque viva nos rechazó, con ella muerta mamá y yo quedamos solas en el mundo.

Me aferre con fuerza a ella, lo único que me quedaba ¿Qué haría yo si ella tambien se iba sin vivir los momentos juntas que yo quisiera?

La noche llegó pronto, ambas teníamos los ojos hinchados de tanto llorar, todo estaba listo para el funeral la siguiente mañana, a pesar de que ambas nos hacíamos compañía todo se sentía vacío, sabía que ella pensaba al igual que yo en las cosas que jamás pudimos vivir junto a la abuela.

VIH positivo (Solo es sangre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora