Seis

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Los rumores

Estaban en el desayuno, todos se veían agotados luego de la fiesta. Sam se encontraba comiendo fruta al lado de su compañera de cuarto, en una mesa vacía. De pronto, llegaron un montón de chicas a acompañarlas hablando de todo lo que sucedió ayer.

—¿Es cierto que volviste con Ken? —le preguntó una a Barbie.

—Si, estamos en otra fase de nuestra relación —contestó con la mirada perdida.

Sam rodeó los ojos, por más de que hablara con la castaña, esta no le hacía caso. Su tercer ojo estaba teniendo un muy mal presentimiento y no podía seguir ignorándolo.

—¡Sam! —exclamó una chica sonriendo— cuéntame los detalles de ayer.

Todas se quedaron en silencio mirándola fijamente, pero ella estaba muy confundida.

—Disculpa, ¿detalles de qué?

—¡No te hagas la inocente! Sabemos que ayer te acostaste con Luka —agregó otra riendo.

—¿Cómo? —preguntó la rubia molesta.

—Todo el mundo anda diciendo que tuviste sexo con él —contestó.

—Pues díganle a todo el mundo que ese rumor es falso —dijo Sam levantándose de la mesa.

Indignada caminó con los puños cerrados hasta la mesa donde se encontraban los cuatro chicos.

—Hola dulzura —saludó Roy.

—Cállate —murmuró ella apretando la mandíbula.

—Alguien despertó de mal humor —agregó Ken— parece que Luka no es bueno en la cama.

—No tuvimos sexo —dijo ella cruzándose de brazos.

—Eso no nos dijo él —respondió el rubio.

La chica miró a Luka para que este desmintiera aquel rumor. Aún así, el castaño no dijo ni una sola palabra.

—Váyanse a la mierda —dijo Sam.

El grupo se quedó en silencio al ver su cara de enojo. La rubia cogió uno de sus vasos y con una cuchara golpeó bien fuerte para llamar la atención de los presentes en el comedor.

—¡Hola estudiantes! —exclamó Sam en medio del silencio— solo quiero aclarar que no tuve sexo con Luka. Ya que yo nunca tendría relaciones con alguien tan bajo mi nivel. Ahora que he aclarado eso, sigan comiendo.

El comedor volvió a generar ruido, menos la mesa con los chicos, quienes seguían intimidados con la mirada desquiciada de la rubia. La chica se dio vuelta y fue caminando hacia la salida.

—¡Sam espera! —gritó Tony corriendo detrás de ella.

La rubia siguió caminando sin mirar hacia atrás hasta llegar a su habitación. Estaba furiosa y radiaba energía por todos lados.

—¡Hey! —exclamó el castaño oscuro sin aliento.

—Vete botones —ordenó cerrando la puerta. El chico puso su mano rápidamente en la puerta para mantenerla abierta.

Bésala y ganaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora