De aquel lado de la calle la luz de la luna era tenue y las estrellas se escondían detrás de las nubes mientras el viento susurraba a oídos sordos secretos de otros tiempos, que éste al pasar había escuchado. Daba escalofríos lo silenciosa que aquel lado de la calle se encontraba, y a mentes paranoicas amenazaba con provocar algún sonido en cualquier momento.
Los postes de luces brillaban en código morse, triste era que no hubiera nadie quien pudiera descifrarlo, y las hojas caían desde lo alto de las copas de los arboles danzando al compás del tintineo de las luces y susurros del viento. Era ridículo pensar que alguna vez, de aquel lado de la calle donde los susurros morían, fuera capaz de producir algún sonido. Ningún alma camina por la calle que aquel lado, a pesar de que sólo fueran las cinco de la tarde, todos ya estaban tranquilamente durmiendo.
A la vuelta de la esquina el infierno se desataba y gritos se escuchaban. El cielo era negro como el abano decorado con nubes grandes grises. Allí la gente corría hacia todas direcciones salpicadas en sangre y con pánico en su mirar, tratando de escapar de los demonios que salían de adentro de sus cabezas. A pesar de que sólo debían doblar la esquina para escapar del no terminante caos, la calle no parecía tener fin.
Paz y caos se encontraban a tan sólo unos pasos de distancia que parecían muy lejanos para dar.
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Excerpts From My Brain
De TodoPalabras jamás dichas, sueños robados, recuerdos que aún duelen y fantasías de mi mente que no serán vistas por nadie pero son publicadas para sacarme el dolor del pecho.
