_¡Despierta dormilona!_ dijo una voz tan fuerte que casi me cae de la cama sobresaltándome.
Era Mariana, ya estaba aquí, más temprano que de costumbre o... no, no era más temprano, yo había dormido más que de costumbre.
Mi amiga me atrapó entre sus brazos tan fuerte que me clavé mis propios huesos.
_ Ya para... me haces daño_ dije sonriendo con la cara parcialmente aplastada por la cabeza de mi amiga.
_ Te extrañé demasiado, ¿qué haces dormida aún? ¿Acaso trasnochaste?_ dijo con una mirada coqueta.
_ Si_dije tímidamente.
_¿Tenéis fiestas nocturnas ahora en el centro?
_Dentro no_ sonreí.
_ ¿Cómo así?_ dijo arqueando las cejas e interrogándome con su mirada.
Yo sonreí, y me volteé en la cama, para abrazarme a mi almohada. No podía dejar de sonreír. No sabía por qué. Es uno de esos días extraños en los que te levantas positiva y ves el mundo todo color de rosa.
_ ¡Ya! Cuéntame, no te hagas la interesante_ Me zarandeó_ ¿Cómo que dentro no?
_ Está bien_ dije volteándome hacía arriba.
Ella estaba sentada en el filo de la cama, mirándome, esperando que contestara y yo, ni siquiera sabía por donde empezar.
_¿Recuerdas a Manu?
_ Tu amiga aquí adentro.
_ Mi única amiga aquí adentro_ enfaticé_ sí. Pues hace unos días me ayudó a escapar del centro saltando una valla y me presentó a unos amigos que había conocido en el bosque.
_ ¿Unos amigos en el bosque? ¿No será como llaman aquí adentro a las drogas no?
_ ¿Qué?¡No! ¡Tonta!_ dije riéndome al ver su cara de temor_ Son unos chicos, reales y muy simpáticos.
_ ¿Y?¿Te gusta alguno? Por que esa cara es de que te gusta alguno.
_ No lo sé todavía_ dije sentándome en la cama con las piernas cruzadas y la espalda pegada al cabecero.
_ ¿No lo sabes?
_ No, me hacen sentir muy bien, y muy cómoda, y ya sabes que eso es difícil de lograr en mí.
_ Muy difícil_ agregó Mariana_ Casi imposible.
Yo le dediqué a mi amiga una mirada de "ya basta" y enseguida captó la indirecta.
_ ¿No me irás a cambiar ahora? Mira que si cambias al imbécil de Juan y ya de pronto lo olvidas perfecto, pero yo tengo que seguir siendo tu mejor amiga pase lo que pase.
Ya apenas me acordaba de Juan, y no sé por que algo había cambiado, no me dolía como ayer. ¿Cómo puede ser eso posible? Pues... no lo sé,supongo que en una noche puede pasar muchas cosas. Ayer sentía que estaría sola de por vida, que nadie se interesaría por mí, y que moriría rodeada de perros hambrientos que devorarían mi huesudo cadáver, y hoy, es simplemente diferente.
_ Obvio que sí_ dije abrazándola.
_ ¿Y cuándo me lo presentarás?
_ No sé, solo lo he visto dos veces.
_ ¿Cómo se llama el galán?
_Rafa._ Sonreí.
_Espero que ese Rafa se comporte contigo, porque ya sé su nombre y sino lo agregaré a mi lista negra.
_¿Tienes una lista negra?
_ Oh sí... muy larga.
Ambas nos reímos de las ocurrencias de mi amiga. Me alegraba mucho de que estuviera allí y de poder hablar de todo eso que me estaba pasando con alguien. Verla sonreír era algo que me contagiaba.
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Un maldito saco de huesos
Teen FictionNunca pensó que un centro de rehabilitación de enfermedades psicológicas perdido en las afueras de un recóndito pueblucho pudiera llenarla de sensaciones nuevas y hacerla sentir viva de nuevo. Dos opciones, una decisión correcta ¿Será su cabeza la q...