Nueve

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Ira descontrolada

Era Lunes en la mañana en el comedor del internado, los chicos desayunaban tranquilamente antes de que comenzaran las clases.

Sam estaba sentada sola en una mesa a la espera de las demás chicas con las que solía juntarse. Gozaba de sus panqueques con fruta y un poco de miel, cuando Roy se sienta a su lado.

—Hola guapa —saluda el moreno.

—Buen día —respondió la rubia cordialmente.

—¿Cómo dormiste, la pileta te relajó?

La chica sonrió recordando aquella travesura del día anterior, además que la imagen de los pectorales del chico era algo que no podía olvidar.

—Soñé con los angelitos —contestó la rubia comiendo su desayuno alegre.

—Comparto lo mismo, por cierto... ¿Has hablado con Lukas?

Tan sólo con nombrarlo, la sonrisa de Sam se dio vuelta por completo. No hablaban desde el incidente de la semana pasada y su orgullo no se lo permitiría hasta próximo aviso.

—Ya no tengo apetito —dijo la chica tomando su bandeja.

—Espera —agarró su mano— se que estas enojada con él, pero anda extraño ¿sabes?

—Celos es la palabra que buscas cariño —contestó fría.

Su mirada se volvió intensa y se alejó de allí rápidamente, no quería seguir hablando del tema.

Roy volvió a la mesa con los chicos, apenas apareció se generó un gran silencio bastante incómodo.

—¿De qué hablaban? —preguntó el moreno. Notó que Luka no le dirigía la mirada y los demás estaban actuando de una forma extraña.

—¿Tú y... ricitos de oro, en qué andan? —lo interrogó Ken.

—Nada —contestó de forma inmediata— sólo somos amigos, aun que si me preguntan, creo que llevo la delantera en este juego.

La campana sonó indicando que se había terminado la hora del desayuno y debían prepararse para el inicio del primer período.

[...]

En clase de literatura, Sam y Barbie estaban sentadas juntas intentando no quedarse dormidas. El libro que estaban leyendo como clase, hacía que sus párpados se volvieran de pronto más pesados.

—Pellízcame —susurró Sam.

—Lo haría si tuviese la fuerza para mover mi brazo —respondió la chica.

La rubia aburrida con la lectura del profesor, sacó silenciosamente un hoja de cuaderno y escribió: «¿Hablemos por aquí?»

Se lo entregó cuidadosamente a Bárbara, quien aceptó la idea de chatear por un papel.

«¿De qué hablamos?» replicó.

«Pues, ¿Qué pasó entre tú y Ken? Ayer te encerraste en tu habitación, literal. Además desapareciste todo el fin de semana»

La castaña suspiró, debía contarle a su amiga la verdad sobre la intención de los chicos con ella.

«Los chicos tienen una apuesta... por eso andan detrás de ti como sabuesos. Aun que eso no es lo peor, ¡Ken no quiso renunciar! Le dije que cuando dejara su orgullo de lado volviera por mi»

Sam quedó bastante impresionada con el mensaje, no sabía que Ken seguía en la apuesta estando de novio con Barbie. Aquello le daba nuevas razones para odiarlo más.

«Me alegro que hayas sido fuerte.
PD: lo de la apuesta ya lo sabía» contestó la rubia.

De pronto la lectura fue interrumpida para escuchar por los parlantes un mensaje del director.

—Sam Hawkings y Roy Gibson, por favor preséntense en mi oficina de inmediato.

—Salvada de esta maldita clase —susurró la rubia parándose.

Se retiró del salón para llegar al despacho del director, allí Roy ya estaba sentado en una de las sillas.

—¿Qué pasó? —preguntó la rubia. Sabía que si los habían llamado a ambos tenía que ver con una de sus aventuras de ayer.

—Niños, me han informado de algo bastante... grave, que ocurrió ayer.

Ambos se miraron preocupados, no querían recibir ningún castigo, sólo se estaban divirtiendo.

—¿Quién le informó? —preguntó el moreno bastante serio.

—Es anónimo.

—¿Quién fue? —gritó molesta Sam.

—Cálmese señorita Hawkings, primero vayamos al grano. Me contaron que estuvieron en la pileta semidesnudos por la noche...

—¡Ese hijo de puta! —exclamó la rubia interrumpiendo al rector— ¡Lo voy a matar!

El hombre se molestó bastante con el comportamiento de la chica. Su cara comenzó a tornarse roja y gritó para que se callara de inmediato.

—¡Basta! No tendré piedad con ustedes, ambos serán suspendidos de inmediato y espero que no vuelva a haber drama, ¿Entendieron?

Ambos se quedaron en silencio y salieron caminando lentamente de la oficina del director.

—¿Sam? —preguntó Roy— respira hondo, ¿Esta bien?

Antes de que pudiera decir algo la campana sonó, era hora del receso. La chica corrió por los pasillos hasta encontrarse cara a cara con Luka.

—¡Te metiste con la chica equivocada!

Se acercó a todo motor hasta estar a dos centímetros de su cara para darle una gran paliza que dejó un río de sangre desde su labio hasta el mentón. El resto de los estudiantes vieron la escena atónitos.

—Ten cuidado con esos celos, ¿Escuchaste? —susurró la rubia a su oído— puedo hacer tu vida imposible.

Tony apareció entre la multitud sorprendido por lo que acababa de suceder. Se acercó suavemente y agarró a la chica del brazo.

—¡Suéltame idiota! —exclamó— quiero que me lo diga a la cara.

—Sam vámonos —dijo Tony.

La rubia ignoró las palabras de su amigo y siguió mirando fijamente la cara de Luka.

—¡Admite que le dijiste al rector!

El chico se limpió la sangre de su barbilla con la manga y continuó en silencio.

—Sam... vámonos antes de que te metas en más problemas —dijo Roy llegando por detrás.

—¡Dilo, maldito cobarde!

—Ya es suficiente —agregó Tony agarrándola de la cintura.

Sam comenzó a dar patadas al aire y actuar como loca mientras le gritaba groserías a Luka. Él solo la miraba con vergüenza mientras se alejaba por el pasillo.

N/A: perdón por no actualizar, pero HE VUELTO.
Pregunta: ¿Qué opinan sobre lo que pasó en el capítulo?

Bésala y ganaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora