Caminé hasta mi clase de historia, iba un poco tarde y rezaba para que el maldito profesor de historia todavía no estuviera ahí. Al llegar todos estaban haciendo un alboroto, aventando cosas por todos lados, se escucha como hablan al mismo tiempo, parecía un mercado. Y efectivamente el profesor no se encontraba en el salón. Exhalé aliviada y me dirigí a cualquier lugar. Puse mis cosas sobre el taburete y cruce las piernas.
— Hola Cariño. —dijo alguien coquetamente en mi oído mientras pasaba sus brazos por mis hombros y me abrazaba.
— ¿Qué rayos...? —pregunté molesta volteando para saber quién era. Y sí, era Nath. El tipo que se había acostado el fin de semana con Cindy, ¿Qué quiere? ¿No le es suficiente una? Ambicioso... me impresiona.
— ¿Cómo estas linda? —cuestiona con una sonrisa y demasiado cerca de mi cara.
— Nath... ¿Qué carajos quieres? Muévete ¿Si? ¿Qué no deberías de estar en tu maldito salón?—le dije seria.
— Ay... que carácter el tuyo. Me estoy saltando la clase para venir a verte; y con unos amigos. —Dijo quitándose de enzima mío y acercando un mesa-banco a mí, sentándose en él— Un día de estos, bebé, ya no estaré detrás de ti y lo lamentaras. —expuso arrogante.
— A ver Nath... "amor" —empecé a decirle volteando a verlo directo a los ojos y tocando su barbilla con mi dedo, logrando que una sonrisa idiota se dibujara en su rostro. — uno: Yo no soy ni tu maldito "bebé" ni mucho menos tu "cariño", dos: yo nunca he pedido o deseado que "estés atrás de mi" así que no veo el por qué me lamentaría que dejes de estar... ¿Cómo decirlo? jodiendome, y lamentablemente para ti... no de la manera que quisieras. Y tres: ¿No se supone que estas con Cindy? —mi querido amigo al escuchar esto solo se alejó de mi dedo que todavía seguía en su barbilla y puso gesto incómodo con el ceño fruncido.
— ¿Quién te dijo eso? —me preguntó.
— Ella.
— Es una estúpida, se supone que no le diríamos a nadie.
— Somos mejores amigas genio, todo me cuenta.
— ¿Todo te cuenta? ¿No es mutuo?
— Obvio no, yo no le digo nada, es una chismosa. —él solo asintió levemente concordando conmigo. — Por favor Nath, deja esto por la paz, entre tú y yo no va a pasar nada. No tengo relaciones con tipos de esta escuela.
— ¿No? —pregunta confundido.
— No. —le conteste cien por ciento segura.
— No es lo que escuché. —dice sonriente. Algo sabía...
« Solo falta que este baboso sepa del profesor Carter y trate de chantajearme.»
— Me dijeron que andas en secreto con un tipo de tercero. Por eso quise intentar, creí que habías cambiado de parecer.
Con que de eso se trataba.
— Oh... es que se supone que eso nadie debería de saberlo. Y no, no cambie de parecer, es solo que él es muy especial. —le expliqué con una sonrisa consoladora.
— ¿Qué de especial tiene ese niño? ¿Por qué es mejor que yo? —pregunta totalmente en desacuerdo.
— Pues... Te diré que... —me acerqué a su oído, le susurre lento y despacio, palabra por palabra. — Tiene un pene grande. —sentí como su cuerpo se tensaba.
— Yo también. —se defiende tragando saliva. A lo que yo suelto una risa y me mira con gesto molesto.
— Supera por mucho tus doce y medio centímetros, mi amor. Sus dulces dieciséis. —sus ojos se abren totalmente con cara de espanto al darse cuenta de la información que poseo.
— Te equivocas mide catorce y medio...—escupe entre dientes muy enojado. Le estaba dando en su lindo ego.
— Oh ¿Erecto? Yo no me refería en ese estado. Lo siento. —dije como si me apenara de él.
Y su cara no tiene precio. Se miraba como el pobre hombre se moría por dentro lentamente, le había matado toda su poca hombría que tenía, le había dado un golpe bajo muy fuerte, y su cosa iba a quedar más pequeña.
Con rostro molesto, incómodo y derrotado se levantó y se fue de nuevo con su grupo de cavernícolas con los que se juntaba.
Suspire, esperaba que con eso no volviera a dar lata con lo mismo. Entonces toda la escuela se había enterado de ese pequeño detalle...
La puerta se abre y una Cinthya entra con una cara de estar súper enojada y caminaba en mi dirección.
« ¡¿Ahora qué?! »
— Katherine ¡¿Cómo rayos es posible que me haya enterado por alguien más que tienes novio?! ¡¿Y de la maldita escuela?! ¿Y lo que me acabas de decir? ¿Cómo es posible que me entere de alguien más? Se supone que somos mejores amigas y esas cosas las tengo que saber por ti y por nadie más. —me reclama como niña chiquita.
— Ya cállate Cindy, deja de gritar como maldita loca. Pareces niña chiquita haciendo berrinche.
— Bueno, ¿Cómo es eso de tu novio, son novios, de uno de tercero? —dijo más calmada, sentándose en el lugar en donde había estado el otro idiota.
Me estresa tanto esta gente.
— No somos novios.
— ¿Te lo tiraste? —pregunta sorprendida.
— No.
— ¿Entonces?
— Bueno, tal vez somos más que amigos, pero nada serio.
— ¡Oh dios mío! ¿Por qué no me lo habías dicho? Te lo tenías bien guardadito. —dice golpeando mi hombro y riéndose. Suspiré.
Un día de estos no podre más con esta farsa.
— Sí.
— Oh mira ahí esta Nath... —comenta sonriendo como tonta hacia él y levantando su mano para saludarlo y él al verla solo la observa asqueado e ignorándola voltea de nuevo con sus amigos. Miro a Cindy y baja su mano automáticamente cambiando su sonriente rostro a uno de confusión y tristeza. — Me... me tengo que ir. — dice para levantarse e irse por donde llegó.
Pobre tipa, se notaba que estaba loca por esa idiota, pero después de eso no creo que él vaya a querer algo de nuevo con ella.
Sonreí al darme cuenta de mis maldades, a veces podía ser demasiado maldita.
La campana sonó y salí de ese lugar, el profesor nunca llegó. Iba caminando por los pasillos y ahí estaba él. El único hombre de mi vida, el único por el que caería, el único el cual amo. Patrick. Un muchacho alto y delgado, piel bronceada, ojos esmeraldas, cabello castaño, y con un sentido de la moda excepcional...
//Disculpen la pequeña tardanza, no tengo escusas la verdad, porque hasta ya tenía escrito el capítulo xd, pero bueno, sé que es un poco corto aunque espero que haya sido de su total agrado.
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Katherine [+18]
Teen FictionA simple vista es solo una pequeña niña inocente que se deja llevar por hombres que la manipulan para hacer lo que ellos quieran. Pero lo que no saben es que esa linda niña de cabellos anaranjados y tierna sonrisa, es su perdición. Y están equivocad...